El accidente de Alba Carrillo y Alba Cifuentes por un autobús fuera de control en 'Hasta el fin del mundo'
- Alba Carrillo y Cristina Cifuentes viven uno de los momentos más tensos y peligrosos desde que comenzaron en la aventura
- El quinto episodio ya se puede ver en RTVE Play
Parecía un trayecto tranquilo… hasta que dejó de serlo. Todo apuntaba a que Alba Carrillo y Cristina Cifuentes empezaban el día con suerte. A diferencia de otros equipos participantes de Hasta el fin del mundo, encontraron un autobús con destino a la ciudad peruana de Puno en un horario que les convenía para seguir compitiendo por los primeros puestos en esta quinta etapa de Hasta el fin del mundo.
Con unas siete horas de viaje por delante, ambas se acomodaron entre almohadas, listas para descansar durante la noche. Sin embargo, lo que no imaginaban era que, de haber sabido lo que les esperaba en aquella carretera oscura, quizá habrían preferido quedarse en tierra.
El autobús pierde el control
A mitad del camino, en una curva, el conductor del autobús perdió el control. Asustadas, miraban por las ventanas sin conseguir ver nada debido a la oscuridad de la noche. Alba Carrillo rompió el silencio al darse cuenta de lo ocurrido y afirmó: "Hemos tenido un accidente". Explicó que habían notado cómo el vehículo empezaba a "zigzaguear", que se habían ido hacia un lado y que la sensación había sido la de volcar, hasta que el autobús se detuvo en seco. "Estamos todos asustados", reconoce Alba, aun agarrándose el pecho.
El conductor explica lo sucedido
El chofer aclara que otro vehículo les cerró el paso y que, para evitar un choque, golpeó un protector de la vía. Asegura que “todo ha sido daño material”, que el autobús “sigue siendo funcional” y que podrán continuar hasta su destino. Alba y Cristina se abrazan aliviadas en sus asientos, celebrando que no les haya ocurrido nada grave y que el viaje pueda reanudarse.
Alba comenta entre risas nerviosas cómo puede ser que les pase "de todo" durante sus etapas en Hasta el fin del mundo y confiesa que, durante el incidente, no tuvo tiempo de reaccionar, aunque después sintió un fuerte vuelco en el pecho. "Tan joven y bella… no estoy preparada", dice en tono irónico, provocando la risa de Cristina.
Conversaciones profundas tras el susto
Mientras el vehículo recupera la marcha, Alba le pregunta a Cristina si no tiene ninguna secuela. Ambas reflexionan sobre lo mucho que les queda por vivir y sobre las cosas que aún desean hacer, mientras Cristina afirma con serenidad: "No le tengo miedo a la muerte".
Alba admite que sí, que teme perderse tiempo con su hijo. "No quiero perderme ni un día de la vida de mi hijo", confiesa. Un sentimiento que Cristina comprende perfectamente, recordándole que el pequeño la necesita mucho.
Cristina Cifuentes recuerda su estancia en la UCI
La expolítica aprovecha para compartir uno de los episodios más difíciles de su vida. Recuerda que, durante su ingreso en la UCI, pensó que sus hijos "ya estaban encauzados" y que por eso se preparó para morir. Explica que no es que estuviera convencida de que iba a morir, sino que llegó "a un punto de dolor extremo e incertidumbre" que la llevó a rendirse internamente.
Alba le pregunta qué la hizo seguir y Cristina cuenta que fue su familia. "Unas palabras de mi marido y de mi hermana me animaron a luchar", relata. Aunque no podía comunicarse por la traqueotomía, "ellos entendieron que estaba en mi peor momento y me insistieron en que no me rindiera", recuerda emocionada. Fue entonces cuando decidió que no quería morir "sola en una UCI y que tenía que salir de allí", dice contundente.
La ayuda inesperada de una pasajera
Aunque el bus continúa avanzando, Alba admite que sigue muy nerviosa y con "mucha ansiedad". En ese momento, una pasajera llamada Judit se acerca y le ofrece una bolsa con hojas de coca. Le explica que debe masticarlas como un chicle porque la van a tranquilizar, y añade que "la hoja de coca es muy sagrada en mi país" (Perú), una tradición que mantienen desde la época inca. Les dice a las concursantes de Hasta el fin del mundo que deben agradecer a la Madre Tierra que estén bien después del accidente.
Alba, escuchando la explicación, propone hacer una ofrenda a la Madre Tierra para agradecer que no les haya pasado nada. Se levanta del asiento y camina por el autobús hasta Judit para pedirle más hojas de coca y así poder realizar la ofrenda al día siguiente junto a Cristina. Judit, emocionada por el gesto, le entrega la bolsa entera.