Eugenia le pide a Martina un favor prohibido en 'La Promesa' y se enfrenta a Lorenzo
- La hermana de la marquesa culpa a su marido de haber perdido media vida
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Ha sido un día muy especial en La Promesa, que ha vuelto a acoger una nueva boda en el palacio: el discreto enlace de Adriano y Catalina. Un día de altos y bajos para una de las integrantes de la familia Luján: Eugenia. Al ver a su sobrina con sus bebés, la mujer se da cuenta de todo lo que ha perdido en esta vida. Además, echa de menos a su hermana Cruz, motivo por el que le pide a Martina un favor que pondrá a la joven entre la espada y la pared.
Eugenia quiere ir a ver a Cruz a la cárcel
Tras la boda, Martina y Eugenia comentan todo lo sucedido en el enlace. Es entonces cuando la joven le confiesa a su tía que ella también estuvo encerrada en un centro psiquiátrico por culpa del hombre que la liberó a ella: el conde de Ayala. La sobrina del marqués no quiere recordar aquellos días, pero si hacerle saber algo a la hermana de la marquesa: "Siento mucho que haya pasado tantos años encerrada en un sitio como ese y que yo estoy aquí para cualquier cosa que necesite".
Eugenia agradece sus palabras, y le ofrece su apoyo respecto a cuando la familia se enfadó con Martina por haber ido a ver a la marquesa, y le hace una petición: "He decidido ir a ver a mi hermana, y tú eres la única persona que me puede ayudar a hacerlo".
Como todos sabemos, ir a ver a Cruz es un hecho prohibido por el marqués tras la escapada furtiva de Martina hasta Córdoba. Y así se lo hace saber la joven a Eugenia, pero ella insiste en que es su hermana y tiene todo el derecho de ir a verla. A pesar de la presión social, para tranquilizar a su tía, Martina intentará concertar una visita a la cárcel.
En cambio, se encuentra con una negativa: la del marqués. Martina intenta defender que Eugenia vaya a visitar a Cruz, pero Alonso se mantiene firme en su decisión, y sigue prohibiendo ir a Córdoba para ver a la marquesa, bajo ningún concepto. Eso sí, la joven avisa: no sabe cómo reaccionará la madre de Curro, por lo que pase a partir de ahora ya no es cosa suya.
Eugenia se enfrenta a Lorenzo
Eugenia mostraba su alegría durante la boda, pero antes su estado de ánimo no era el mismo. Estaba triste porque le "hace dolorosamente consciente de lo que ha dejado de vivir durante estos años de encierro", le dice al marqués para después dirigirse a Lorenzo: "Jamás te perdonaré lo que me has hecho. No te bastó con usar la fuerza contra mí como solo un cobarde sabe hacer". Unas palabras que hacen daño al capitán de la Mata.
"Eres un valiente de saldo, y tú lo sabes. Me privaste de todo, me apartaste de lo que más quería para encerrarme en ese encierro disfrazado de hotel elegante. No podía hacer nada que me ayudara a sentir viva, despierta", le reprocha, para continuar contando todo lo que le hicieron: "Me tuvieron postrada en una silla, reducida a mis propios pensamientos que no eran muy lúcidos. Tú sabes por qué".
Pero parece que al capitán no le bastó con eso, también se aseguraron a que redujesen a su mujer a "un despojo inofensivo y sin vida, haciendo todo lo que fuera necesario". Eugenia entonces relata los "tratamientos" a los que fue sometida: "Los baños helados, el ladauno a cada rato, me dispensaron todas las torturas disponibles y siempre bajo tu bendición. La consigna era fácil: que nunca esté lo bastante bien para salir, y la cumplieron a rajatabla".
Ante la impasividad de su marido, esta le desea lo peor: "Que me encerraras allí debería ser suficiente para justificar el aborrecimiento que te tengo. Ojalá sufras la mitad de lo que sufrido yo, si es vida, mejor. Y si no, no me cabe duda de que el infierno te espera".
