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La maldición de la 'Champions'

  • Ningún equipo ha logrado repetir éxito en la Liga de Campeones
  • El Barça de Cruyff inauguró el palmarés del nuevo formato

Por
Belletti, héroe azulgrana en París

En sus 19 años de historia la Champions League arrastra en su historia una especie de 'maldición': ningún equipo ha sido capaz de levantar la Copa de Europa dos años seguidos en el actual formato.

El Barça no pudo lograrlo por el paréntesis del Inter en 2010, pero los de Guardiola parten en esta temporada 2010-2011 como máximos favoritos. Llegue quien llegue, será en directo por La 1 y RTVE.es.

Fue precisamente el Barça, pero el de Cruyff, el que inauguró el palmarés de la Liga de Campeones de fútbol. Dicha denominación se adoptó por el sistema de liguilla que se empleó en la ronda previa a la final entre los ocho mejores equipos.

El conjunto azulgrana marcó una época en España, desplegando un juego vistoso y alegre que algunos no han tardado en comparar con el actual del triplete, con la balanza inclinada a favor del 'discípulo' Guardiola.

Pero si marcó una época en nuestra Liga, no pudo repetir éxito en la Champions, puesto que cayó en segunda ronda -previa a la fase de grupos de cuartos- ante el CSKA de Moscú. El campeón final fue el sorprendente Olympique de Marsella

Tuvo la oportunidad de resarcirse en 1994 y partía como favorito ante el Milan de Fabio Capello, pero el sistema defensivo del italiano pudo con el toque de los blaugranas, que cayeron con estrépito en Atenas (0-4).

Fin de una época para el Barça, pero no se puede decir que empezara otra para los 'rossoneri'. Lo tenían en su mano al año siguiente, pero el Ajax de Amsterdam les privó del título en la final, con gol de Kluivert.

Como si de cosa de brujas se tratara, en 1996 fue el conjunto holandés el que volvía a la final y podía romper el hechizo, pero la Juventus de Turín le arrebató el título en los penaltis. Entonces jugaba un tal Del Piero.

La 'Vecchia Signora' también sufrió en sus carnes la maldición, puesto que llegó a las dos siguientes finales. Pero el Borussia de Dortmund (1997) y el Real Madrid de la 'Séptima' (1998) se encargaron de mantener el 'gafe'. Además, el Madrid fue el verdugo del Borussia en semifinales, para mayor sorna.

El Manchester del 'triplete'

No se puede hablar de gafe en el caso del Madrid de la temporada 1999, puesto que se trató de un equipo descompuesto, sin rumbo en la Liga y que fue de más a menos en Europa, eliminado en cuartos por el Dinamo de Kiev. Aquel año se impuso en la final el Manchester United ante el Bayern de Munich, logrando el último 'triplete' europeo antes del Barça.

Para cenizo el del Valencia, con un equipo liderado por Gaizka Mendieta en el centro del campo y jugadores como Claudio 'Piojo' López, que hizo las delicias de la afición 'ché'. Dos finales consecutivas alcanzó el equipo, pero en las dos se quedó con la miel en los labios ante el Madrid (2000) y el Bayern (2001); el conjunto bávaro dejó en la cuneta al Madrid en la ronda previa.

La llegada de Florentino Pérez al Madrid traía la esperanza de formar un conjunto capaz de marcar una época en Europa, y así parecía después de la final de Glasgow (2002) y el soberbio gol de Zidane.

Los 'galácticos' no fueron capaces de superar en semifinales del torneo siguiente a su bestia negra, la Juve, que les derrotó en semifinales y luego perdería la final ante el Milan. Desde entonces se han sucedido los campeones, pero ninguno ha sido capaz de imponer su hegemonía de una manera continuada. 

El Manchester United de Cristiano Ronaldo tuvo la oportunidad en la final de 2009, pero un gran Barça, el considerado mejor equipo del mundo, le privó de la ocasión y, de paso, se reivindicó como el mejor candidato para 2010.

Sin embargo, en semifinales le tocó medirse al Inter de Milán, que también llevaba marchamo de conseguir su propio triplete, y de hecho lo logró el 22 de mayo con el Bernabéu como testigo.

Al año siguiente, los 'neroazzurri' se toparon con la revelación, el Schalke 04 de Raúl, en cuartos de final. El conjunto alemán apeó al vigente campeón y mantenía viva la maldición.