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La periodista Mara Torres narra el desgarrador relato del suicidio de su hermana en "Recuérdame bailando"

  • La periodista y escritora, Mara Torres, transforma el duelo en literatura con una novela profundamente íntima y necesaria.
  • "Recuérdame bailando", sobre el sufrimiento mental que puede llevar al suicidio, en "No es un día cualquiera"
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PAULA TADEO BENÍTEZ MIGUEL

El 16 de septiembre de 2013, la vida de Mara Torres se partió en dos. Su hermana pequeña, Aly, se quitó la vida a los 33 años, dejando un abismo en su familia y un silencio lleno de preguntas sin responder. Durante años, ese dolor permaneció íntimo, hasta que el hallazgo de un diario entre las pertenencias de Aly, "Frente al espejo", le dio las primeras claves para empezar a entender lo que entonces parecía inexplicable. De ese proceso nace "Recuérdame bailando", una novela publicada por Planeta que no solo es un homenaje, sino también una poderosa reflexión sobre el duelo, la salud mental y el amor incondicional entre hermanas.

Mara narra en primera persona cómo vivió la pérdida, el golpe emocional, el desconcierto, la culpa y los intentos de reconstrucción. En paralelo, da espacio a la voz de Aly a través de fragmentos de su diario, en los que deja ver su lucha silenciosa y su deseo de vivir, frustrado por una enfermedad mental que no fue detectada a tiempo: "Cuando encontré su diario, me di cuenta de que había una historia que necesitaba ser contada, no solo por ella, sino también por mí", cuenta Mara Torres. Además explica cómo se sintió al escribrila: "No sabía si era capaz de hacerlo, pero su voz me fue guiando. Fue como si me diera permiso para escribirla", añade.

La obra se convierte en una herramienta para visibilizar una realidad silenciada: la del suicidio, que cada año se cobra la vida de más de 4.000 personas en España, muchas de ellas jóvenes.

No es un día cualquiera - Mara Torres presenta "Recuérdame Bailando", un libro que se adentra en la pérdida de su hermana Alicia

Mara Torres en esta confesión literaria

Mara Torres es una de las voces más reconocibles del periodismo español. Alcanzó popularidad al frente del informativo "La 2 Noticias", donde se mantuvo durante más de una década. Finalista del Premio Planeta en 2012 con "La vida imaginaria", compagina su labor como escritora con colaboraciones en medios y una marcada sensibilidad por los temas sociales. En esta nueva etapa narrativa, da un giro íntimo para abordar uno de los episodios más dolorosos de su vida: “En el periodismo siempre he intentado conectar con lo humano. Pero esto era otra cosa. Era desnudarme por completo”, admite la autora.

Portada de libro con ilustración de la autora con gorro; auriculares y micrófono de RNE en la mesa; ambiente de estudio de radio.
"Recuérdame bailando" de Mara Torres

"Recuérdame bailando" de Mara Torres

"El dolor se quedó incrustado en nosotros. Nadie te prepara para una pérdida así, y mucho menos cuando ocurre de esa forma", explica la periodista quien a pocos días del suceso, aún en pleno duelo, se reincorpora al trabajo para preparar el programa de Televisión Española "Torres y Reyes" con Joaquín Reyes, que además hacía solo unas semanas también había perdido a su madre. Aunque su vida seguía Mara tardó mucho tiempo en poder procesar lo ocurrido: "Pasas años sin poder hablar del tema. Y cuando al fin lo haces, todo vuelve, pero desde otro lugar", relata con sinceridad. Escribir el libro ha sido lo más difícil para la autora y poder darle voz a todo lo ocurrido: "Hay momentos del libro que me costó muchísimo escribir. Tenía que parar, llorar, volver al día siguiente. Fue un proceso muy duro", recuerda.

Una novela real que une dos voces: la de la autora y la de Aly

"Recuérdame bailando" no es solo una novela; es una carta de amor, una búsqueda de sentido y un ejercicio de memoria. El libro arranca con el suicidio de Aly, la hermana menor de Mara y el impacto devastador que dejó en su familia. La historia está construida como un diálogo entre la Mara de hoy y la Aly de ayer: "Quería que su voz estuviera presente. Que no fuera solo mi mirada, sino también la suya, la auténtica", aclara.

El relato se articula en dos partes, la primera, en la que Torres narra en primera persona cómo vivió la pérdida de su hermana, desde el momento en que recibió la noticia hasta los días más devastadores del duelo. La segunda, titulada "Frente al espejo", está formada por fragmentos del diario de Aly, que trabajaba como publicista y llevaba una especie de doble vida, luminosa y social en apariencia, profundamente triste en su interior.

Sus textos revelan pensamientos que nadie conocía, miedos silenciosos, y una lucidez dolorosa sobre su propio deterioro emocional. Este cruce de voces permite entender que el suicidio, lejos de ser un acto impulsivo, fue el desenlace de una batalla larga e invisible: "Ella no era solo una hermana, era una parte de mí. Sentía que, si no contaba esto, estaba perdiéndola dos veces", expresa Mara.

Una historia para compartir el dolor y abrir conversaciones necesarias

Mara Torres ha recalcado que hablar de lo ocurrido no fue una decisión fácil, pero sí necesaria. Desde el primer momento, su familia decidió no ocultar la muerte de Aly ni el modo en que sucedió. La novela, más allá de lo literario, se convierte en una herramienta de visibilidad y comprensión: "El suicidio de Aly nos dejó rotos, pero también nos hizo ver que callarlo no ayudaba. Hacerlo visible era nuestra forma de honrarla", dice.

La autora quiere ser de ayuda con la novela, para personas que han pasado lo mismo o que están experimentando sentimientos similares a los de su hermana: "Muchas personas me han escrito diciendo: ‘me ha pasado lo mismo’. Y ahí entiendes que contar tu dolor puede sanar a otros", explica con emoción.

Durante muchos años, hablar de suicidio fue considerado un tema tabú, algo que se evitaba por miedo, desconocimiento o dolor. Pero cada vez más voces reclaman la necesidad de poner palabras a lo que duele. Mara Torres se suma a ese impulso con "Recuérdame bailando", una novela que lanza una reflexión urgente, sobre la prevención del suicidio: Tenemos que dejar de ver el suicidio como un acto egoísta o incomprensible. Es el final de un sufrimiento que no supimos detectar. Ojalá esta historia sirva para abrir conversaciones, para mirar de frente el dolor y no seguir escondiéndolo”, concluye.