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Juan Martínez Moreno : ¡Tengo el mejor equipo del mundo!

  • El director de 'Lobos de Arga' cuenta cómo se desarrolla el rodaje
  • Una pelicula protagonizada por Gorka Otxoa y Carlos Areces

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Juan Martínez Moreno, director de 'Los lobos de Arga', en un momento del rodaje
Juan Martínez Moreno (Centro), director y guionista de 'Los lobos de Arga', en un momento del rodaje

Acaba la cuarta semana de rodaje de Lobos de Arga en Santiago de Compostela, y puedo asegurar rotundamente dos cosas:

1) El cine de acción es jodidamente complicado

2) Tengo un equipo jodidamente bueno

La primera de mis afirmaciones puede que no sea veraz al 100 % para algunos directores más curtidos en este tipo de batallas, pero desde luego lo es para mi. Durante las dos últimas semanas hemos rodado las dos secuencias más bestias de la peli, las que contienen más acción, sangre, vuelos de especialistas, persecuciones de coches y cualquier otra anormalidad que se os ocurra.

Uno (yo, el director)  lleva al rodaje el trabajo hecho desde casa, los deberes a limpio, con buena letra.

Un rodaje muy complicado

La lista de planos que quiere hacer, vamos. Y entonces alguien enciende el cronómetro, y el tiempo empieza a volar a toda hostia, y de repente ruedas el primer plano y, ¡coño!, ya han pasado dos horas. Y te quedan sólo otras ocho para rodar quince planos más. Y así toda la jornada.

Y empiezas a tachar de la lista de planos, pero no los que has hecho, si no los que no vas a poder hacer. Este, creedme, es el momento más frustrante.

Revisas la lista, intentando ser realista y elegir los planos que realmente necesitas para contar la historia que estás contando ese día, la que luego pegaremos con las otras pequeñas historias o secuencias, y formarán todas juntitas lo que llamamos película.

"Ese plano que viste en alguna película de Spielberg"

Y entonces ahí, en la lista, en el número cuatro, está ese plano que has estado pensando desde hace meses, ese plano que viste en alguna peli de Sir Alfred, o de Monsieu De Palma, o de Spielberg. Ese plano que has decidido fusilar sin recato con la esperanza de que nadie se dé cuenta.

Normalmente, que puñetera coincidencia, esos son los más sacrificables, los que son simples virguerías, no fundamentales. Y se van a freír puñetas. Así que al final estás a merced de tu imaginación  (no siempre en excelentes condiciones) y de tu capacidad de resolución.

Y vuelves al hotel a las ocho de la mañana (también por coincidencia, la mayoría de las veces que esto ocurre estás rodando jornadas nocturnas, las puñeteras noches, que jodidas son de trabajar) deprimido y pensando que la has cagado, que te van a faltar planos para el montaje. Y llegas derrotado, y te pones delante del ordenador a ver lo que has rodado.

"Un disco duro contiene diez horas de trabajo de 80 personas"

Esto merece una explicación: estamos rodando la película en formato digital, no en soporte fotográfico. Eso quiere decir, para los que no entendáis que coño quiere decir eso (como yo hasta hace seis meses), que la película, lo filmado, no se impresiona en negativo de 35 mm, sino que se almacena directamente en un disco duro.

Todos los días, cuando acaba el rodaje, Montse y David, los dos encargados del tema, me entregan un pequeño disco duro de unos diez centímetros de largo por cuatro de ancho, donde está almacenado lo que hemos rodado ese día. Ese pequeño espacio, no mucho más grande que un pene de caniche, contiene diez horas de trabajo de unas 80 personas.

Y entonces ves los planos, y te das cuenta de que no está tan mal, de que aquello que tu creías que estaba completamente jodido tiene arreglo, de que de alguna forma tu subconsciente te ha guiado al menos para conseguir lo que necesitabas.

Y entonces te acuerdas del montador, Nacho Ruiz Capillas, y con una media sonrisa piensas “esto Nacho seguro que lo deja niquelado” (y el pobre Nacho, probablemente en su cama en Madrid, no tiene ni puta idea del marrón que le va a caer encima).

Y consigues la tranquilidad suficiente para poder irte a la cama y dormir cuatro horas. Por que a las seis de la tarde tocar rodar de nuevo, y tienes que despertarte unas horas antes para revisar la lista de planos que vas a rodar ese día, intentando ser realista y quitar de antemano los planos que no vas a poder rodar.

Pero no sirve de nada, por que tendrás que quitar otros.

Así día tras día. ¿Y sabéis qué?

"Mola todo"

¡Que mola todo!. Por que sigue siendo parte de uno de los trabajos más bonitos del mundo. Ojo, no digo importante, digo bonito. Cada vez que pienso que hay alguien que ha confiado en mi lo suficiente para poner en mis manos todos los medios que necesito para contar una historia, una historia surgida de mi enfermiza y calenturienta mente,… Cada vez que lo pienso me gustaría creer en Dios para poder darle las gracias.

Y a veces también pienso que ese alguien debe estar mal de la cabeza.

También creo que mi segunda afirmación es cierta al 100 %, y reto a unos guantazos a cualquiera que lo discuta.  TENGO EL MEJOR EQUIPO DEL MUNDO. Si no fuera por ellos, por su paciencia, su experiencia, su capacidad de entusiasmo, su sentido del humor, su comprensión, su profesionalidad, sus cojones (hombres y mujeres, ojo),…

Si no fuera por ellos, esta película no sería nada. Y les doy las gracias de antemano, y se las daré mil veces. Gracias, chicos y chicas, vosotros sois los genuinos Lobos de Arga.

Bueno,  a lo mejor esto os ha parecido un poco coñazo, pero necesitaba soltarlo. En mi próximo comunicado prometo toneladas de frivolidad y sabrosas anécdotas del rodaje que incluyan a Gorka Otxoa, Carlos Areces, Secun De La Rosa y demás miembros del elenco artístico de la peli. Que sé que es lo que más os gusta, miserables.