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Cómic

'Moby Dick' y la vuelta al mundo de Elcano en un sorprendente cómic de Dario Adanti

  • El autor publica La ballena tatuada, "un falso documental gráfico y un libro de historia"
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Detalle de la portada de 'La ballena tatuada'
Detalle de la portada de 'La ballena tatuada'

Desde que Dario Adanti (Buenos Aires, 1971) descubrió la novela Moby Dick (Herman Melville, 1851) se enamoró del mar y de la vida de los marineros. Y ahora, coincidiendo con el quinto centenario de la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano (1519-1522), ha reunido ambas historias en un cómic sorprendente: La ballena tatuada (Astiberri), un falso documental gráfico y un alucinante libro de historia.

Este cómic nace de mi fascinación por la historia naval -confiesa Adanti-, de la épica de que estos monos que dejamos los árboles para adentrarnos en la sabana, los seres humanos, hayamos encontrado el modo de atravesar, también, los océanos para explorar y poblar el mundo, en un mundo que es, además, casi todo de agua...”

“Y mezclo la primera vuelta al mundo con Moby Dick –continúa el dibujante- porque el clásico de la literatura de Melville no existiría si tres siglos antes Magallanes y Elcano no hubieran inaugurado la ruta marítima de la Patagonia austral para el comercio global. De hecho, el mismo Melville, en una charla sobre los mares del Sur, editada en un pequeño librito que se llama Viajar, habla de su experiencia como marinero cuando atravesó el peligroso cabo de Hornos, dice: “el primer europeo que navegó por estas aguas, tenía una sólida experiencia del mar”.

“Aunque Magallanes -añade Adanti-, no tomó la ruta del cabo de Hornos, que todavía no había sido descubierta, sino que pasó por el estrecho que lleva su nombre. melville también menciona que tras tan penosa travesía patagónica, cuando al fin salió al Pacífico, aquel aguerrido hombre de mar, lloró. Este detalle se conoce por otro gran libro de culto en la historia de la literatura, Primer viaje en torno al globo de Antonio Pigafetta, el relato real de uno de los 18 supervivientes, de los 247 marineros que componían la tripulación, de aquella primera vuelta al mundo”.

Por eso Adanti remarca que Moby Dick no existiría sin la hazaña de Magallanes y Elcano: “Cada ruta marítima de importancia para la cultura humana tiene su propia historia, y aunque nosotros, en tierra firme, la ignoremos, los navegantes conocían perfectamente los padecimientos de quienes les habían precedido y las dificultades que habían tenido que afrontar en aquella ruta. La cultura oral marinera era la forma en que tenían los trabajadores del mar de pasar información importante de generación en generación sobre las rutas que hacían; y Melville nunca hubiera navegado las aguas de la América austral si no lo hubieran hecho antes Magallanes y Elcano. Esa memoria marítima es intangible y se pierde junto con la memoria oral de los marineros”.

Página de 'La ballena tatuada'

La ballena don Miguel: un misterioso cachalote

Esa ballena tatuada del título no es Moby Dick sino don Miguel, un cachalote que existió realmente y que también aparecía en la obra de Melville. “La ballena don Miguel era un cachalote conocido por los habitantes de las costas chilenas del siglo XIX –nos cuenta Adanti-. Un animal posiblemente muy longevo con tantas cicatrices que, según cuenta Melville en Moby Dick, “tenía el lomo cubierto de místicos jeroglíficos”.

“Tanto don Miguel como Mocha Dick, el cachalote real que inspiró a Melville para escribir Moby Dick (un cachalote blanco al que se asociaba a las aguas de la isla chilena de Mocha), fueron cachalotes reales del Pacífico chileno –continúa Adanti-. Los cachalotes son animales globales y muy longevos, que utilizan los pasos interoceánicos patagónicos en sus viajes migratorios por el mundo. Pero la industria ballenera diezmó la población de cachalotes hasta casi hacerlos desaparecer a comienzos del siglo XX”.

Dario también cuenta en el cómic que los marineros creían que algunas de estas ballenas eran inmortales: “Se han encontrado ballenas de Groenlandia que han vivido hasta 200 años. Y si a eso sumamos que la esperanza de vida de los marineros de esa época era muy corta, era lógico que si varias generaciones veían al mismo animal y lo reconocían por sus cicatrices, acabaran creyendo que era un ser inmortal”.

“Total -añade-, que si para los navegantes del pasado las ballenas podían ser inmortales, entonces aquellos cachalotes reales de la América austral de los que habla Melville en Moby Dick nadaban en aquellas aguas desde siempre, y los primeros navegantes europeos que los avistaron tuvieron que ser, ni más ni menos, que los primeros que inauguraron aquella ruta: la expedición de la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano”.

“Esta fantasía, que sigue la lógica de los navegantes de entonces, me sirve para contar un momento fundamental de la historia de la humanidad: el descubrimiento de la forma real del mundo en el que habitamos, la comprobación empírica de que la Tierra es redonda” –continúa Adanti-.

“Ese momento marca un antes y un después en la Historia, pero ya estaban allí otros seres humanos, los pueblos patagónicos. Y la testigo de aquel encuentro tan trascendente es, ni más ni menos, que aquella ballena austral que parecía tatuada con jeroglíficos místicos. Porque antes de que el Homo sapiens llegara al último confín del mundo, ya sea de forma terrestre y a lo largo de milenios, como hicieron los pueblos patagónicos, o ya sea a través de la navegación, como en el caso de Magallanes y Elcano en el siglo XVI, ya estaban allí las ballenas. Las ballenas son las testigos de cómo este mono terrestre dejó la seguridad de la tierra firme y salió a descubrir cómo era el mundo”.

Página de 'La ballena tatuada'

La lucha del ser humano contra sus propios fantasmas

Lo más interesante de Moby Dick es que habla de la lucha del hombre contra la naturaleza, pero también contra sí mismo. “Es exactamente eso lo que me interesa de Moby Dick -confiesa Adanti-, la lucha del ser humano contra sus propios fantasmas que son: sus obsesiones, sus inseguridades y sus limitaciones. Algo que podría sintetizar así: nuestra gran capacidad para hallar el modo de conseguir lo imposible y, al mismo tiempo, el alto precio que tenemos que pagar nosotros y nuestro entorno por desarrollar esa misma capacidad de conseguir lo que parece imposible. Algo que nos lleva a un mayor bienestar y, también, a un gran desequilibrio con respecto a nuestro entorno lo que nos salva y nos pone el peligro de forma simultánea”.

Superar nuestras limitaciones nos lleva tanto a crear epopeyas como a masacrarnos –añade el dibujante-, y por eso toda epopeya, como evento humano, contiene esa contradicción. Y es esto mismo, la contradicción, lo que hace tan fabulosa la epopeya de la primera vuelta al mundo: presidiarios, soldados, esclavos y marineros de hace 500 años, analfabetos, marginados y supersticiosos hasta decir basta, dieron la vuelta al mundo en barquitos de madera y fueron los responsables de expandir la fe cristiana a la vez que dilapidaron sus fundamentos al demostrar que la Tierra es, efectivamente, redonda: una verdad científica contraria a lo que predicaba la Iglesia en su época. Y todo por la obsesión de encontrar un paso que les permitiera llegar al este por el oeste para así encontrar acceder a un recurso, las especias, que consideraban valioso. Ese hecho real, la expedición de Magallanes y Elcano, es el Moby Dick de la Historia de nuestra especie y fue real”.

Exploradores, piratas e indios de la Patagonia

Exploradores, piratas, indios de la Patagonia.... todos esos personajes convergen en La ballena tatuada. “Convergen -asegura Adanti-, primero en el hecho de que son todos miembros de una misma especie: el Homo sapiens. En segundo lugar, convergen en un punto geográfico específico: la Patagonia austral. Después de que nuestra especie surgiera en África hace al menos 200.000 años y empezará a expandirse por el globo terráqueo sin siquiera saber qué forma tenía el planeta, con el viaje de Magallanes y Elcano se vuelve a encontrar y descubre que ese mundo que habita es redondo”.

“Obviamente -añade-, ese encuentro iba a tener un precio a pagar, no sólo el posterior enfrentamiento con tecnologías muy diferentes entre estas familias dispersas de una misma especie, conquistadores y conquistados, sino también la posibilidad de que virus de origen indoeuropeo llegaran a un continente nuevo y llevaran a muchos pueblos indígenas de América a casi la extinción total. Y, siglos después, también llevaría las vacunas que curan esos mismos virus… No se puede entender la Historia de nuestra especie sin entender nuestra contradicción inherente”.

Página de 'La ballena tatuada'

La rivalidad entre españoles y portugueses

Magallanes nunca pretendió dar la vuelta al mundo, lo único que buscaba era una ruta alternativa hacia las Islas de las Especias, ya que los españoles no podían usar la ruta naval hacia oriente a través del Cabo de Buena Esperanza, que estaba controlada por los portugueses. “Una de las cosas que descubre la expedición de Magallanes y Elcano es que el mundo es un tercio más grande de lo que creíamos desde los griegos y que nuestro planeta es, en gran parte, agua –asegura Dario Adanti-. Eso significa que los que realmente han comprobado empíricamente la forma del planeta que habitamos son los navegantes, los obreros del mar”.

“Por otro lado, la expansión marítima fue consecuencia del mercado –añade-. El mercado entendido como el intercambio de recursos entre individuos y poblaciones, que evolucionará hasta convertirse en el complejísimo y mercado global que conocemos hoy. La posibilidad material de que este mundo moderno globalizado existiera empezó con el viaje de Magallanes y Elcano y siguió, siglos después, con la industria ballenera de Moby Dick”.

“Y la primera vuelta al mundo fue consecuencia directa de esa competencia comercial entre Portugal y España en el siglo XVI. Así de importante es para nuestra actualidad, aquella vieja rivalidad de estos dos reinos europeos”, asegura Adanti.

“Esta capacidad humana de buscar recursos e intercambiarlos ha sido el motor de la historia, nos ha dado lo bueno y lo malo: Desde volvernos una especie global pudiendo viajar en avión a cualquier parte del planeta en apenas unas horas, hasta la capacidad, por esto mismo, de tener una pandemia global como la actual del coronavirus que se expanda por todo el mundo al mismo tiempo que viajamos. Pero también, gracias a esto tenemos la capacidad de encontrar vacunas que puedan salvarnos la vida y, a la vez, esto mismo crea la diferencia entre ricos y pobres y genera la injusticia de que los países sin recursos tengan menos acceso a las vacunas o a cualquier adelanto que les permita sobrevivir”.

Y la puerta para que el mercado fuera global fue la primera vuelta al mundo –añade-, aunque esa misma globalización ya había empezado desde tiempos muy remotos. No puedes desarrollar una actividad en un mundo si no conoces primero qué forma tiene el mismo. Pero esto, el comercio global y la posibilidad de tener una pandemia planetaria, debería hacernos pensar ahora más como especie que como pueblos, naciones, géneros, razas o creencias. Y para tener siquiera la posibilidad de pensarnos como especie también era esencial empezar por saber qué forma tiene el mundo que habitamos, algo que descubrieron unos marineros harapientos hace 500 años”.

Página de 'La ballena tatuada'

Elcano, Magallanes y los marineros que los acompañaron

La expedición de Magallanes estaba formada por cinco naves (260 hombres) que partieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Tres años después, el 8 de septiembre de 1522, la Victoria capitaneada por Elcano regresó a Sevilla con su carga de especias y con solo 18 supervivientes famélicos a bordo.

Este cómic también es un retrato de esos marineros, de Elcano, de Magallanes y de los hombres que los acompañaron: “Como creo que queda claro –asegura Adanti-, mi obsesión es la condición humana, así que intento reflejar sus grises, aquello que pueda conectarnos, como lectores y lectoras, con aquellos seres humanos de hace medio milenio. No podemos juzgar a personajes del siglo XVI con criterios del siglo XXI, pero sí podemos encontrar en sus actos el reflejo de lo que sí tenemos en común tanto con ellos como con los pueblos fueguinos prehispánicos: todos somos miembros de una misma especie y tenemos las mismas capacidades, entonces y ahora, tanto para crear como para destruir”.

“Y si bien muchos de aquellos de sus actos que hoy hacemos bien en considerar injustos eran, probablemente, consecuencia directa del tiempo que les tocó vivir, lo cierto es que sus aciertos, el hecho de dar la vuelta completa al mundo en un barco de madera y sin más tecnología que los mapas, la brújula, el compás y el oficio, sigue siendo inaudito, sorprendente y casi imposible...”

“E igual de admirables –añade Adanti- son las distintas formas en que los pueblos fueguinos se adaptaron y prosperaron a un entorno tan hostil como aquel que habitaban desde hace miles de años. Un territorio tan complicado para la supervivencia humana que los europeos tardaron varios siglos más, tras navegar sus aguas por primera vez, en poder conquistarlo y poblarlo. Me gusta pensar tanto en unos como en otros, no como su historia y nuestra historia, sino como parte de nuestra historia conjunta como ser humano, y eso es lo que intento reflejar en el libro”.

Página de 'La ballena tatuada'

Malika, la pirata Andalusí

Otro de los fascinantes personajes que aparecen en el cómic es Malika, la pirata Andalusí, que fascinó a Adanti: “La verdad es que con Malika Fadel Ben Salvador me encontré de casualidad, buscando información en internet sobre corsarios de la península ibérica previa al siglo XV que es donde comienzan los viajes navales de exploración y conquista”.

“Me encontré –continúa Adanti-, con un artículo de José Ramón Cantalejo Testa en el diario digital andaluz “La Voz” que se llamaba La corsaria de Pechina donde contaba la historia de esta corsaria del antiguo reino de Granada que atacaba barcos en las costas mediterráneas. Según el artículo, llegó a ser corsaria porque fue adoptada por su abuelo Ibn al quedar huérfana Malika. Y este se casó posteriormente con ella para luego, al morir, heredar su flota”.

“Lo curioso es encontrar una historia del siglo XIV donde la corsaria, capitana de una flota que trafica y roba a otros barcos, fuera mujer, y más en el mundo musulmán de antaño, tan diferente al actual. Como diferente al actual es el otro gran monoteísmo, el cristianismo, que le disputó la península y que iniciará los viajes navales de exploración apenas un siglo después gracias a otra mujer, Isabel la Católica”.

“Así de diferente era aquel mundo de antaño comparado con el actual; y por eso no es bueno juzgarlos desde valores actuales, pero sí encontrar en estos personajes su condición humana, tanto para lo bueno como para lo malo. Borges escribió que el amor y el odio son equidistantes de la comprensión”.

Página de 'La ballena tatuada'

Ha inventado canciones para los marineros

Lo más fascinante del cómic es que casi todas las historias que contiene son reales y están profusamente documentadas: “En mi anterior libro, Disparen al humorista, empezaba diciendo que prefería que me llamaran “humorista”. Ahora veo que no es exacto, de hecho La Ballena Tatuada no es de humor, es de Historia y de Literatura, aunque tenga destellos de humor. Así que creo que podría cambiar esa primera página y poner, ahora, con más exactitud, que lo que soy, si se puede ser algo, es lector”.

“No me documento en el sentido de buscar escritos para descubrir algo que otros no han descubierto aún, ese es el trabajo de los historiadores –añade-. En mi caso, busco lecturas y una lectura me lleva a otra y así hasta abarcar la bibliografía de temas que me interesan y que suele ser inacabable. Todas las historias de La Ballena Tatuada vienen de mis lecturas sobre la historia de la navegación, desde el libro Primer viaje en torno al globo de Pigafetta hasta Moby Dick de Melville, pasando por los clásicos sobre este tema de Fernández de Navarrete, Bartolomé de las Casas, o los escritos originales de Elcano, Maximiliano Transilvano o Ginés de Mafra editados en libro por Ediciones Polifemo. Incluso los clásicos modernos de Zweig, Bergreen, Rosset o Barrault... o los que han salido en los últimos años y que son, también, fundamentales, como el de José Luís Comellas sobre la primera vuelta al mundo o el libro de Tomás Mazón sobre la gesta de Elcano. Así como los libros sobre los pueblos fueguinos de Martín Gusinde o Paul Radin. Todo lo que cuento en La Ballena Tatuada surge de estas lecturas".

Algo que si se ha inventado Adanti son las divertidas canciones que cantan los marineros del cómic. “Las canciones surgen de una frase de Melville en Moby Dick, donde dice aquello de que las comodidades de la vida en tierra firme se han construido con la sangre de miles de marineros y que esa historia no la cuentan los académicos sino los propios marineros en sus canciones y leyendas”.

“Por otro lado –continúa-, siempre me admiró una cosa que Bob Dylan había aprendido de Woody Guthriey: escribir canciones con hechos reales sacados de los periódicos, como “1913 Massacre”. Algo que, además, venía del viejo blues. Me admira esa capacidad de la cultura popular de sintetizar un hecho real, sin importar tanto los detalles exactos de la historia pero sí aquellos detalles que la hacen única, icónica y, a la vez, plausible de ser recordada como metáfora. Supongo que así eran, también, las canciones marineras de los siglos anteriores. Esto fue lo que me llevó a querer escribir esas historias reales en forma de canción y dibujarlas como si fueran videoclips del pasado, de un pasado donde no existían los videoclips”.

El cómic también tiene su propia banda sonora. “Es una selección de canciones marineras, de la Edad Media y del Renacimiento, de diferentes lugares de la península ibérica, del continente americano, de los pueblos fueguinos y de la cultura anglosajona, que me sirvieron como inspiración para escribir y dibujar las historias. Y por eso hice una playlist en Spotify con estas canciones, a la que accedes con un código QR que sale en la primera página del libro, para que los lectores puedan escucharlas mientras leen el cómic”.

Página de 'La ballena tatuada'

Negros, azules y rojos

Otra de las cosas que nos hipnotiza de este libro son sus colores. “Decidí reducir la paleta de colores a negros, rojos y azules -asegura Adanti-. Es algo que ya había empezado a usar en Disparen al humorista y que aquí me pareció que encajaba bien. Es una gama que me permite cierta sobriedad y melancolía con base gris, pero que también me permite páginas más expresionistas para las escenas más violentas con el rojo y negro o el azul y rojo como colores principales. Es una escala de colores mínima que me permite mucho juego y expresión de color con muy poco”.

“De alguna manera, en el particular mundo privado en el que, como autor, te metes para tomar decisiones creativas mientras dibujas las historias que has escrito, una gama reducida que te permita ilustrar el espectro de sensaciones y emociones que requiere el relato, te permite, también, ir de un estado a otro sin que el resultado final sea un carnaval de colores que le reste dramatismo al drama. Y, a la vez, hace que el resultado final sea homogéneo aunque los temas y las sensaciones que narre sean diferentes entre sí”.

Página de 'La ballena tatuada'

Ya trabaja en una segunda parte

Dario está tan contento con el resultado que ya trabaja en una continuación de la historia. “Tardé 25 años en hacer La ballena tatuada, no porque empleara todo ese tiempo en hacer el libro, sino porque las lecturas sobre este tema me han llevado a dibujar historias posteriores sobre la navegación interoceánica que es la historia de la navegación española, pero también la historia de la América austral y la historia del mundo moderno”.

“Así que tengo ya dibujadas varias páginas del libro siguiente que va sobre la persecución de Sarmiento de Gamboa al corsario británico Francis Drake y el posterior intento de poblar el estrecho de Magallanes por el mismo Sarmiento de Gamboa: familias españolas que fueron buscando un nuevo comienzo a finales del siglo XVI en el fin del mundo. Os hago un spoiler: terminó trágicamente pero, también, en aquel mundo tremendamente patriarcal, aunque en algunos casos reinados por mujeres como Isabel I de Inglaterra, allí murieron las primeras europeas que pisaron el último confín habitable del planeta y se enfrentaron a las condiciones más hostiles imaginables. Y lo mismo pasó con los fueguinos, aquel primer encuentro con la expedición de Magallanes y Elcano fue el comienzo del mundo moderno que se llevó por delante la forma de vida ancestral de aquellos pueblos humanos y fue el comienzo de su fin. Pura paradoja”.

Un cómic que promete ser tan interesante como La ballena tatuada, que ya os avanzamos que figurará en las listas de mejores cómics de este 2021. Recordad que también podéis seguir a Adanti en la revista Mongolia, junto a su socio Edu Galán.

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