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Menos es más (Los títeres de Titirimundi)

  • El segoviano festival de Titirimundi, en el teatro María Guerrero de Madrid
  • Hugo e Inés usan su propio cuerpo para expresar gran variedad de emociones
  • La pajarita de Papel ha puesto en escena Cenizas a las cenizas de Harold Pinter
  • Mi reino por un caballo, emitido el lunes, 4 de junio, en La 2

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Mi reino por un caballo - 04/06/12

El teatro, en La 2

Arantxa Vela dirige la revista especializada en danza y teatro de La 2 de TVE.

Mi reino por un caballo es un programa sobre actualidad de las artes escénicas que se emite en La 2 de TVE los lunes, a las 20.00 horas, y también la noche del domingo al lunes a las 00.00 horas.

En el teatro se confirma una y otra vez que menos es más. El otro día alguien opinaba en un periódico que los actores ingleses eran especialmente buenos porque en Inglaterra se educa a la gente para que oculte sus emociones.

Un actor no es mejor cuando expresa sin cortapisas lo que siente el personaje, sino cuando intenta disimular o contener esos sentimientos

De lo que se deduce que un actor no es mejor cuando expresa sin cortapisas lo que siente el personaje, sino cuando intenta disimular o contener esos sentimientos.

Por eso nadie hace a Pinter mejor que un inglés – asocié yo. Pinter, el autor de lo que se calla y oculta, nunca es más Pinter que cuando se encuentra con un interprete que, en vez de subrayar frases y silencios hace poco más que hablar y callar.

Confía en la escritura del dramaturgo (por escritura entiendo también las pausas marcadas por él) y se limita a hacer lo justo sin caer en la tentación de la exhibición interpretativa. Es entonces cuando Pinter crece y crece y sus personajes se vuelven misteriosos y humanos y menos… se convierte en más.

Pinter, el autor de lo que se calla y oculta, nunca es más Pinter que cuando se encuentra con un interprete que, en vez de subrayar frases y silencios hace poco más que hablar y callar

¿Pero por qué menos es más? ¿Por qué milagro cuando menos pones, más se recibe? Confieso que no lo acabo de comprender.

Un cuento podría empezar: El hombre rígido recibió una carta esa mañana que le comunicó la muerte de un amigo.

El hombre rígido no es mucho decir y ya comenzamos a imaginar.  En los cuentos los personajes no están excesivamente caracterizados y enseguida reconocemos sentimientos, actitudes, humanidad. Menos vuelve a ser más aunque yo siga sin entender por qué.

Comunicar mucho con muy poco

Los títeres que a mí me gustan son así, poca cosa. Una bolsa de plástico, un ombligo, una rodilla o una T de goma espuma, una pelotita y, aunque a veces no tengan ni ojos ni boca, entiendo todo lo que les ocurre, las angustias, las alegrías, los enfados… Los entiendo yo y cualquiera.

¿Por qué milagro cuando menos pones, más se recibe?

Los entendemos todos. No son casi nada y son capaces de contarnos casi todo a, probablemente, todos.

La primera vez que vi a Hugo e Inés trabajaba yo para Lo Tuyo es Puro Teatro.  Es posible que hasta entonces yo no hubiera reparado excesivamente en el mundo de los títeres.

Como continué trabajando en programas dedicados a la escena, me los fui encontrando varias veces a ellos y a la Santa Rodilla, una compañía que surgió de un proyecto con alumnos suyos.

Así fue cómo empecé a fijarme y a maravillarme de que una anécdota sencilla, construida por gestos y ninguna palabra podía retratar la avaricia, el egoísmo, la ambición, el enfado, la añoranza, la alegría, la decepción… y en esa anécdota pequeña los que no somos títeres podemos meter un mundo.

si nos quitan la complejidad de nuestra apariencia, somos poca cosa

Un mundo de adultos que nos puede parecer complejo y refinado pero que, a lo mejor, lo que hay detrás es algo chiquito, una decepción, una alegría, reconocimiento, ambición, egoísmo, envidia… Quizá por eso menos es más. Porque si nos quitan la complejidad de nuestra apariencia, somos poca cosa.