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Cornelia, el ejemplo a seguir para las mujeres en la Antigua Roma

  • La excelencia de Cornelia hizo que pasara de ser un personaje real a convertirse en una leyenda
  • Su apodo madre de los Gracos esconde una desgracia que la acompañó durante su larga vida
No se ha escrito o producido ninguna serie, película o novela que hable sobre Cornelia
RTVE.es

Cornelia, también conocida por su mote madre de los Gracos, es una de las grandes incógnitas de la Antigua Roma porque apenas se ha hablado sobre ella en series, películas o novelas. Pero, ¿por qué? La razón es muy sencilla: ella vivió en el siglo II a.C y de lo que más se ha hablado, escrito o producido es sobre los últimos tiempos de la República, es decir, la época de César o de Pompeyo. Esto no significa que todo lo que ha ocurrido anterior a estos acontecimientos no sean interesantes ya que las historias que esconden son muy curiosas. En Gente despierta se adentran en la vida de Cornelia con la ayuda del historiador Luisma López.

Gente despierta - Descubrimos la historia de Cornelia con Luisma López

¿Quién fue Cornelia?

Hay un factor clave en la historia de Cornelia que marcará su vida para siempre y ese es su linaje. Esta gran mujer nació en una de las familias más importantes de la época porque su padre era, nada más y nada menos, la persona que derrotó a Aníbal en la segunda guerra púnica y, por tanto, un gran eslabón que evitó que Roma cayese en manos de Cartago. Ser hija de Escipión el Africano era tener las dos caras de la moneda: por una parte gozaba de muchísimas comodidades pero, por otra, sentía una gran presión ya que estaba obligada a mantener el prestigio de sus antecesores. Y aunque en la sociedad predominaba una actitud machista, de esta presión no se libraban ni las mujeres, afirma el historiador Luisma López.

Así lo hizo, Cornelia cumplió con todas las expectativas, no solo con las de mantener el honor de la familia, también con lo que se esperaba de las mujeres en aquella época de mentalidad conservadora: comportamiento recatado, supervisión del trabajo de las esclavas, parir, criar hijos, ser sumisa y obedecer al padre o marido.

Sin embargo, hizo tan bien su papel que pasó rápidamente de ser un personaje real a ser casi casi un mito, ya que "los romanos de épocas posteriores la usaban para enseñar a sus mujeres cómo debían ser y cómo debían comportarse", explica el filólogo clásico. ¿Esto significa que lo poco que sabemos sobre ella es falso? No tiene por qué dado que hay "anécdotas de su vida que seguramente sí son ciertas y otras que posiblemente sean invenciones o exageraciones posteriores".

Su marido estaba a la altura

Al pertenecer a una familia de bien, ella tenía que casarse con un noble que ofreciera a su padre una alianza política y, a su vez, engrandeciera el nombre de su casa. Así lo hizo: "El elegido fue un senador romano llamado Tiberio Sempronio Graco", señala Luisma López. El prestigio de este hombre no era ninguna falacia: había conseguido ser cónsul y censor en el Senado y también tener un nombre en los campos de batalla y en el gobierno de las provincias.

Eso sí, entre ellos había una diferencia de edad bastante grande, "es probable que ella no hubiera cumplido los 20 y, sin embargo, él ya rondara o había superado los 40". Por aquel entonces era normal que la mujer fuese algo más joven que el hombre, no obstante, no era muy común que se llevasen tantos años.

Aún así, ellos dos no eran el único caso que se había dado porque, según explica el historiador, el divorcio era legal -siempre que fuese iniciativa del hombre el separarse de su mujer- y, sobre todo, porque era muy probable que las mujeres falleciesen durante el parto. "Claro, el hombre que se quedaba viudo volvía a casarse enseguida y solía hacerlo con una mujer mucho más joven porque eso le aseguraba la fertilidad".

A pesar de ser un matrimonio concertado, se dice que ambos estaban bastante satisfechos con el acuerdo aunque el filólogo no se atreve a afirmar que estuviesen muy enamorados. Sin embargo, este matrimonio no duró mucho porque, según cuenta Luisma López, Tiberio falleció pronto cuando sus hijos rondaban los 10 u 11 años. De hecho, hay una anécdota muy interesante y es que Tiberio tuvo una vez un sueño en el que aparecían dos serpientes apareándose. Mientras él los observaba escuchó una voz que decía que tenía que matar a una de las dos: si mataba a la hembra moriría Cornelia y si mataba al macho, sería él quien falleciese. "A los pocos días él murió", cuenta Luisma López.

¿Cuántos hijos tuvo?

Cornelia rápidamente se quedó embarazada. "Algunos autores hablan incluso de hasta 12 embarazos con sus 12 partos y de ahí nacieron seis niñas y seis niños. Pero, por desgracia para ella, de los 12 sólo sobrevivieron tres: dos niños, Tiberio y Cayo, y una niña, Sempronia".

Hay dudas sobre la veracidad de los 12 partos, apunta el historiador, pero al haber un índice de mortalidad infantil tan alto "no es descabellado pensar que pudo haber tenido 12 partos y haber muerto nueve de estos niños". Aún así, los rumores hicieron de ella un símbolo de fertilidad: "es una imagen que servía para afianzar el modelo de mujer perfecta, de mujer virtuosa que, a pesar de que los dioses le quitaban a sus hijos, ella seguía quedándose embarazada, seguía pariendo fiel a su marido y a su obligación de engrandecer a su casa".

Descubrimos la historia de Cornelia en 'Gente despierta'.

Descubrimos la historia de Cornelia en 'Gente despierta'.

Un nuevo pretendiente

Cuando Cornelia quedó viuda ocurrió un inesperado acontecimiento. El faraón egipcio Ptolomeo decidió visitar a la joven y traerle, además de unos cuantos regalos, una propuesta de matrimonio. ¿Qué respondió Cornelia?, te sorprenderá: "Le respondió al mensajero que para una mujer que había estado casada con un cónsul y con un censor de Roma casarse con el faraón de Egipto suponía un paso atrás en su dignidad y que muchas gracias, pero que no", cuenta Luisma López.

No se sabe si esto es cierto o no, pero lo que los autores romanos consiguieron, además de potenciar la figura de Cornelia, es lanzar un mensaje al mundo de que los romanos "somos la caña y los demás estáis muy por debajo, incluyendo al faraón de Egipto", comenta el historiador

Un final triste para sus hijos

Desde que su marido falleció, la vida de Cornelia se tornó gris. Al principio parecía que a Sempronia, su hija, le había tocado la lotería cuando se casó con el romano más prestigioso de su época, un hombre listo, rico, guapo, un impresionante militar, gran orador y amante de la literatura. Sin embargo, el también sobrino de Cornelia y cuyo nombre era Escipión, de cognōmen Emiliano, "como marido era un auténtico desastre", señala el historiador.

Por lo que "Sempronia a su lado fue una mujer profundamente desgraciada". Luisma López cuenta que se llevaban a matar y que no fueron capaces de concebir un hijo "no sabemos si por infertilidad de ella o de él, aunque también podía pasar que se llevaran tan mal que no hicieran ni el intento de tener hijos". De hecho, se dice que cuando Emiliano apareció muerto, Sempronia fue acusada de asesinato, aunque nunca se pudo demostrar.

Tiberio y Cayo eran la única esperanza de su madre, lo que suponía un gran peso sobre sus hombros porque "estaba obsesionada con que los dos estuvieran a la altura de su padre y de su abuelo, e incluso que los superaran a estos dos". Según las fuentes del historiador, tal era su obsesión que se empeñó en que sus hijos consiguieran que dejaran de conocerla como la suegra de Escipión o la hija de Escipión para que pasaran a llamarla madre de los Graco.

Lo consiguieron, pero no de la forma en la que Cornelia esperaba. "Ambos se marcaron como objetivo reformar las estructuras de la República para favorecer al pueblo con medidas como repartos de tierra, fundación de ciudades, ampliación de derechos... Una política que les convirtió en campeones del pueblo", cuenta el filólogo. Pero, ¿qué pasa cuando favoreces a unos más que a otros? Pues que la parte contraria se mosquea y "en este caso cabreó a muchísimos senadores hasta tal punto que decidieron quitárselos de en medio por la vía rápida".

Tiberio y Cayo fueron asesinados, uno en el 133 y otro en 122 a.C., linchados por una masa de partidarios de sus enemigos. Así que sí, Cornelia consiguió que la reconociesen como la madre de los Graco, pero no de la manera que a ella le hubiese gustado, sino como la madre de los mártires de la causa del pueblo.

Antes de morir consiguió grandes hitos

Tras la muerte de su segundo hijo decidió partir hacia Miseno, cerca de Napolés, donde residió hasta que falleció con casi 100 años. Hasta su muerte se dedicó a cuidar a su única nieta, hija de Cayo Graco, a leer, aprender sobre filosofía y a escribir muchas cartas. "Lo hizo tan bien que esas cartas se publicaron después de su muerte y se convirtieron en una obra literaria que se leyó durante siglos", afirma Luisma López.

Desgraciadamente todas estas cartas se perdieron menos dos fragmentos que recuperó algún autor de época un poco más tardía. "Estos dos fragmentos, que son muy cortitos, son el primer ejemplo de una obra escrita por una mujer en toda la literatura latina. Es decir, Cornelia no solamente fue la madre los Graco, es la primera escritora de la que hemos conservado un trocito de su obra", cuenta el historiador.

Primera mujer romana reconocida

Ser una mujer tan célebre y admirada socialmente nos hace preguntarnos, ¿obtuvo algún tipo de galardón o reconocimiento?. Pues la verdad que sí, de hecho "fue la primera mujer romana a la que se dedicó una estatua en la ciudad de Roma. Nunca antes una mujer mortal que no fuera una diosa había recibido una estatua", señala Luisma López. La ubicación de esa estatua fue el foro romano durante varios siglos, sin embargo acabó desapareciendo.

Entonces, ¿cómo sabemos que realmente existió? Porque el pedestal en el que se encuentra inscrito su nombre junto con madre de los Graco e hija de Escipión se encuentra expuesto en los museos capitalinos de Roma.