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DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN 2010

Zapatero deja la puerta abierta a más recortes y buscará un encaje legal al Estatuto de Cataluña

  • El Presidente afirma que se corregirá "cualquier desviación" fiscal
  • Ha repasado las reformas económicas, solicitando consenso a los grupos
  • Sin embargo, no ha avanzado ninguna medida nueva para el próximo curso
  • Consensuará con la Generalitat cómo regular lo rechazado en el Constitucional

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Zapatero deja la puerta abierta a más recortes y buscará un encaje legal al Estatuto de Cataluña

Pocas sorpresas ha deparado el discurso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha abierto el debate sobre el estado de la nación, muy centrado, como era de esperar, en la economía, pero en el que se ha comprometido a buscar un encaje legal a algunos aspectos del Estatuto de Cataluña rechazados por el Tribunal Constitucional y en el que también ha hecho alguna alusión a la victoria de España en el Mundial de fútbol de Sudáfrica.

Llevamos unos días de gran alegría colectiva, pero ha sido un año duro, muy difícil

"A pesar de que llevamos unos días de gran alegría colectiva, ha sido éste un año duro, un año muy difícil", ha reconocido el líder del Ejecutivo, que afronta su quinto debate de la nación como presidente y al que se le ha visto serio y hasta cierto punto tenso sobre la tribuna, consciente de que es uno de sus duelos parlamentarios más comprometidos. "España vive un momento trascendental, un momento crucial para su futuro inmediato y el de las próximas décadas", ha recalcado.

Aunque el discurso del presidente ha comenzado con brío, a medida que se adentraba en el detalle de las reformas económicas ha caído en una cierta rutina, apagando los aplausos que habían suscitado al inicio las menciones a los "éxitos deportivos de nuestros compatriotas", a la liberación de presos políticos cubanos con mediación española y a los fallecidos por atentados o en misiones en el extranjero.

Encajar los aspectos rechazados del Estatut

Zapatero ha pasado de puntillas por asuntos como el terrorismo, que en otras ocasiones han monopolizado el debate y que hoy apenas ha merecido una apelación a la "unidad democrática"; tan sólo la reciente sentencia sobre el Estatuto de Cataluña ha sido capaz de robar algo de protagonismo a la crisis económica.

Así, tras reprochar veladamente al PP que recurriera el texto catalán, ha destacado que la sentencia del Tribunal Constitucional "respalda globalmente la constitucionalidad del Estatut", aunque él se compromete a "seguir contribuyendo" a su desarrollo, no sólo por obligación, sino porque su Gobierno "no recela del autogobierno, sino que lo reconoce, ni teme la fuerte identidad política de Cataluña, sino que la respeta".

"Evaluaré la posibilidad de que algunos de los aspectos que han sido declarados inconstitucionales, no por razones de fondo, sino del tipo de norma apto para regularlos, puedan ser abordados, como indica el propio Tribunal, por el cauce constitucionalmente procedente", ha dicho el presidente, asegurando que ese encaje legal se consensuará con la Generalitat; los primeros contactos se producirán probablemente la próxima semana, ya que Zapatero tiene previsto reunirse con José Montilla.

Rigor contra el déficit

El compromiso con el Estatut es un guiño a los nacionalistas, especialmente a CiU, tras el malestar que ha creado la sentencia del Alto Tribunal y la necesidad del Gobierno de recabar apoyos en el Congreso para sacar adelante las refromas económicas pendientes, que han acaparado la mayor parte del discurso. En este sentido, el presidente ha dejado claro en todo momento que la prioridad ahora es la lucha contra el déficit, dejando la puerta abierta a nuevos recortes si no se cumplen las previsiones del Gobierno de reducirlo al 6% en 2011.

"Consideramos imprescindible cumplir nuestros compromisos de consolidación fiscal. Corregiremos cualquier desviación que se produzca respecto de los objetivos de consolidación fiscal fijados en cuanto el riesgo sea detectado", ha recalcado, tras reiterar la excepcionalidad de la crisis.

Aunque ha reconocido que este rigor fiscal puede perjudicar el crecimiento, ha señalado que la actividad económica "previsiblmente" volverá a crecer en el segundo trimestre y, aunque en el conjunto del año caerá (un 0,3%), en los proximos trimestres se esperan crecimiento "positivos o neutros".

Guiño a los sindicatos

Una a una, Zapatero ha ido citando las reformas emprendidas y, especialmente, las pendientes; en concreto, se ha detenido en la reforma laboral y a la reforma de las pensiones, las que han suscitado mayor rechazo entre los grupos políticos y los agentes sociales. En este punto, Zapatero se ha reservado un segundo guiño, para los sindicatos, que preparan una huelga general contra esas reformas el próximo 29 de septiembre, afirmando que entre los objetivos de esas medidas "no figura el debilitamiento de los sindicatos. Que nadie lo espere. Siguen siendo la mejor representación de los trabajadores. Sin ellos, la defensa de los intereses de los trabajadores quedaría definitivamente debilitada".

Ha sido el único momento en que vuelto los aplausos desde la bancada socialista, porque el resto del discurso ha tenido un tono estajanovista, a medida que el líder del Ejecutivo desgranaba reformas estructurales -cambio de modelo productivo, Ley de Economía Sostenible, educación, justicia, innovación, industria...- y apelaba al "esfuerzo colectivo" para llevarlas a cabo.

"Para preservar nuestro modo de vida, nuestros valores y todas nuestras aspiraciones, tiene pleno sentido este esfuerzo. Y hay que hacerlo ahora, para dejar atrás la crisis e impulsar la recuperación. No va a ser una tarea fácil, pero hemos de acometerla y sabremos hacerlo", arengaba Zapatero al final de su discurso, en el que ha mencionado los retos superados por el país desde la llegada de la democracia.

Podemos negarnos a acometer esta modernización. O podemos afrontar la necesidad  de los cambios

Frente a los anuncios espectaculares de otras ediciones del debate y con las manos atadas por el déficit, Zapatero ha llamado al sacrificio colectivo: "Podemos negarnos a acometer esta modernización y correr el riesgo de languidecer, de quedarnos descolgados. O podemos afrontar la necesidad de los cambios para dirigirlos en la mejor dirección, hacer de la necesidad virtud y crear nuestro propio destino".