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Rodrigo Cuevas reivindica hablar asturianu "sin complejos"

  • Explica que las dudas de las reglas ortográficas del asturianu lleva a que mucha gente a cambiar al castellano
  • Señala que para mantenerlo vivo hay que "utilizarlo sin complejos" y critica a quienes lo relacionan con la falta de oportunidades
Rodrigo Cuevas, agitador folclórico
RTVE.es

¿Idioma asturleonés? ¿Asturianu? ¿Asturleonés? ¿Bable? ¿Patsuezu? ¿Mirandés? ¿Cómo deberíamos llamar a la lengua que se habla en Asturias, en algunas zonas de León y Zamora y en la comarca de Miranda do Douro, en Portugal? Son los diferentes glotónimos que se utilizan para dar nombre a este idioma. Lo ha contado el agitador folclórico Rodrigo Cuevas en el espacio dedicado a las lenguas en España que han abierto este verano en Gente despierta. Sí que ha precisado que “bable” es más incorrecto porque “se utiliza de forma despectiva”.

Gente despierta - Rodrigo Cuevas reivindica el asturianu

No es hablar mal

¿Qué hay que hacer para mantener vivo el asturianu? “Lo más importante es utilizarlo sin complejos”, ha señalado. “En Asturias lo que nos pasa es que tenemos una situación de diglosia tremenda y hay mucho complejo en utilizar el asturianu para ciertas cosas”.

Lamenta que en la sociedad siga existiendo la idea que “te meten con calzador desde que eres pequeño de que el asturianu es hablar mal, de pueblo, de gente ignorante, de que no tiene oportunidades” o de una manera “inculta”.

Estos mensajes “te calan dentro y sentimos vergüenza” y les lleva a sentir vergüenza cuando vas “a un banco”, “tienes que hablar en público” o “tienes una reunión seria”, entonces “cambiamos de registro” y de lengua.

Amestáu, lo que habla la mayoría

“La mayoría de la gente en Asturias no habla un asturianu normativo ni un castellano normativo. Hay como una cosa en medio que tiene un espectro muy grande que se llama popularmente amestáu, que significa mezclado y es lo que habla la mayoría de la gente”, es decir, unos más cercanos a una lengua y otros a la otra.

Falta de alfabetización

El hecho de solo estar “alfabetizados en una lengua”, el castellano, provoca que “la mayoría de la gente” se pasen a esta, cuando tienen dudas del asturianu, ya que sí la saben y dominan. Esto ha explicado que ocurre mucho cuando la escribes porque no conocen las reglas y “cometen muchas faltas de ortografía”.

Ha destacado que en la sociedad “hay una sensación colectiva de que nadie te puede decir cómo se habla bien en asturianu” y “hay mucha gente que le ofende la normativa porque sienten como que les estás diciendo cómo tienen que hablar”.

“No quiere decir que el asturianu vulgar o coloquial se pueda utilizar de otra forma, pero hay unas normas gramaticales desde hace bastantes años, como las hay en el castellano, que la gente no las conoce”.

¿Está viva la lengua?

Rodrigo Cuevas vive en el concejo de Piloña, en la zona oriental de Asturias, y ha contado que allí es “un lugar con un muy buen nivel lingüístico de asturianu”, pero esto no es lo ocurre en gran parte del Principado. En el ámbito rural, donde reside él, “está súper vivo” pero no ocurre así en las zonas urbanas.

¿Está habiendo una revitalización del asturianu? Cree que sí, cada vez hay más conciencia “de la importancia de tener una lengua milenaria románica viva en Asturias” y “la gente joven quiere estudiarla y hablarla”. Además, que surgen propuestas “literarias y artísticas” en esta lengua, aunque cree que “indudablemente está peor que hace 40 años”.

Oficialidad, pero no solo

¿Qué es lo importante para el futuro del asturianu? Cuevas cree que pasa por “la oficialidad”. En la actualidad, hay en las escuelas solo una hora a la semana y es optativa. Apunta que “hace falta más carga lectiva en esta lengua” y que sea “vehicular en un parte del currículum académico”. También ha añadido que hace falta “subir la autoestima colectiva asturiana”.

Pero sí que advierte que no solo con la oficialidad va a ser suficiente para evitar su desaparición. Ha puesto el ejemplo de Cataluña, donde a pesar de ser idioma oficial y la inmersión lingüística “está perdiendo espacio frente al castellano”.