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Mosquera vence la etapa pero no puede con Nibali

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La terrible ascensión a la Bola del Mundo - 18/09/10

Increíble. Éste es el adjetivo que habría que poner a la decimonovena etapa que ha concluído en la Bola del Mundo. A falta del final de la carrera en la Castellana, la Vuelta ha quedado sentenciada en favor del italiano Vincenzo Nibali y Ezequiel Mosquera tendrá que conformarse con el segundo escalón del cajón después de haber dado todo encima de la bicicleta demostrando de manera inmejorable todos los valores que representa este deporte. [Clasificaciones de la Vuelta]

Miles y miles de aficionados ascendieron como pudieron en peregrinación desde la noche del viernes a la inédita cima de la Bola del Mundo. Todos ellos los hicieron con la esperanza de ver una etapa espectacular y, a poder ser, ver a un español enfundándose el maillot rojo de líder. No pudo vivirse lo segundo, pero lo primero, el espectáculo, ha sido de los que hacen época. [Fotogalería de la peregrinación a la bola]

Desde la salida, el ritmo que ha llevado el pelotón ha sido altísimo. La estrategia era clara para Xacobeo: dejar sólo cuanto antes a Nibali, especialmente dejar fuera al gregario de lujo que ha tenido durante toda la Vuelta el siciliano, el checo Roman Kreuziger. Entre el equipo gallego y el Katusha controlaron que las diversas escapadas del día no fructificaran, sobre todo con la vista puesta en las bonificaciones de meta.

Con el mono de trabajo puesto, Xacobeo consiguió neutralizar a todos los escapados antes de la pancarta de los 10km. pero no pudo desarbolar en exceso a Liquiga. Cuando se comenzó el ascenso final de Navacerrada, Nibali contaba con 5 compañeros y Mosquera con 2. 

Era el momento de que se abriesen las hostilidades, de que comenzara el mano a mano final de esta Vuelta. Como reconoció Mosquera tras el podiose echaron en falta "ataques de otros corredores como por ejemplo Sastre" que endurecieran el grupo y pudiera el gallego aplazar su ataque final. Frank Schleck fue el único que lo intentó y el encargado de hacer una criba tremenda que apartó a Kreuziger y dejó sólo definitivamente a Nibali.

Sabor agridulce para Mosquera

A falta de aún cuatro kilómetros, entre ellos esos bestiales tres últimos, Mosquera se acordó de las palabras que le dijo Perico Delgado: "Vamos Ezequiel, que no tienes nada que perder". El gallego se  puso de pie y tiró para adelante sin mirar atrás.

Lo que hizo a todo el mundo levantarse del sillón y soñar con que la Vuelta no se fuera a Sicilia fue que la primera vez que Mosquera miró hacia atrás, Nibali no estaba a su rueda, estaba unos metros despegado. En los primeros metros del cemento de 3km. que subía hasta la Bola del Mundo, la diferencia entre ambos era de unos 10 segundos.

Tanto Mosquera como Nibali pedaleaban como podían por las rampas de hasta el 20%: el gallego casi siempre de pie, el italiano a golpe de riñón. La diferencia, por desgracia para los aficionados españoles, nunca llegó a ser superior a 19 segundos. 

'A chepazos' sí, pero 'el tiburón' Nibali supo marcarse el ritmo que le permitía tener siempre a Mosquera en su punto de mira. Poco a poco, las fuerzas de Mosquera se fueron apagando a medida que llegaban los metros finales y veía que la victoria de la Vuelta no era factible.

Nibali: "Una Vuelta preciosa"

En los 100 metros finales Nibali cogió a Mosquera que ya sólo pensaba que por lo menos la Vuelta a España le debía una victoria de etapa. Se juntaron ambos y, sin apenas haber lucha, entraron en meta.  El italiano no dejó ganar a nadie, bastante tenía con mantenerse encima de la bici después de la remontada, simplemente Ezequiel supo reservar las últimas fuerzas que le quedaban para echar el arreón final en la línea.

Victoria de etapa para Ezequiel Mosquera y victoria de la Vuelta para Vincenzo Nibali. Igual de merecida ha sido la etapa para el gallego que la carrera para el siciliano.

Para mañana resta el tradicional paseo triunfal para el ganador y su equipo, Vicenzo Nibali y Liquigas, por el Paseo de la Castellana, de Madrid, punto y final un año más de la carrera. En la ciudad de Madrid, los corredores deberán dar doce vueltas al habitual circuito de La Castellana, de 5,7 kms. y que pasa también por la Gran Vía y Callao.