Enlaces accesibilidad
REPORTAJE

Vuelta a las aulas: ¿es justo exigir presencialidad a los universitarios en plena ola de contagios por COVID-19?

  • Con la curva sin doblegar, son muchas las facultades que aún así abogan por la evaluación presencial
  • Hablamos con Andrea G. Henry, presidenta de Canae; Mateo Sancho, profesor universitario en EEUU y con estudiantes de Roma, Sao Paulo y Oporto
  • ¿Es el momento de replantearnos el sistema educativo tal y cómo lo conocemos?

Por

¿Es ética la presencialidad exigida a los universitarios?

Llevamos días comprobando que estamos surfeando la tercera ola de contagios de Covid, así que no resulta extraño escuchar las peticiones que estudiantes de todo el mundo tienen frente al sistema educativo. Las universidades, que en enero y febrero ven cómo todo su alumnado se somete a los exámenes del primer cuatrimestre, han adoptado medidas dispares a la hora de determinar si la evaluación se realizará de forma online o presencial. Una situación de incertidumbre que choca de lleno con unos jóvenes que han tenido que desarrollar los contenidos a distancia, sin oportunidad de acudir a las aulas y que ahora se ven en la tesitura de sacrificar su salud para tener que cumplir con las normas.

Andrea G. Henry, presidenta de la asociación estudiantil Canae y estudiante de Psicología en la Universidad de Valencia, afirma que hay muchos centros que han confirmado su rigidez a la hora de descartar las pruebas a distancia: "Lo que reclamamos es que los exámenes estén hechos acorde a cómo hemos dado las clases. Ahora se quieren hacer todos presenciales, juntándonos con cientos de personas en el transporte público e incluso en la misma facultad".

A este respecto, Mateo Sancho, docente en las universidades de Nueva York, Fordham y Pratt Institute, ofrece la visión de un profesorado que también ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias: "Que ahora se cargue contra el alumno y se le haga responsable de todas las grietas del formato a distancia, me parece un poco hipócrita. Los exámenes, como concepto representativo del proceso de aprendizaje, llevan siendo dudosos mucho tiempo. Lo que nos deberíamos plantear es la manera en la que los evaluamos y olvidarnos de las rutinas repetitivas para conseguirlo".

"Necesitamos medidas que garanticen que la presencialidad sea segura"

Según los últimos datos registrados, España ya ronda los dos millones y medio de contagios y supera con holgura las 50.000 muertes por coronavirus. Unas cifras alarmantes que siguen poniendo en riesgo cualquier tipo de reunión, y más si hablamos de que, de media, más de medio centenar de estudiantes tendrían que coincidir en un mismo espacio durante -mínimo- unas dos horas. ¿Existen las suficientes medidas para que el regreso a las aulas se produzca de forma segura? Según la presidenta de Canae, varía en función de la universidad.

¿Es justo que estemos al borde de otro confinamiento y se los exija acudir a las instalaciones?

Andrea: "Sé que hay quienes han hecho todo online, todo presencial o alternaban ambos métodos. Yo desde mi experiencia, que estudio Psicología en la Universidad de Valencia, he ido solo un día a la semana a clase y lo demás ha sido online o no ha sido. He perdido horas lectivas que al final no se han dado de ninguna manera, y ahora se nos está exigiendo ir a todos hasta allí. Precisamente en este momento, cuando los organismos apuntan que estamos al borde de otro confinamiento".

¿Consideras que la vuelta a las universidades se está realizando de manera segura? ¿Es necesaria la presencialidad para continuar con el normal desarrollo de las clases?

Andrea: "Creo que ir a las aulas es seguro y hemos demostrado que volver era prioritario. Ahora bien, que la mayoría de estudiantes consideremos esto no quiere decir que estemos de acuerdo con cómo se han realizado los exámenes. No tienen coherencia si tenemos en cuenta cómo se han dado las clases durante los últimos meses y ya no es tanto lo inseguro que es ir a hacer los exámenes de forma presencial, sino el hecho de cómo llegar al aula, que es lo que puede causar más inseguridad. Recalco que el regreso a las clases es seguro, los estudiantes hemos sido responsables y así lo demuestran los datos. La presencialidad es necesaria para el normal desarrollo del curso académico. Lo que necesitamos son medidas que nos garanticen que la presencialidad sea segura y que podemos combinar ambos modelos".

¿Qué opciones se plantean frente a los exámenes presenciales?

Andrea: "La opción que se plantea frente a los exámenes presenciales es sencilla: la online. El problema es que el profesorado no está de acuerdo porque consideran que teniendo los apuntes delante, no se nos va a examinar de la misma manera. Creo que aquí el dilema no está en que tengamos o no el temario delante, sino en que el sistema universitario es incapaz de crear una prueba que mida realmente nuestras competencias aun teniendo la información a nuestro alcance. Es decir, siguen basándose en un sistema de memorización de datos y no en cómo aplicamos ese conocimiento de manera práctica".

"Creo que los exámenes online tienen menos valía"

David Tomé es estudiante de Ingeniería en la Universidad de Oporto. A pesar de la cercanía a España, Portugal ha desempeñado unas reglas que en ocasiones, poco o nada tenían que ver con las adoptadas en nuestro país. "Este semestre se ha permitido que las clases sean de forma online si se desea, así que nadie nos ha obligado a ir a las instalaciones. Aquellas personas que solicitan hacerlo desde casa tienen la posibilidad de hacerlo", apunta. "A pesar de que permanece todo cerrado, este semestre se ha optado por los exámenes presenciales. Sinceramente, creo que las pruebas online tienen menos valía y la gente se las prepara menos porque no hay ningún tipo de control. Sin ninguna duda, prefiero los exámenes en el aula porque aunque la nota sea menor, me fuerza a estudiar. Creo que es lo más justo".

Los centros educativos y las bibliotecas del país vecino han permanecido abiertas los últimos meses, pero David afirma que las medidas higiénicas se han cumplido a rajatabla: "Siempre hemos respetado las medidas de seguridad. Incluso tenemos clases con 60 pupitres donde a veces no somos ni 20 alumnos. También hay gente limpiando los picaportes y los geles desinfectantes siempre han estado presentes", concluye. "Una de las medidas que se han adoptado es que a la hora de hacer los exámenes, se ha acortado su duración y muchas de las tutorías se han hecho online. Algún profesor se ha tenido que descargar aplicaciones para ello, así que me parece algo muy positivo si nos fijamos en ese aspecto".

"El Estado solo se preocupa por los trabajadores, no por los alumnos"

Beatrice Baccarini, estudiante de Relaciones Internacionales en la Università la Cattolica del Sacro Cuore de Milano, ha sido una de las alumnas damnificadas tras el repunte de casos por Covid en Italia. Después de que el país fuera uno de los epicentros de la pandemia en el continente europeo, ahora se las arregla como puede para poder desempeñar unas clases que, desde que se decretó el primer confinamiento, no han vuelto a ser presenciales.

"La situación ahora es bastante crítica. Los estudiantes acuden a clase de manera remota, pero el Estado se preocupa únicamente de los trabajadores, nunca de los alumnos. Para ellos es suficiente con decir que tenemos que estar en casa, pero para aquellos que como yo estén buscando un internado, es imposible hallarlo. No hay oportunidad de encontrar trabajo en ningún lado, ni siquiera de forma no remunerada. Coger experiencia así es prácticamente imposible", confirma Beatrice.

La comunidad estudiantil del país vecino siempre se ha caracterizado por realizar muchos de sus exámenes de forma oral. Una modalidad que sigue sin estar demasiado extendida en España, pero que ahora ha tenido que reconvertirse para adaptarse a los nuevos tiempos: "Dejamos de examinarnos de forma oral porque no hemos vuelto a la universidad desde el primer confinamiento. Desde entonces, he estado haciendo los exámenes por escrito y en remoto", indica la italiana. "Creo que la vuelta a las aulas es necesaria para mantener un poco de normalidad. En general no es imprescindible, pero sí importante. Quiero volver a ser una estudiante normal y recuperar mi rutina".

"Hay muchas maneras de examinar a los alumnos sin infravalorar su esfuerzo"

Ana Mhereb es estudiante del doctorado de letras en la Universidad de São Paulo. Brasil es uno de los países más azotados por la pandemia en Sudamérica, así que no es díficil imaginar que, desde marzo, ningún alumno haya vuelto a las aulas. "Desde que comenzó la pandemia, todas las conferencias en las principales universidades del país han sido solo remotas y desde casa. Ningún estudiante ha asistido a mi facultad desde pricipios de 2020. Todo está cerrado. No hay exámenes orales ni escritos. Sin embargo, para la evaluación del curso, los profesores han optado por la entrega de un trabajo escrito, cosa que considero acertada porque realmente también sirven para evaluarnos".

Un planteamiento al que se suma Mateo Sancho, profesor de Sociología, Moda y medios digitales, Introducción al cine y Análisis cinematográfico en Nueva York. "Creo que hay muchas maneras de examinar a los alumnos sin infravalorar su esfuerzo. De todos modos, es una cosa muy española, porque en EEUU el teletrabajo nunca ha sido visto como una oportunidad para escabullirte", apunta. "Como docente, es cierto que los exámenes se convierten en un coladero si se hacen a distancia. Entiendo la queja de los alumnos, porque es peculiar que nos quieran proteger del contagio y luego nos obliguen a hacer el examen de forma presencial, pero es evidente que las notas han subido".

"El formato online sale muy rentable a las universidades"

Tal y como apunta el docente, "la universidad y la empresa cada vez tienen más alianza": "El formato online sale muy rentable, así que se está aprovechando esta tendencia para implementar un modelo que llevaban observando desde hace tiempo. Al ser todo a distancia, más alumnos puedes matricular y en consecuencia, más caja obtienes. En general, lo que veo es una reticencia al modelo online impuesto e improvisado. Se podrá conseguir un sistema mixto, pero no se nos puede olvidar que al final, la prioridad es el alumno".

Muchos estudiantes, ante la imposibilidad de plantar cara al sistema educativo, han sentido cómo el peso de la -para ellos- desacertada gestión ha caído sobre su espalda. "Haciendo el examen presencial me da la sensación de que se echa la culpa al alumno al darle a entender que en casa puede copiar. Es un enfoque muy poco autocrítico de las instituciones académicas que lo que tendrían que hacer es buscar otros métodos de evaluación", afirma Mateo.

En cuanto a la aplicación de un modelo mixto de cara a los próximos cursos, el profesor se muestra optimista al confirmar que "se puede llegar a instaurar". "Desde la universidad pública nos dijeron que puede que el 50% de las materias pasen a ser online. Sin embargo, en las privadas ha habido un gran debate porque hay quien está pagando un dineral por dar únicamente clases a distancia, y eso ha hecho saltar las alarmas. El planteamiento en EEUU es que el alumno es un cliente, así que hay que cuidarlo. Como profesor a veces es negativo también, porque la gente siente que como ha pagado tiene derecho a aprobar. Creo que España para eso es más perdonavidas con los alumnos, pero aquí tenemos la mentalidad de que hay que satisfacer a quien está al otro lado".