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El SPD reniega del legado de Schroeder para recuperar a sus electores

  • Los dirigentes del partido coinciden en atribuir los malos resultados a la Agenda 2010
  • Destacados dirigentes del partido están aún vinculados a estas impopulares reformas
  • Los politólogos coinciden en que debe mirar a la izquierda para recuperarse
  • El ala izquierda se niega a que Steinmeier presida el partido a partir de noviembre
  • El alcalde de Berlín y el ex ministro de Medio Ambiente, candidatos a ocupar el cargo

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Trabajadores retiran un cartel de campaña del candidato del SPD.
Trabajadores retiran un cartel de campaña del candidato del SPD.

"O se convierten en una segunda CDU o se vuelven a socialdemocratizar". Con estas palabras, Oskar Lafontaine, el histórico líder del SPD -ahora convertido en su bestia negra con el partido La Izquierda- resume el debate esencial al que se enfrenta tras su debacle electoral el partido más antiguo de Alemania, que estos días solo piensa con una mezcla de rencor y melancolía en una fecha: 2010.

Aunque la respuesta a este debate se producirá antes -el próximo noviembre se celebra el congreso del partido en el que sus grandes figuras han dejado entrever una retirada- el paquete de medidas económicas tomadas por el gobierno del anterior canciller, Gerhard Schroeder, llamado Agenda 2010 se señala como el culpable último de la debacle electoral del pasado domingo.

Estas medidas, que supusieron una serie de recortes laborales y sociales así como el el aumento de la edad de jubilación, desconectaron al SPD de su base electoral, que ha emigrado hacia la abstención o los cantos de sirena de Lafontaine, que ha conseguido unos resultados históricos gracias al recuerdo persistente de las reformas emprendidas por su ex partido.

Figuras quemadas

La primera víctima de este diagnóstico es el propio presidente del partido, Franz Müntefering, mano derecha de Schroeder y ministro de Trabajo con Merkel en la Gran Coalición, que ha anunciado que no se volverá a presentar.

"Nunca hubo consenso dentro del SPD sobre esas reformas y ahora parece que vuelve a dominar la visión de que eran negativas", recuerda Stefan Meyer, analista de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE).

En realidad, la caída de Müntefering puede ser la primera de una lista de seguidores de Schroeder. Por el momento se sigue apoyando que el candidato fallido, Frank-Walter Steinmeier -muñidor en la sombra de la Agenda 2010- siga al frente del grupo parlamentario pero ya han aparecido voces contrarias a que se haga también con la presidencia del partido.

 "Creo que tiene más sentido una solución de a dos. Tenemos una serie de figuras jóvenes que están llamadas a asumir puestos de responsabilidad", ha declarado Ottmar Schreiner, representante del ala izquierda del partido. 

Nombres del ala izquierda 

"Queremos nuevas caras, nuevos nombres. El cambio generacional debe emprenderse ya", ha pedido el jefe del grupo socialdemócrata en el parlamento regional de Berlín, Michael Müller

Müller incluso da nombres: el alcalde-gobernador de Berlín, Klaus Wowereit y el saliente ministro de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, un hombre con ambiciones y carisma que ha criticado los planes de Merkel de aplazar el abandono de la energía nuclear.

Ambos pertenecen a una segunda generación de dirigentes, con tendencia a la izquierda, en la que también se encuadra la vicepresidenta del partido, Andrea Nohles.

Su tarea futura la resume Hans Vorlaender, politólogo de la Universidad de Dresde: "Si quiere volver al poder de nuevo, el SPD tiene que cambiar su posición hacia la izquierda y reorganizar su liderazgo". Oposición conjunta

Eso supone, entre otras cosas, el reconocimiento de La Izquierda como un actor político más con el que se puede pactar, también a nivel federal. "Se ha producido la normalización del Partido de La Izquierda en la historia de la República y que habrá que contar con él en el futuro", diagnostica Meyer.

Sin embargo, tanto La Izquierda como Los Verdes han descartado hacer un bloque de oposición ante el "débil" SPD, seguros de que juntos suman casi los mismos diputados que los socialdemócratas.

"La oposición necesita mantener conversaciones de coalición. Para ser efectivos, los tres partidos deben trabajar en la misma dirección. Me preocupa que no puedan hacerlo y se dediquen a dejarse en evidencia entre ellos", ha advertido el politólogo de la Universidad Libre de Berlín, Richard Stoess.

Con todo, La Izquierda no oculta que un eventual giro socialdemócrata será muy bien recibido en sus filas: "Espero una rebelión interna y que se conviertan en socialdemócratas otra vez", señala el líder del partido en la parte oriental del país, Gregor Gysi.

En este sentido, Wowereit puede poner en su haber una experiencia de gobierno con La Izquierda en la capital del país, que pronto podría extenderse a algunos estados como el Sarre e incluso Brandenburgo, donde hasta ahora gobernaba el SPD con la CDU.

"En esos länder se pueden ver los primeros indicios de colaboración con La Izquierda", señala Meyer.