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El superpoder del aloe vera y el pino canario

¿Sabías que existen plantas resistentes al fuego? ¡Son las plantas pirófilas!

  • Algunas plantas son capaces de resistir a los incendios
  • El aloe vera, el eucalipto o el pino blanco son tres tipos de plantas pirófilas
  • 'Órbita Laika' se adentra en la ciencia del fuego en #OLFuego

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Órbita Laika - Biología con Ricardo Moure - Plantas pirófitas

Existen unas plantas que son unas auténticas maestras de la adaptación al fuego: las plantas pirófilas, también conocidas como pirófitas. Para luchar contra el fuego, estas plantas utilizan diferentes mecanismos, lo que supone una enorme ventaja en lugares donde los incendios suceden de manera recurrente. Ricardo Moure, biólogo de 'Órbita Laika', dedicó el primer programa de la octava temporada a estas supervivientes de las llamas. Si quieres conocer algunas de sus estrategias, ¡sigue leyendo!

Estrategia nº1: plantas con resistencia pasiva. Tienen características que las hacen resistentes al fuego. Aguantarlo se les hace más llevadero gracias a sus hojas llenas de agua, como es el caso del aloe vera, una planta suculenta. Otro ejemplo es el alcornoque, cuya corteza tiene un gran espesor de súber. Este tejido vegetal de células muertas lo recubre y resguarda, permitiendo a este árbol de hoja perenne acumular aire a modo de aislante térmico. Eso sí… Todo tiene su límite. Si el incendio se produce de manera muy severa, no hay salvación posible.

Estrategia nº2: plantas rebrotadoras. Son capaces de soportar un incendio sin que mueran sus raíces y algunas partes del tronco, "resurgiendo" de sus cenizas aunque el resto de la planta esté quemada. La gran densidad de raíces de su sistema radical les permite rebrotar rápidamente. Dos ejemplos son el enebro y el eucalipto, siendo este último una especie propagadora de incendios forestales, además de consumir una gran cantidad de recursos hídricos.

Estrategia nº3: plantas germinadoras. Son aquellas cuyas semillas pueden resistir al fuego y mantener su capacidad de germinar. Un ejemplo es el pino blanco, cuyas piñas, situadas normalmente en la copa, juegan un papel clave. Con el calor del fuego, las piñas se abren, de modo que las semillas salen. Cuando el incendio llega a su fin, pueden germinar sin encontrar competencia a su alrededor. Las plantas germinadoras son unas auténticas supervivientes.

Hay otro tipo de pino que merece mención especial: el pino canario. Esta conífera tiene una corteza gruesa para soportar el calor, y piñas en las copas que, con el fuego, se abren para liberar sus semillas. Además, ¡es la única conífera capaz de rebrotar!