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"Mi mérito es haberme dado cuenta de que acababa de caer el muro"

  • Riccardo Ehrman hizo la pregunta clave al portavoz de la RDA en 1989
  • Éste anunció la libre circulación de los ciudadanos de Berlín Este
  • Sin embargo, la prensa presente no dedujo que acababa de caer el muro
  • Ehrman asistió en primera persona al derrumbe del telón de acero
  • Ahora, ya jubilado, recuerda con RTVE.es esa noche mágica
  • Todo sobre el 20 aniversario en el vídeo interactivo del Muro de Berlín

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La pregunta que desencadenó la caída del muro

Un día cualquiera te levantas y recibes una llamada. Otra rueda de prensa en la que dicen que van a contar algo importante. Coges el coche y ese preciso día no puedes aparcar en el sitio de siempre. Llegas tarde y no encuentras sitio.

Te tienes que sentar en la tarima mientras el orgulloso portavoz ignora que quieres hacerle una pregunta. Hasta que finalmente llega tu momento, haces la cuestión que desde un principio querías hacer y, de repente, el interlocutor se queda callado un momento. Saca un papel de su bolsillo, nervioso. Y esperas impaciente que conteste sin saber que acabas de cambiar la historia.

El sueño de todo periodista lo realizó el 9 de noviembre de 1989 el corresponsal de la agencia Ansa en Berlín, Riccardo Ehrman. Su pregunta sobre la salida libre sin pasaporte de los alemanes del este al portavoz de régimen, Günter Schabowski, provocó la espantada en masa de los berlineses de la RDA rumbo al oeste.

Ehrman no solo se conformó con la respuesta. Le repreguntó si se podía salir a partir de ese momento y entonces Schabowski, en un error reconocido por él mismo, dijo que sí.

La 'diáspora' entonces estaba servida. Veinte años después, Ehrman aún se sorprende, ya jubilado en su casa de Madrid, de que casi ningún periodista se diese cuenta que con esas palabras se acababa el Muro de Berlín.

P: ¿Cuál fue la reacción de la prensa tras las declaraciones de Schabowski?

R: Lo tomaron como una cosa normal en el sentido que los titulares de los periódicos alemanes fueron 'Aligeramientos en la ley de viajes' o, un poco después, 'La RDA abre las fronteras', pero no llegaron a decir que el muro había caído, esas noticias llegaron mucho después de que leyeran las noticias de ANSA, mi agencia.

Ricardo Ehrman relata la reacción de la prensa internacional ante el anuncio de la libre circulación de los alemanes del Este.

P: En cambio, los alemanes del Este acudieron en masa al ver las palabras del portavoz de la RDA.

R: La gente, a diferencia de los periodistas, que eran occidentales, habían comprendido como comprendí yo lo que significaba el anuncio y se precipitaron a la frontera para ir a Occidente. El milagro es que no hubo ningún episodio de violencia, bastaba con que un solo policía disparase un tiro para que se desatase la violencia. Hace unos días el alcalde de Berlín dijo en Oviedo que fue una revolución pacífica, y eso ha sido.

P: Gorbachov dijo que, si hubiese querido, habría desatado la III Guerra Mundial. En cambio, decidió irse a la cama. ¿Cómo fue la respuesta de los guardias fronterizos?

R: Los guardias no habían recibido ninguna orden y para ellos fue una sorpresa. Ellos habían visto la rueda de prensa y se esperaban algo parecido. El jefe de la frontera, al que conocía me preguntó: 'Señor Ehrman, usted ha estado allí, ¿qué pasó de verdad'. 'Lo que ha pasado es que el muro ha caído. Hable con sus jefes y verá', le contesté. Fue hablando con los jefes, que no sabían nada y llegaron al jefe del Estado, Egon Krenz.

Riccardo Ehrman cuenta la reacción de los guardias del muro ante la avalancha de berlineses.

P: Y Krenz decidió que los dejasen pasar a Berlín Oeste. ¿Qué fue lo primero que hicieron los ossie al ver el mundo capitalista?

R: La gente de Berlín Este tenía una enorme curiosidad por ver Berlín Occidental, veían la televisión occidental y veían el lujo y el bienestar. Yo pasé a Berlín Oeste para ver cuál era el objetivo principal del interés de los alemanes del Este y curiosamente había inmensas colas fuera de los sex shops, porque en Alemania del Este no existía pornografía, la moralidad comunista no permitía que una mujer desnuda apareciesen un periódico.

Habían inmensas colas en los sex shops, porque en la RDA no había pornografía

P: ¿Hubo alguna reacción que le impresionara especialmente?

R: Pasé un momento por la oficina, que estaba en mi casa y encontré una vecina que era una profesora de la Universidad de Berlín Este, una jefa del Partido Comunista. Estaba llorando. Me abrazó y me dijo: 'Todo ha terminado, pero puede ser que sea mejor así'. Era una persona inteligente.

Toda ha terminado, pero puede que sea mejor así, dijo una comunista

P: ¿Y el momento como periodista que más recordará?

R: Fui muy deprisa al puesto de frontera más cercano al centro de prensa, la estación de ferrocarril de la Freidrich Strasse. Yo no sabía que la rueda de prensa había sido televisada en directo y ya había una cola de miles de personas que esperaban pasar al oeste. Entre ellas algunas me vieron, me reconoceron y dijeron es él, es él, el de la pregunta, me festejaron y me dieron abrazos. Es una experiencia muy rara para un periodista, casi única.

Riccardo Ehrman cuenta cómo los berlineses del Este le abrazaron al reconocerle por la calle, ya que habían visto en directo su pregunta.

P: Y después de esa reacción de la gente, ¿se le pasó la cabeza la idea de que usted realmente hizo algo esencial para que cayese el muro?

R: Las preguntas en casi todos los casos de la vida no cuentan, lo que cuentan son las respuestas. En este caso la respuesta ha cambiado el mundo. Si tengo un mérito no es el de haber hecho caer el muro, sino haber comprendido enseguida el significado de la respuesta o, al menos, haber creído las palabras del señor Schabowski.  Solo soy un periodista que, a lo mejor, hizo un buen trabajo.

Ehrman subraya que su mérito es haber comprendido enseguida el significado de la respuesta del portavoz de la RDA, que suponía la caída del muro.