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Cuatro poemas sobre bicicletas, entre los sueños y la calle

  • Nos divertimos con la poesía en la que a través de las bicis, se habla de la vida y se reflexiona sobre lo que nos rodea
  • Leemos poesías de Ángeles Mora, Juan Carlos Mestre, Francisco Brines y Guadalupe Grande y exploramos sus palabras

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Disfrutamos de la poesía de Ángeles Mora, Juan Carlos Mestre, Francisco Brines y Guadalupe Grande
Disfrutamos de la poesía de Ángeles Mora, Juan Carlos Mestre, Francisco Brines y Guadalupe Grande

“La bicicleta ha sido la más hermosa conquista del hombre, a parte de la poesía”, se empeñó en demostrar el periodista y poeta Édouard de Perrodil, como contó él mismo en su libro ¡Bici! ¡Toro! en el que narra su viaje de París a Madrid en bici en 1893. En Como andar en bicicleta de Radio Nacional nos hemos propuesto este verano escuchar en cada programa una poesía donde se hable o se mencione a la bicicleta, acompañado de las reflexiones de sus autores o de amigos suyos.

"Soñar con bicicletas", de Ángeles Mora

“Tener una bicicleta era un deseo que no estaba a mi alcance”, contaba la poeta Ángeles Mora en Como andar en bicicleta. “Para mí, soñar con una bicicleta era como soñar con atravesar el arco iris para llegar a un mundo de colores, como cantaba Judy Garland en la película El Mago de Oz. Era algo que me hacía feliz”.

Como andar en bicicleta - Poesía sobre ruedas: "Soñar con bicicletas", de Ángeles Mora - Escuchar ahora

Mora es la autora del poema "Soñar con bicicletas" y que también da nombre a su poemario:

BUSCAR la luz, No mirar por los rotosdonde el rencor ocultasu negrura infinita.

Yo, que no tuve bicicleta, soñé con bicicletasy lloré al despertar.

“El poema “Soñar con bicicletas” es totalmente simbólico. Aún en este mundo duro, difícil e inhóspito para la mayoría de sus habitantes en el que vivimos, hay que tener esperanza, hay que luchar por conseguir un mundo mejor, más justo, habitable, igualitario, donde no exista la terrible explotación que sufre tanto la humanidad como el planeta. Esos son los caminos prohibidos, los que nos llevarían a un mundo mejor. Claro que, hoy por hoy, esto no deja de ser un sueño”.

La huella de aquel sueñome ayudará a cruzarcon esperanzacaminos prohibidos.

"El hijo del panadero", de Juan Carlos Mestre

“La bicicleta como un pequeño artefacto movido por la humilde ilusión de aquellos que saben que para llegar antes a donde quieren ir, no hace falta un tren de alta velocidad, sino la fuerza insustituible de la esperanza”, dijó el poeta Juan Carlos Mestre en El bosque habitado de Radio 3.

Como andar en bicicleta - Poesía sobre ruedas: "El hijo del panadero", de Juan Carlos Mestre - Escuchar ahora

Mestre es el autor del poema “El hijo del panadero”, incluido en el poemario La bicicleta del panadero:

Allá va como si la razón no tuviera frenosUna de dos o aristóteles le hizo la zancadillao Santo Tomás lo empujó por la cuestaEs el hijo del panadero, en bicicletapor los túneles de plomo donde nievaal pasar el tráiler cargado de gallinas

“La bicicleta no tiene motor. La bicicleta tiene el humilde pedal del esfuerzo cotidiano de aquellos que bajo la intemperie de las estrellas, la cogen cada mañana para acudir al trabajo, como lo hizo mi padre desde que era niño”, añadía el poeta del Bierzo en el programa de María José Parejo. “Hay personas que eligen su lugar en el mundo y en la vida, mis antepasados no lo eligieron. El destino les colocó casi como un revólver la obligación de ser trabajadores”.

todo lo definitivo queda definitivamente sin resolverseNo hay vuelta atrás ha tirado en dirección contrariay ninguna calle lo conducirá a la entradade por así decirlo las grandes panaceas del mundo

“Yo no soy ningún desclasado, es decir, yo sé de dónde vengo, sé dónde estoy y sé también, de alguna manera, cuál es la intuición de mi destino futuro, que es la de estar con aquellos que me merecen mayor respeto en la vida, los que sostienen con sus manos la intemperie de la necesidad, los que luchan por los derechos de los otros, sobre todo aquellos que saben que no los tienen”.

“Mere Road”, de Francisco Brines

“Desde mi cuarto, yo veía pasar a una hora determinada de todos los días un grupo de muchachos con sus bicicletas que iban al colegio y delante de mi casa estaban construyendo una casa nueva y extraña”, explicaba Francisco Brines en El aula poética de Radio Clásica que presenta el también poeta José Hierro.

Como andar en bicicleta - Poesía sobre ruedas: "Mere Road", de Francisco Brines - Escuchar ahora

Brines se refiere a la calle Mere Road de Oxford, allí fue profesor de español en la Universidad, y así quiso llamar a uno de sus poemas, lo incluyó en el poemario Palabras a la oscuridad:

yo ya conozco a cada uno de ellos, mientras suben en grupos o aislados, en el ligero esfuerzo de la bicicleta. y yo los reconozco, detrás de los cristales de mi cuarto.

“El poeta protagonista aquí es alguien en la penumbra. Esta es una posición que le gusta mucho a Brines”, señala Jaime Siles, poeta y amigo del escritor, en Como andar en bicicleta. “Se ve a sí mismo y a los propios jóvenes que pasan, como si un día en el futuro ya no existieran, pero pudieran volver a recordar ese instante y ese lugar”.

Y ellos llenan mis ojos con su fugacidad, y un día y otro día cavan en mi memoria este recuerdode ver cómo ellos llegan con esfuerzos, voces, risas, opensamientos silenciosos, o amor acaso.

“Hay una palabra que en el poema se repite: fugacidad. Es decir, el sentido de la fugacidad de nuestra vida, el instante visto como contingencia continua y cómo la poesía intenta, precisamente, detener ese instante eternizado, salvarlo de su continua pérdida”, añade Siles.

“Farmacia de guardia”, de Guadalupe Grande

“Ese lugar de la pobreza, de la humildad y de la derrota que tanto alzaba Guadalupe Grande como concepto poético; en esa derrota como lugar necesario donde la escritura se produce, está el gesto de la bicicleta, esa especie de tránsito, de marcha, de desplazamiento posible para la gente que no tiene coche”, destaca Mario Obrero, poeta y amigo de la familia Grande Aguirre.

Como andar en bicicleta - Poesía sobre ruedas: "Farmacia de guardia", de Guadalupe Grande - Escuchar ahora

Guadalupe Grande es la autora de “Farmacia de guardia”, que forma parte de su poemario La llave de niebla:

La bicicleta de mi padredobla por la esquina de la ciudad. Ya no son los trigales, ya no las cabras, no los chotos ni la rumia, todos no reunidos ya sólo en la memoria.

La poeta es “heredera de un Madrid que relata Félix Grande [padre de Guadalupe] en su libro Las calles: de la espereza, del frío”, cuenta Mario Obrero, y “del Madrid de las migraciones, en el caso de Félix desde Tomelloso, una zona rural Manchega”.

Félix Grande escribió y recitó en La estación azul:

Miro sobre la tierra tersapueblecitos de olvido y cal.

¡Surcos y sol, lluvia y olivosque lejanos y hermosos son!

[...]

Miro el campo con amor tenso. Tantas cosas dónde estarán.

Mis cántaros, mi bicicletarodaron por no sé qué abismo.

“Es una generación de posguerra y es una generación que vive y que se desarrolla, también en lo literario, en un país franquista marcado por una dictadura. Tiene esa necesidad de huir, de correr, de alejarse de sitios, pero no sabe muy bien hacia dónde va. Entonces, en ese impulso, en esa necesidad, está en ese imperativo”.

El poema de Guadalupe Grande sigue con:

Padre corre, padre pedalea deprisay cree que debido a su poco pesoy a la velocidadlas distancias se rinden a sus pasos:la distancia de la vida, la distancia del deseo, la distancia blanca de la muerte. Corre y teme padre por las calles de la ciudad.