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Europeo de balonmano 2022

España, otra vez ante Dinamarca en busca de una final histórica

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España busca ante Dinamarca una final histórica

La selección española de balonmano afrontará este viernes ante Dinamarca su reto más difícil en el Europeo 2022, unas semifinales en las que deberá luchar por un lado con la historia, que asegura que nadie ha sido capaz de disputar cuatro finales consecutivas, y, por otro, con un rival que se ha convertido en su auténtica "bestia negra" en los últimos campeonatos.

Hasta en dos ocasiones en el último año el conjunto danés ha apartado a los Hispanos de pelear por el oro, la primera en el pasado Mundial de Egipto, en el que Dinamarca se impuso por 33-35 a España en las semifinales, y la segunda en los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que los nórdicos volvieron a dejar fuera de la final (23-27) a los de Jordi Ribera, recuerda Efe.

Dinamarca, un rival de amargo recuerdo para los Hispanos

Pero si algo ha demostrado la selección española en este Europeo es su capacidad de sufrimiento, su resistencia para sobreponerse a todas las adversidades, aun sin desplegar su mejor juego, explica la agencia.

Las sufridas victorias logradas en la segunda fase ante Rusia y Polonia demuestran que los Hispanos, pese al relevo generacional en el que se encuentran inmersos, no han perdido la competitividad que les llevó a coronarse campeones en las dos últimas ediciones del torneo.

Sin embargo, para poder derrotar a Dinamarca, la vigente campeona del mundo, al equipo español no le bastará con su carácter irreductible y deberá rozar la perfección en todas las facetas del juego.

Mejorar línea por línea

Empezando por la portería donde Gonzalo Pérez de Vargas y Rodrigo Corrales deberán mostrar su mejor versión para frenar a un rival que llega a las semifinales con un espectacular 70% de eficacia en los lanzamientos.

Un trabajo bajo palos que deberá estar acompañado por una sensacional defensa en la que volverán a jugar un papel fundamental la pareja que conforman en el eje central Gedeón Guardiola e Iñaki Peciña.

El rendimiento de Peciña, una de las cinco caras nuevas que presenta España en este Europeo de balonmano, ha sido una de las mejores noticias de la selección, haciendo olvidar por momentos a Viran Morros, un jugador indispensable para explicar los recientes éxitos del conjunto español.

Pero los Hispanos no solo deberán mostrar una frenética actividad de piernas y brazos para contener en defensa a jugadores de la talla del lateral Mathias Gidsel, que ha errado un único lanzamiento, sino que deberán correr como nunca en el repliegue para evitar el veloz juego de transición del equipo danés.

Una faceta en la que los de Jordi Ribera han tenido más problemas, lo que les ha impedido en más de una ocasión realizar los cambios ataque-defensa.

Abrir huecos

Aunque quizá las mayores dificultades del conjunto español han estado en el ataque estático, donde reducida su capacidad de lanzamiento exterior por las ausencias de Joan Cañellas, que se perdió tres encuentros a causa del coronavirus, y Antonio García, que seguirá siendo duda ante Dinamarca por sus problemas musculares en la pierna izquierda, han sufrido para generar espacios.

España necesitará de los lanzamientos de media distancia de Cañellas o Jorge Maqueda si quiere obligar a salir a los defensores daneses e impedir que tal y como ocurrió con Rusia, Noruega o Polonia se parapeten sobre la línea de seis metros, el peor escenario posible para el equipo español.

Los centrales españoles, que deberán cuidar como pocas veces la posesión del balón, requieren de espacios para poder conectar con los extremos y pivotes, el mejor argumento ofensivo de la selección.

Jugadores de segunda línea que deberán afinar la puntería, uno de los debes del equipo español en el torneo, para poder superar a la magnífica dupla de porteros que forman Niklas Landin y Kevin Moller.

La vigente subcampeona olímpica llega con el mejor ataque del campeonato y solo una derrota en la última jornada ante Francia, un partido que afrontó ya clasificada y donde dio la sensación de estar pensando más en las semifinales entre otras cosas porque reservó a dos de sus mejores jugadores, Mikkel Hansen y el mencionado Gidsel.

Fue una manera también de equilibrar fuerzas ante una España que ha contado con un día más de descanso para esta eliminatoria en Budapest.