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Literatura

Piratas, náufragos y capitanes: las expediciones en barco que cambiaron el mundo

Noticia Página Dos

  • Página Dos entrevista al escritor y comunicador científico Javier Peláez, autor de Planeta océano (Espasa)
  • Un paseo por rutas accidentadas, expediciones científicas, descubrimientos, proezas y soledad
  • Peláez nos narra las travesías que transformaron el comercio, el arte y la ciencia

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Planeta Océano: las travesías que cambiaron para siempre el mundo

Hasta hace unos cuantos siglos, el mar separó a muchas sociedades del planeta. La navegación lo cambió todo. Se habla mucho de la rueda, pero el ingenio que propició la invención del barco (¡y de la vela!) cambió el destino de la civilización. El océano ya no era barrera, sino camino.

El nuevo libro del escritor y comunicador científico Javier Peláez (Puertollano, 1974) es un emocionante homenaje a esos hombres y mujeres —muchos de ellos, desconocidos y olvidados— que con sus viajes propiciaron que el intercambio y la cultura florecieran. En Planeta Océano (Espasa) se habla de los navíos que marcaron una época, los navegantes que cambiaron la antigua idea del mundo y las travesías que transformaron los modos de vida.

El libro se estructura en anécdotas y detalles que sirven para entender la visión de la naturaleza de las diferentes épocas, los sistemas de trabajo y el carácter de los descubridores. Algunos fragmentos tienen algo de thriller: «Dio la voz de detener el barco mientras los marineros se preparaban para poner en marcha los tornos. Lanzan al agua las sogas con los pesos y esperan a que toquen fondo. Dos mil metros; la cuerda desciende como de costumbre. Tres mil, cuatro mil metros; los tornos giran sin que los pesos toquen fondo. Cuatro mil quinientos metros, cinco mil metros... aquello era diferente. Murray llama a Thompson y el escocés se acerca para comprobar que todo funciona adecuadamente mientras la cuerda supera los seis mil metros de profundidad. (...) Las miradas están fijas en el torno hasta que, por fin, las ruedas se detienen. Murray se acerca, toma su cuaderno y anota la medición: casi 8.200 metros. Acababan de descubrir el punto más profundo del planeta, una enorme depresión en la fosa de las Marianas que hoy, en su honor, se conoce como el abismo Challenger.» Y nosotros, al leerlo, estamos allí con ellos en cubierta.

Óscar López pregunta a Javier Peláez qué ha dejado fuera en Planeta Océano (Espasa). «No ha habido espacio para las batallas, obviamente. También he dejado fuera naufragios de los que ya se ha escrito mucho, como el Titanic. He intentado buscar un enfoque original y curioso. Las expediciones científicas son unas grandes desconocidas; el conocimiento nace de los viajes, no de un laboratorio con una pizarra.»

Para los amantes de los océanos, recomendamos otras lecturas con el mar como protagonista. La tempestad de Shakespeare, El rumor del oleaje de Mishima, Moby Dick de Melville, El lobo de mar de Jack London, Veinte mil leguas de viaje submarino de Verne, El viejo y el mar de Hemingway, Relato de un náufrago de García Márquez, La perla de Steinbeck o La isla del tesoro de Stevenson. Un viaje que dio lugar al libro seminal de la biología evolutiva: la travesía en el bergantín Beagle y El origen de las especies de Darwin. Y una cita final de Arthur C. Clarke: «Qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano».