Joaquín Marcelo, coreógrafo y bailarín con pérdida de audición total
- El bailarín se quedó sordo a los ocho años a causa de una meningitis mal curada
- Ha presentado su libro Crecer en silencio, la historia de superación de un niño que tiene que enfrentarse a las adversidades de su nueva vida tras perder la audición
El tesón y la superación es el sello de la identidad del coreógrafo y bailarín Joaquín Marcelo. A la temprana edad de ocho años perdió la audición a causa de una meningitis mal diagnosticada. Un duro palo para él, sin embargo, supo recomponerse y cumplir sus metas y sueños. Con las artes marciales recuperó la autoestima que había perdido y con el baile encontró su pasión y su refugio.
Joaquín Marcelo ha sido un hombre que, a pesar de las adversidades, se ha encargado de transformar los ‘no puedes’ en ‘sí puedes’. En el programa De pe a pa ha presentado su libro Crecer desde el Silencio, una historia de superación dedicada a todos aquellos que le pusieron obstáculos, porque sin ellos no hubiera aprendido a superarlos.
La sordera significió para Joaquín el inicio de una nueva etapa. Al principio los horrores acechaban, no solo por el hecho de perder la audición sino por las secuelas psicológicas que ha sufrido. Pero gracias a su familia, los fantasmas desaparecieron y tomó el control de la situación: “El enfoque que le damos a ese problema fue afrontarlo y aprender a decirle a alguien si no le entiendo. Disculpen, repítemelo, por favor, porque no oigo bien”, afirmaba en los micrófonos de RNE.
No puedes ir al colegio, no puedes aprender inglés, no puedes salir con chicas
Son solo algunas de las cosas que le decían a Joaquín, pero el solo quería ser un chico normal y realizar las mismas cosas que ejecutaba antes de perder la audición. Sin prejuicios y sin sentir el rechazo de la sociedad.
“Yo sentía que si podía. Por lo tanto, por lo único que luchaban era porque me dieran la oportunidad, solamente para poder demostrarlo”.
A pesar de que el aprendizaje le costó más por su condición, su sentimiento de superación era superior a la dificultad. “No quería ser diferente del colegio, digamos, quería seguir siendo él entonces”.
Las artes marciales le ayudaron a recuperar la autoestima
Durante su etapa estudiantil, Joaquín Marcelo sufrió bullying. Los niños ejercían una presión sobre él por el hecho de ser sordo. “Me sentía el sordo del colegio”.
La pérdida de audición no solo le dejó una secuela física sino una mental que alimentaban sus compañeros. A pesar de que practicaba artes marciales desde pequeño, en ese momento de su vida le sirvieron para recuperar la autoestima y resurgir como un ave fénix. “Esa sensación de seguridad que yo mismo iba adquiriendo con la práctica de las artes marciales creo que es lo que se reflejó en los demás. Poco a poco la gente fue respetando cada vez más y cesó el tema del bullying”.
Comenzó de manera autodidacta y las usó para buscar cobijo a su soledad. A día de hoy es uno de los referentes mundiales en Jeet Kune Do, el arte marcial de Bruce Lee.
30 años sobre las tablas
El baile siempre ha formado parte de su vida, debido a que sus padres también se dedicaban a la danza. Sin embargo, a pesar de haber bebido de unos progenitores que habían trabajado en compañías tan reconocidas como las de Carmen Amaya o Lola Flores, Joaquín odiaba el baile. No fue hasta los 21 años cuando descubrió, gracias a una antigua novia, su amor por el quinto arte. “Me empezó a gustar primero de forma un poco indirecta, porque empecé a salir con una chica que era una bailarina. Estaba allí y entonces me empezó a enseñar pasos de baile hacia lo tonto para para quitarme el aburrimiento de estar esperando tanto tiempo”.
Gracias a su experiencia en las artes marciales, Joaquín aprendió muy rápido y decidió iniciar su andadura profesional. Pero, ¿cómo puede bailar sin oír la música? “Cuando yo empecé a bailar, primero como miembro del cuerpo de baile, lo que yo hacía cuando me enseñaban un paso de baile de lo que sea, yo mismo me creaba una propia musiquilla en mi propia cabeza, una musiquilla interna que coincidiera con los pasos de baile”.
Joaquín Marcelo es entrevistado por Pepa Fernández RNE
A pesar de que no puede actuar con una orquesta, sí puede hacerlo con el flamenco. “Antes de salir a escena me pongo de acuerdo con los cantaores, los guitarristas, qué es lo que me van a cantar, que estructura me van a cantar con el guitarrista, le pongo la mano o la guitarra. Hasta cierto punto puedo notar algo, pero sobre esa idea. Luego salgo al escenario y mis compañeros que están detrás, con las palmas dando golpes en el suelo, siguiendo rítmicamente el compás que va marcando” por lo que las vibraciones son su forma de entender el baile.
Montar coreografías, todo un reto profesional
Dejando a un lado su parte como bailarín pasamos a su faceta de coreógrafo. Su discapacidad no supone un impedimento a la hora de realizar una coreografía. Quizás sea mucho más complicado, porque a la hora de montar una coreografía él debe adaptarse a una música que no puede escuchar. Entonces, ¿cómo lleva a cabo esta tarea? “Mi primer paso es aprenderme cómo es esa música. Algunas personas me ayuden, me he hecho mis propios truquillos a la gente. Me llevaban el tiempo en el compás, con las palmas, con sus gestos. Me expresaban cuando subía o cuando bajaban” así que cuando ya tenía la idea concebida empieza a imaginar, a vislumbrar y plasmar los movimientos, los sentimientos que quiere que sus bailares realicen.