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¿Embarazada? Puedes estar sufriendo pregorexia

  • El peso que habitualmente gana una embarazada está entre los 11 y los 16 kilos
  • Estudios realizados en Reino Unido afirman que un 7,6% de las embarazadas sufren algún trastorno alimenticio

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pregorexia
La pregorexia es el miedo a engordar durante el embarazo. GTRES

Chema García Langa recibe en El gallo que no cesa a Marisa Navarro, doctora en medicina, para hablar sobre la pregorexia. Se trata de una obsesión con el peso durante el embarazo que cada vez es más frecuente en mujeres encinta.

El gallo que no cesa - Qué es la pregorexia y cómo afecta a las embarazadas - Escuchar ahora

La pregorexia es un desorden alimenticio que se sufre durante el embarazo y que acusa una obsesión por no engordar y no perder la línea durante los meses de gestación.

Cuando hablamos de un embarazo es una obviedad señalar que va implícita una subida de peso por distintos factores como el propio peso del bebé, la placenta o el útero. El número de kilos que engorda cada gestante puede variar mucho. Una mujer con un peso acorde a su altura suele ganar entre 11 y 16 kilos mientras que si la mujer tiene sobrepeso deberíamos hablar de entre 5 y 9 kilos. Si se trata de una mujer con bajo peso podría engordar hasta 18 kilogramos.

La gestación es un proceso en el que la mujer se encuentra realmente vulnerable y esa es una de las razones por las que la pregorexia puede aparecer, lo explica así Marisa: "Hay unos cambios físicos muy notables, hay unos cambios hormonales y hay unos cambios emocionales. Es un momento en el cual la mujer está especialmente sensible y especialmente vulnerable. Y entonces, en fin, la pregorexia campa a sus anchas en este momento. Se está dando con muchísima, muchísima frecuencia. Esa obsesión por mantenerse delgado y esa obsesión incluso por no lucir tripa. Está de moda tener un embarazo con una tripa muy pequeñita, cogiendo muy poco peso. Personas que están al final del embarazo con seis o siete kilos. Eso es una barbaridad".

La pregorexia es el miedo a subir de peso y a no poder recuperar la forma después de dar a luz. Marisa ha tratado con mujeres que han sufrido este trastorno y una de sus pacientes comentaba lo siguiente: «Es que cuando lo ves ahora desde fuera y dices: "¡qué horror! ¿Cómo he podido estar haciendo estas cosas? Pero cuando estás ahí y te estás viendo que estás perdiendo la figura, que cada día pesas más, que te estás mirando en la báscula, es un horror que es muy difícil de manejar"».

Ejercicio durante el embarazo

El embarazo se convierte a menudo en un estado un poco sedentario y es complicado de sobrellevar para alguien realmente activo. En tu cuerpo suceden cambios de muchos tipos como físicos, emocionales u hormonales y gestionar todo ello es complejo.

Durante los meses de gestación hay que hacer ejercicio. Pero hay que saber muy bien qué se debe hacer y qué no. "Un ejercicio acorde al momento que estamos viviendo. Pero bueno, es que tú ves por redes sociales a las embarazadas haciendo unas verdaderas barbaridades. Esto puede llevar desde un aborto hasta malnutrición para la madre, malnutrición para el feto, bajo peso al nacer, incluso muerte en los primeros tres meses después de nacer el bebé. En fin, muchísimas consecuencias muy graves", cuenta Navarro sobre cómo muchas embarazadas se exceden con el ejercicio.

"Vemos en las redes sociales, a las embarazadas estas increíbles que de pronto están embarazadas con cuerpos fantásticos, con unas tripitas pequeñitas, que dan a luz y a la semana están increíbles. Y claro, la gente se compara y las mujeres se comparan. La comparación siempre es en negativo. Entonces claro, dice: «pero bueno yo que estoy cogiendo 15 kilos, ¿qué va a ser de mí?"», narra Marisa sobre el problema que las expectativas pueden generar en redes sociales.

En cuanto a los límites físicos que debe tener una embarazada, Marisa aboga por la "lógica". Una mujer encinta debe hacer ejercicio, andar, moverse o hacer pequeños ejercicios de fuerza. En cambio, "una embarazada no puede hacer abdominales, no puede hacer spinning y no puede dar saltos. Hay como una especie de rechazo al reposo, a la serenidad, a la tranquilidad. Y es que en esa época de la vida, en ese momento, es imprescindible".

Cómo detectar que algo va mal

Hay un hecho que puede ser muy identificativo para detectar la pregorexia, el no subir de peso. Generalmente, cada mujer tiene un ginecólogo asignado que hace el seguimiento del embarazo y puede darse cuenta de que la mujer no está cogiendo el peso necesario. Otras señales podrían ser que las mujeres no hablen de su embarazo o que "no vivan la gestación como un período feliz".

Además de "los síntomas típicos de los diferentes trastornos alimenticios, desde vomitar después de comer, comer poquísimo, contar calorías, estar continuamente pesándose, continuamente preocupadas por la figura o los comentarios que hace sobre el embarazo que siempre son negativos. Siempre son respecto de su figura y no respecto del bebé que están creando dentro de ellas", puntualiza Marisa sobre las señales a tener en cuenta.

Cabe destacar que no es tan fácil distinguirlo. "Se dice que se da más en mujeres que previamente han tenido trastornos con la alimentación, pero no necesariamente. Se da en mujeres que los han tenido previamente, otras que estaban en el filo de tenerlos. Pero es que se puede dar en cualquier persona, en cualquier mujer se puede dar estos casos. Hay que estar muy atento porque claro, son personas que vomitan, pero es que en el embarazo se producen vómitos", cuenta Marisa sobre cómo se pueden confundir síntomas de un trastorno alimenticio con los propios síntomas de un embarazo.

Por último y para resumir, hay que estar muy atento. Vomitar puede ser por el embarazo o porque se provoquen ese vómito. En algunos casos hacen ejercicio a escondidas y es difícil de darse cuenta. El estado de ánimo, las sensaciones de la gestante con su bebé y la evolución de su peso en las revisiones deben ser puntos clave en los que estar alerta.

¿Es la anorexia del embarazo?

No, existen distinciones claras entre ambos trastornos.

La anorexia se puede sufrir en cualquier etapa de la vida mientras que la pregorexia es un trastorno relacionado con el embarazo y su cambios físicos. Además, la anorexia es un desorden alimentario que también pueden padecer hombres.

En la anorexia se habla de una "percepción irreal del cuerpo", es decir, los pacientes se ven mucho más grandes de lo que realmente son.  

La pregorexia es un problema a la hora de aceptar una realidad como es el cambio físico de una mujer durante la gestación.

Otro hecho muy importante para poder poner remedio a este tipo de problemas es ser consciente de ello y así lo cuenta Marisa: «se tienen que dar cuenta de que algo está pasando, de que está pasando un conflicto dentro de ella. Yo cuando han venido a consulta mujeres con este problema es porque se han dado cuenta. "Doctora, ayúdeme porque es que lo estoy pasando muy mal. No sé qué me está pasando"».

Marisa Navarro ha escrito un libro titulado La alimentación emocional en el que "se trabaja el cambio de pensamientos para cambiar nuestra relación con la alimentación, porque si queremos cambiar nuestra alimentación lo primero que tenemos que cambiar son nuestros pensamientos. Es así. Entonces, basándonos en la medicina emocional, lo que primero son los pensamientos, después son los sentimientos y finalmente las acciones. Pues es un libro que trabaja todo el cambio de pensamientos centrado en la alimentación", cuenta Marisa Navarro sobre el contenido de su libro, que puede ayudar mucho a personas que estén embarazadas y a las que no.