Cannes, mirando al Principado en 'El séptimo vicio'

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Mirad que Cannes es más inteligente que poderosa o, bueno, el orden de factores no cambia el producto final. Cannes 2014 inaugura con la máxima expresión del glamour, no es otro cosa que es ilusión y fantasía de que más allá de la oscura oficina, del jefe pringadillo y de bajar y subir escaleras del metro. Más allá de todo eso, hay otro mundo de palacetes, yates y restaurantes de lujo. De caballeros de infarto y de damas con una elgancia y belleza que haría cambiar tu imagen, al menos entre los compañeros de oficina. 

Bueno eso es el glamour, la leyenda de un mundo de alfombras rojas, de diamantes y coches deportivos. Quien mejor expresa ese mundo es la Costa Azul, el Principado de Mónaco y en el cine, Cannes. No hay festival más pijo, chauvinista y fantasioso que este que, para empezar, prohíbe el acceso al público y está absolutamente restringido (y de eso los franceses son los que más saben) a la industria y a la prensa. 

Grace de Mónaco

El Ayuntamiento de Cannes, un antiguo y lindo pueblecito de pescadores, hipoteca todo al festival: sus calles, su policía, sus tiendas, sus iglesias, todo al servicio del festival de festivales. Y el festival se lo paga muy bien, trayendo a lo más chic del cine internacional y eso y este año tiene un nombre: Grace de Mónaco, una película del francés Olivier Dahan, el mismo que dirigiera a Marion Cotillard en La vie en rose. 

Así que la garantía de que este realizador sabe manejarse con el papel couché esta garantizada. Y la polémica y la expectación está servida: Que Nicole Kidman ha sido una imposición de los americanos, que la familia real monegasca (lástima, deseaba ver de cerca a Carolina, aunque ya diste de quien fue) ha anunciado que no estará en la inauguración y que no está por la labor; al parecer se cuelan o deslizan temas tabú en esa muerte de Grace Kelly, convertida en esposa del Príncipe Rainero tan sólo un año después de conocerla en el Gran Palais.

Inauguración miércoles por la tarde de una película que si tenía pocosingredientes, con Nicole Kidman y Tim Roth ya tiene garantizada la taquilla que hará en todo el mundo. Pues que para ellos se lo guisen, nuestro interés es mirar al otro Cannes, no al que propone todos este puñado de fantasía sino al Cannes que nos ha seducido siempre, el que marca tendencia en el cine de autor, y ahí si nos gana para la causa este pequeñito pueblo de pescadores cuyas playas, ya sabéis, son coto privado para hoteles, distribuidoras, productoras y todo aquel que quiera depositar su pasta, imposibles los Martini en el Hotel Martínez.