Las mujeres de los violadores de Gisèle Pelicot: ¿se sienten traicionadas o perdonan a sus hombres?
- Madres, esposas, hijas y parejas de los agresores sexuales de Gisèle relatan sus emociones
- Este jueves se preestrena el documental a las 20h en RTVE Play y a las 23:50h en La 2
Cuando se cumple el primer año de la sentencia del caso Pelicot, Documentos TV emite el impactante documental “Mi marido violó a Gisèle Pelicot”. Siete mujeres, familiares de los hombres hoy condenados, aceptaron dar testimonio, de forma anónima, en este documental. Explican lo que sintieron desde que la policía les informó de que sus maridos, padres, hijos y parejas estaban acusados de violación y agresiones sexuales a Gisèle Pelicot.
Las mujeres de sus vidas
Desde 2011 a 2020, Dominique Pelicot drogó a su mujer, Gisèle, para que decenas de hombres la agredieran sexualmente en su dormitorio. Dominique lo grababa todo. “¿Seguro que no se despertará?”, le preguntaba uno de los agresores al marido de la mujer que tenía delante de él dormida en la cama. “No te preocupes, durante siete horas podrás hacerle fotos en todas las posiciones mientras yo me la tiro”, le respondía Dominique en uno de los cientos de mensajes espeluznantes que la policía encontró en su móvil.
Se localizaron a 51 hombres, incluido el marido de Giséle, de los más de 70 de los que constan en las investigaciones policiales.
Dibujo judicial de una de las declaraciones en el juicio del caso Pelicot con algunos agresores sexuales detrás de la mampara de cristal © Giraf Prod
Son violadores y agresores sexuales que, en su doble vida, tienen mujer, hijas, madre y pareja. De un día para otro sus vidas cambiaron para siempre. “Las mujeres que forman parte del entorno de los acusados son víctimas colaterales al cien por cien”, explica la abogada de uno de los acusados, hoy condenado.
“Las mujeres que forman parte del entorno de los acusados son víctimas colaterales al cien por cien“
Patricia, la esposa de otro de los 51 agresores sexuales, relata que “en las redes sociales dicen que somos el tercer monstruo”, detrás de Dominique Pelicot y los hombres que abusaron de Gisèle. Ella es una de las siete mujeres que aceptaron dar testimonio de su dolor para este documental. Como ella, el resto también siente mucha vergüenza y tienen miedo a que se las identifique con el caso y sus consecuencias ante una sociedad que las revictimiza con más violencia.
Desconcierto y negación
El 2 de septiembre de 2024, comenzó el juicio de los 51 agresores sexuales de Gisèle Pelicot localizados por la policía. Hasta el 19 de diciembre, día en que el tribunal dictó la sentencia, todos ellos subieron al estrado ante la mirada de estas mujeres.
Fanny cree en la inocencia de su pareja, uno de los agresores sexuales de Gisèle Pelicot © Giraf Prod
La mayoría de ellas no pudo ni supo afrontar los espantosos y sórdidos hechos cometidos por sus maridos, padres, hijos y parejas, como explican los expertos. “Si supiera que hubieras hecho algo malo, te aseguro que no estaría contigo apoyándote cada día”, le decía Fanny a su pareja, mientras se dirigían al tribunal donde él declaraba como acusado.
“Le dije que estaba en la comisaría porque su padre estaba acusado de una violación. ¿Cómo?, no, no es posible“
Patricia recuerda que su hija Coralie tuvo la misma reacción. “Le dije que estaba en la comisaría porque su padre estaba acusado de una violación. ¿Cómo?, no, no es posible”, respondió gritando al otro lado del teléfono. “La negación es un mecanismo de defensa psicológica que nos permite enfrentar una realidad insoportable”, define esta emoción, Joanna Smith, psicóloga especializada en violencia sexual.
“La negación es un mecanismo de defensa psicológica que nos permite enfrentar una realidad insoportable“
Negación, incredulidad, rabia, humillación, traición son emociones que irrumpen en situaciones tan estremecedoras y dolorosas como esta. También la culpa como la que sintió Nathalie, madre de uno de los violadores de Gisèle. “Me sentía muy culpable”, confiesa. “Si mi hijo había hecho algo así era porque yo no lo había educado bien”. Smith insiste en que hay que tener siempre muy presente e interiorizar que “el agresor es siempre culpable porque cuanto más culpable se siente el entorno, más se desculpabilizará el agresor”.
Nathalie, madre de uno de los violadores de Gisèle Pelicot © Giraf Prod
El escarnio social
La vergüenza debe cambiar de bando es el mensaje que Gisèle Pelicot lanzó al mundo. Las víctimas no tienen de qué avergonzarse y, en cambio, sí lo deben hacer los agresores.
Pero este hecho supuso un trauma adicional para estas mujeres, esposas, madres e hijas de los violadores. Presentes en uno de los juicios más mediáticos del momento y obligadas a declarar, “sacó a la luz su implicación, su decisión de permanecer al lado y apoyar”. Patricia explica que, aunque no apruebe en absoluto los actos que haya podido cometer su marido, “he vuelto con él, le he perdonado”, confiesa. “Le sigo queriendo igual, es mi hijo”, relata Nathalie. “La gente se ensañó en las redes sociales”, continúa.
“He vuelto con él, le he perdonado“
Los expertos en violencia de género aseguran que estas mujeres sufren dobles penas: soportan los deleznables hechos que conciernen a sus hombres y padecen el maltrato de una sociedad que no puede comprender sus comportamientos.
Patricia y Coralie, esposa e hija de violador de Gisèle Pelicot © Giraf Prod
Coralie, la hija de uno de los agresores, cuenta que en las redes “vemos comentarios diciendo que las familias que les apoyamos merecemos que nos violen para que sepamos qué se siente”.
“Vemos comentarios diciendo que las familias que les apoyamos merecemos que nos violen para que sepamos qué se siente“
Clara, expareja de uno de los agresores, insiste con dolor en que “en medio del horror del caso, se han olvidado de todas estas mujeres”. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo pueden recuperarse estas mujeres de esta sobrecogedora pesadilla?
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