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Máximo despliegue de seguridad y censura informativa para las elecciones de Afganistán

  • Todos los soldados y policías disponibles, unos 300.000, han sido movilizados
  • Pese a todo, las autoridades estiman que un 12% de los colegios electorales no abrirán
  • Las autoridades pretenden que no se informe de los posibles atentados para animar a votar

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Tensión en la víspera de las elecciones presidenciales de Afganistán

Afganistán ya ha abierto los colegios para la celebración de las segundas elecciones presidenciales de su historia en medio de un despliegue de seguridad para el que se han movilizado todos los efectivos, tanto afganos como extranjeros, ante la amenaza de los talibanes, que pretenden boicotear los comicios, que también estarán marcados por la prohibición gubernamental de informar de actos violentos.

Más de 300.000 miembros de las fuerzas de seguridad -200.000 soldados y policías afganos y 100.000 militares extranjeros- van a ser movilizados durante la jornada electoral de este jueves, en el que se suspenderán las operaciones ofensivas para concentrar los esfuerzos en asegurar los colegios electorales, pese a que las autoridades estiman que hasta un 12% de ellos podrían permanecer cerrados por la inseguridad.

"Todos los soldados están movilizados", destaca el coronel del ejército afgano Abdul Matin Hasan Khil, desde la base de Deh Rawood, señalando que ¿hasta que acaben las elecciones, habrá patrullas las 24 horas del días". "Hemos realizado un trabajo inmenso para intentar garantizar la mayor seguridad posible en las elecciones", apostilla el comandante adjunto de la fuerza internacional de la OTAN (ISAF), Jim Dutton.

Cuatro círculos de seguridad

El reto consiste en evitar un baño de sangre y suscitar un sentimiento de seguridad que atraiga a la población a las urnas, dotando a los comicios de la legitimidad necesaria, algo imprescindible para apuntalar la reconstrucción del país, según la estrategia diseñada por la administración estadounidense que lidera Barack Obama.

Sin embargo, los analistas esperan una fuerte abstención causada por el miedo. Por ello, el plan operativo de seguridad contempla establecer "cuatro círculos de seguridad", en palabras del portavoz del Ministerio de Defensa, Mohammed Zaher Azimi. Un primer círculo lo constituirá la policía afgana en torno a los colegios electorales; algo más lejos se situará el ejército, mientras que las fuerzas internacionales formarán el tercer círculo. "Y habrá un cuarto círculo, la vigilancia aérea", añadía el portavoz gubernamental.

Asimismo, habrá fuerzas de reacción rápida disponibles para cualquier operación de urgencia, aunque el objetivo es que las fuerzas internacionales sean lo menos visibles que se pueda para mostrar que la organización de las elecciones corresponde a los afganos.

Censura sobre atentados

Para reforzar la sensación de seguridad, el Gobierno afgano ha prohibido a la prensa informar sobre "cualquier suceso de violencia" durante las horas de votación. En un comunicado, el Ministerio de Exteriores explicaba en dari que está "estrictamente prohibido" informar sobre atentados o ataques entre las 06.00 y las 20.00 de mañana según el horario local.

Sin embargo, la versión de la misma nota en inglés ofrecida por Exteriores usa un lenguaje más contenido y pide a los medios de comunicación que "se abstengan" de hacerlo. "Se pide a todos los medios de comunicación nacionales e internacionales que se abstengan de cubrir cualquier suceso de violencia durante el proceso electoral", reza la versión en inglés.

La medida, muy criticada por las organizaciones de prensa, pretende evitar el impacto mediático de los posibles atentados, que, por pocos que se produzcan, tendrían un grave efecto disuasorio sobre una población demasiado acostumbrada a la violencia.