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Gasol será el primer español que disputará una gran final de la NBA

  • Los Lakers vencen a los Spurs por 100-92
  • Gasol anota 12 puntos y 19 rebotes
  • La estrella del partido ha sido su compañero Kobe Bryant, con 39 puntos
  • El rival de Los Angeles será el ganador de la eliminatoria entre Boston y Detroit

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El escolta Kobe Bryant y el pívot Pau Gasol, una pareja perfecta para los Ángeles Lakers
El escolta Kobe Bryant y el pívot Pau Gasol, una pareja perfecta para los Ángeles Lakers

El español Pau Gasol se ha convertido esta madrugada en el primer jugador español en la historia que disputará la gran final de la NBA. Su equipo, los Lakers de Los Ángeles, han vencido a los Spurs de San Antonio por 100-92, en el quinto partido de la final de la Conferencia Oeste.

Kobe Bryant, una vez más, ha ejercido de líder para los californianos con 39 puntos, mientras que en los Spurs ha destacado la resistencia del base francés Tony Parker, con 23 puntos, y de Tim Duncan, con 19 tantos

El español Pau Gasol anotó 12 tantos y 19 rebotes.  El pívot fue tuvo que exprimir su físico para frenar a Duncan y consiguió dominar bajo los tableros, pese a que su inicio fue titubeante.

Ambos equipos empezaron a entonarse gracias al acierto desde el perímetro de Radmanovic, con dos triples consecutivos, y de Michael Finley, con otros dos, aunque la clave de que los de Popovich despegaran en esos instantes se debió a la superioridad interior de Duncan y Kurt Thomas, que abrieron brecha (15-25).

Un encuentro de vértigo

Para entonces ya había entrado en pista el argentino Manu Ginóbili, que aunque comenzó flojo y desacertado -una constante en casi toda la serie-, anotó otro triple para dar una ventaja de 13 a los Spurs (15-28) al final del primer cuarto.

Volvían a pintar las cosas negras para los angelinos (29 por ciento de acierto en el lanzamiento, por un 63 por ciento de su rival), casi tanto como en el primer encuentro de la serie, cuando llegaron a ir perdiendo por 20 en el tercer cuarto (45-65).

La diferencia llegó a ser de 17 (16-33) tras un triple de Brent Barry y con las estrellas de ambos equipos en el banquillo. Pasaban los minutos y los Spurs seguían lejos (30-44, m.21).

Unos Lakers despistados

Los de casa no encontraban posiciones cómodas de tiro para Bryant, el único jugador que podía llevar a la remontada a unos Lakers fallones y faltos del liderazgo que podrían esperar de Lamar Odom o Fisher.

Precisamente esa pareja fue la encargada de reducir a seis el déficit (40-46) tras dos jugadas de gran mérito que devolvieron la emoción al encuentro para encarar la segunda mitad, que comenzó con una escena clásica: Duncan y Bryant tomaban el mando. Algo imprescindible en el caso de los de Phil Jackson.

La torre de los Spurs hacía lo que quería.  Anotaba, reboteaba, asistía a sus compañeros y arrancaba numerosas personales a sus defensores, aunque mantuvo la losa que lleva arrastrando en la serie desde los tiros libres (5/10).

Bryant le da la vuelta al partido

Sin embargo, tener enfrente al mejor jugador de la temporada regular no permite relajamiento alguno. Bryant absorbió la ofensiva de los Lakers y de su mano lograron la segunda ventaja para los angelinos en el partido (61-60). Algo había cambiado: la defensa local se había convertido en muro infranqueable para unos Spurs que acusaron su dependencia de Duncan en ataque.

Se llegó al último cuarto con un guión conocido: Bryant ejerciendo de líder absoluto,  Duncan arrasando en la pintura, una versión menor de Ginóbili y buenos minutos de los secundarios angelinos.

El "24" de los de púrpura y oro arrancó el último periodo con un triple inmaculado que dio paso a un tira y afloja constante. Eran minutos de oro puro entre dos colosos. Bryant y Parker estuvieron espléndidos, pero fue Sasha Vujacic, casi inédito hasta entonces, quien dio siete de ventaja a los suyos (79-72) tras un triple desde la esquina derecha.

Aunque los del Álamo llegaron a ponerse a dos (83-81), Bryant decidió sacar el fusil, impregnarlo de magia y finiquitar el asunto. El MVP había hablado: exigía a gritos la final y se la entregó a los Lakers en bandeja de plata, tras firmar una exhibición sólo al alcance de los elegidos.