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Un informe señala que el cable del funicular de Lisboa no cumplía la normativa y expone falsas tareas de mantenimiento

  • En el accidente, que tuvo lugar el 3 de septiembre, murieron 16 personas y una veintena resultó herida
  • El Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Portugal ha publicado su investigación preliminar
El cable roto del funicular en Lisboa no cumplía la normativa para el transporte de personas
La calle por la que circulaba el funicular accidentado de Lisboa. Luis Boza /Getty

Un informe preliminar apunta que el cable que se rompió durante el accidente del funicular en Lisboa no cumplía con la normativa para el transporte de personas, ni con los requisitos de la empresa de transporte urbano, y señala falsas tareas de mantenimiento por parte de la compañía encargada. El siniestro se produjo el 3 de septiembre y causó la muerte de 16 personas, la mayoría de ellas turistas, y una veintena de heridos.

"Hay pruebas de que las tareas de mantenimiento registradas como completadas no siempre se corresponden con las tareas realmente realizadas, así como de que las tareas críticas para la seguridad se ejecutan de forma no estandarizada, con parámetros de ejecución y validación dispares", afirma el informe, publicado por el Gabinete de Prevención e Investigación de Accidentes de Aeronaves y Accidentes Ferroviarios (GPIAAF), organismo gubernamental encargado del caso.

Según la investigación, las inspecciones previstas para el día del accidente "están registradas como realizadas", aunque se han encontrado pruebas de que "no se realizaron en el horario indicado en la hoja de registro correspondiente". Además, señala que el día del siniestro "no se observó el cable en el foso, ni estaba previsto en los procedimientos de mantenimiento" aunque los requisitos son "contradictorios en relación con este aspecto específico".

El cable no estaba certificado para su uso con pasajeros

El documento señala que el cable de tracción utilizado en el vehículo no cumplía con la especificación" para su uso y "no estaba certificado para su uso en instalaciones de transporte de pasajeros". Ahora bien, el informe menciona que, por el momento, "no se puede afirmar si intervino, o qué intervención tuvo" su utilización en la rotura, ocurrida a los 337 días de su instalación, y añaden que hubo "otros factores que necesariamente tuvieron que intervenir".

"El uso de cables que incumplían múltiples especificaciones y restricciones de uso se debió a diversas fallas acumuladas en su proceso de adquisición, aceptación y aplicación por parte de la CCFL [Carris, la empresa de transporte urbano de Lisboa] cuyos mecanismos organizativos de control interno no fueron suficientes o adecuados para prevenir y detectar tales fallas", recoge el informe.

Según el texto, el accidente se debió a la ruptura del cable, aunque señala que las causas de la rotura "deben determinarse" a lo largo de la investigación, que sigue en curso. Asimismo, recuerda que "cables idénticos estuvieron en uso durante 601 días en el Ascensor da Glória (y 606 días en el Ascensor do Lavra), sin incidentes", por lo que, insisten, "no es posible afirmar" por ahora si las irregularidades en su uso fueron "relevantes" para el accidente.

En este tipo de transporte los dos coches están unidos por un cable de acero que pasa por una polea y que hace que mientras uno asciende, el otro descienda, equilibrados por una balanza. Así, la gravedad reduce el esfuerzo del motor eléctrico encargado de la tracción. El tranvía, que descendía desde el mirador de San Pedro de Alcántara y que se había convertido en uno de los símbolos de la capital lusa, quedó completamente destrozado tras el accidente, en el que murieron cinco portugueses y 11 extranjeros

Tras el siniestro, el funicular, inaugurado en 1885 para conectar la plaza de los Restauradores con el mencionado mirador, fue desmantelado. Además, otros ascensores turísticos de la ciudad también permanecen cerrados al público desde entonces.

Recomiendan no reabrir el funicular hasta que se realice una inspección

La investigación arroja que los procedimientos de ejecución fueron diseñados por Carris "hace muchos años" y "no han sido actualizados". El proveedor de servicios contratado por la compañía, añade, "no cuenta con el personal de ingeniería necesario con conocimientos especializados en funiculares y medios para desarrollar, actualizar y adaptar las acciones de mantenimiento". Además, no existe orientación ni supervisión a los trabajadores sobre "el modo específico de ejecución de las labores".

El informe recomienda a Carris "no volver a poner en funcionamiento" sus funiculares "sin una reevaluación, con la ayuda de una entidad idónea con experiencia demostrada" en este tipo de vehículos. Esa inspección debe comprobar "el diseño del sistema de fijación del cable de tracción a las cabinas y de los sistemas de frenado" para garantizar que sean capaces de "inmovilizar las cabinas de forma segura en caso de rotura del cable".

Además, insta a la empresa a realizar una "reevaluación y revisión de su sistema de control interno", en particular, "en lo que respecta a los procesos de especificación, adquisición, recepción y aplicación de componentes críticos para la seguridad de los vehículos".