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"África es el peor lugar del mundo para ser gay"

  • Lo asegura Marc Serena en su libro ¡Esto no es africano!
  • En el que recoge la dura realidad de los homosexuales en África

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El primer beso documentado entre dos hombres en la historia data de hace 4.000 años en Egipto. Cerca de las pirámides más conocidas y visitadas por los turistas que llegan a este país, existe una tumba en la que yacen enterrados juntos dos hombres y en el jeroglífico que acompaña el sepelio aparecen dibujados tocándose la nariz.

Sin embargo, pocos turistas descubren este lugar, principalemente porque "el Gobierno egipcio no lo publicita, lo esconde, incluso la llama la tumba de los siameses por no reconocer que los hombres allí enterrados fueron probablemente los primeros gays de la historia".

Así lo ha contado Marc Serena en el programa Cuentanoches, donde ha presentado su libro ¡Esto no es africano! Un viaje de siete meses por 15 países de ese continente, desde El Cairo hasta Ciudad el Cabo, para recoger la realidad que viven los homosexuales en África, "el peor lugar del mundo para ser gay", asegura.

"Ahora mismo no hay ninguna persona en Marruecos que publicamente pueda decir soy gay o lesbiana", explica el escritor.

"En Mauritania hay pena de muerte por ser gay y penas de prisión por ser lesbiana y en general hay mucha extorsión, chantajes económicos a cambio de no denunciar esa orientación sexual que se considera un delito".

Por suerte, dentro del libro hay historias menos dramáticas. Es el caso de los cabarets de Argelia, donde se permite de todo, "hasta que un hombre cante su amor a otro hombre". O las bodas gays que se celebran en Costa de Marfil.

"Incluso en Cabo Verde los transexuales son aún más respetados que en nuestro país, pero si salieran de su isla a los lugares más cercanos, como Dakar o Senegal, serían torturados, violados, encerrados en prisión e incluso asesinados".

"En África ser gay es lo peor que a uno le puede pasar, se les considera la peor persona del país y lo peor que se puede ser en este planeta", continúa Serena, para quien no fue nada fácil conseguir los 15 testimonios que aparecen en el libro.

"Tenía que ir con mucho cuidado, reunirme en lugares tranquilos y hablar del tema con cuidado. Y quise entrar en una cárcel de Camerún y casi me quedo dentro".

Asegura el escritor que "hay mucho desconocimiento de lo que realmente está pasando ahora en África con este tema que está totalmente ignorado" y por eso Serena quiso profundizar en ello y dar voz a estas historias. Ahora le gustaría convertir algunas de ellas en documental.