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Andrea Pirlo, el líder silencioso

  • El centrocampista del Milan es uno de los pivotes más técnicos de Europa
  • Su gran especialidad, los lanzamientos de falta, le apodaron 'El Ascensor'

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AC Milan's Pirlo celebrates after scoring a penalty against Siena during their Italian Serie A soccer match in Siena
Pirlo celebra un gol de penalti anotado en el Calcio.

Empezó jugando como media punta, pero al coincidir en el equipo con el gran Roberto Baggio no le quedó más remedio que retrasar su posición y situarse justo por delante de la defensa. Se perdió un buen centrocampista ofensivo, pero se ganó a uno de los mejores organizadores del fútbol.

Andrea Pirlo nació en 1979 en el seno de una familia gitana de Flero, un pueblecito de la norteña provincia italiana de Brescia, club con el que debutó en el Calcio a los 16 años. Sus dotes no pasaron inadvertidos para el Inter de Milan, que lo fichó en 1998.

El jugador no cuajó en el Internazionale y tras dar varios tumbos, en 2001 se fue al equipo rival de la ciudad, el Milan. Durante su estancia en el club de Berlusconi lo ha ganado todo: el Calcio (2004), dos Ligas de Campeones (2003 y 2007) y un Mundial de Fútbol, el de Alemania de 2006.

"Pirlo es un líder silencioso.  Habla con el pie". Un buen halago el que le hizo el seleccionador italiano, Marcelo Lippi. Lo cierto es que Pirlo está dotado de una gran técnica y una visión de juego total, acompañada de un desequilibrante regate.

El 'Ascensor', todo un experto en faltas

Por si fuera poco, el italiano es  además un experto en faltas, lo que le valió el apodo de "El Ascensor" por el efecto endiablado con el que lanza en las jugadas a balón parado. "Es un don natural que he cultivado", reconoce Pirlo. "Todas las semanas me quedaba dos días a lanzar faltas tras el entrenamiento. Bien tirado, un golpe franco es imparable".

Su preparación dio resultado. Una parte importante de los goles que consigue son de falta, como los dos que anotó ante Escocia en un encuentro clasificatorio para el último Mundial.

Pese a no ser una estrella vistosa o goleadora como Kaká o Messi, el de Brescia es un jugador fundamental, un insustituible del Milan. Un futbolista que hace mejores sus compañeros de equipo. En definitiva, un líder silencioso.