Padura retrata el destino de una generación en 'Morir en la arena', un relato descarnado de Cuba
- La salida de un parricida de la cárcel desencadena la trama
- El escritor cubano homenajea el sacrificio personal de sus coetáneos
Leonardo Padura se acerca al horizonte vital de los setenta años, que cumplirá el próximo 9 de octubre, y vuelve su mirada desencantada a la historia reciente de Cuba en su última novela Morir en la arena, editada por Tusquets, como aquel que "tiene más pasado que futuro".
El escritor habanero se inspira en un hecho real, un parricidio, para repasar medio siglo en el que los sueños y anhelos individuales de toda una generación se supeditaron al destino histórico del "Hombre Nuevo", que proclamaba la religión oficial del comunismo.
Los personajes narran en primera persona sus vidas aplastadas por el rodillo del régimen. Rodolfo, traumatizado por la guerra de Angola; Nora, enamorada de su cuñado; Raymundo, escritor que se autocensura, y Eugenio, convicto liberado para morir con un cáncer de páncreas.
Padura detalla a TVE que su generación "pudo llegar a la orilla, poner los pies en la arena, pero eran arenas movedizas y esa arena se los tragó", reflexiona sobre el desencanto vital de los cubanos que llegan a la jubilación más pobres que nunca, sin poder comer ni un huevo al día, tras una vida de sacrificios.
Pinta un panorama desolador: apagones continuos, alimentos con precios desorbitados y gente que sobrevive con FE (Familiar en el Extranjero), pero sobre todo el fracaso colectivo, cuando los que creyeron en la revolución descubren que "todo lo que nos contaron sobre el comunismo era mentira y todo lo del capitalismo era verdad".
El miedo
"Todo, desde el principio, prácticamente había sido obra exclusiva del miedo. Y el miedo, como cualquier enfermedad crónica, se puede intentar controlar, pero resulta muy difícil de curar..."
Los personajes de la novela actúan guiados por el miedo, desde el veterano de la guerra de Angola que sufre "el mal de la tristeza culposa" (estrés postraumático) al parricida que pudo haber escapado con la caída del muro de Berlín, pero prefirió regresar a Cuba.
El conflicto de Angola es una referencia constante en las novelas de Padura. Una guerra en la que participaron 300.000 cubanos durante 14 años y que el escritor cubrió como periodista: "No estaba como militar, pero tenía un fusil AK soviético al lado de mi cama; fue para mí el año del miedo".
Amor y sexo otoñal
Morir en la arena es también una novela sobre segundas oportunidades y amores de juventud que se materializan en la tercera edad con animadas escenas de cama entre Rodolfo y Nora, que se dedican a recuperar con intensidad el tiempo perdido.
La pasión surge además entre Aitana y Humberto, un exitoso balawabo o santero, que en una Cuba que se desmorona vive con lujos impensables para sus compatriotas, como un moderno apartamento, un Audi, estancias en hoteles o cenas en los mejores restaurantes turísticos.
Padura indica en RNE que la religión yoruba es "muy pragmática", tiene la ventaja de que no existe el concepto de pecado y las personas consultan al santero los problemas de su vida cotidiana, en las festividades "se canta, se baila, se bebe ron, cerveza, se come cerdo, chivo, carnero.,,".
Mujeres decididas
En el libro, los personajes masculinos muestran cierta confusión vital, indolencia o incoherencia entre lo que manifiestan y lo que hacen. Sin embargo, las mujeres tienen las ideas mucho más claras. Las hijas que emigraron sostienen económicamente a sus familiares en la isla.
"El pasado está lleno de mentiras y el futuro es una masa oscura y, así, viscosa, sin forma. Pero uno no puede dejar que lo aplasten y conformarse con autocompadecerse".
Padura escribe para que le lean, pero las novelas del premio Princesa de Asturias no se editan en Cuba. El mejor cronista de la isla se resigna a que los cubanos lean copias piratas de sus libros que circulan por las redes sociales.
La fatalidad, el destino, el perdón y la posibilidad de la redención articulan una narración en la que se defiende la necesidad de los vínculos sentimentales fuera del ámbito familiar, muchas veces inhóspito.
"Esos dos seres que se fundían en cuerpo y alma ante mí eran la revelación de que, incluso por encima de los desastres, de los naufragios más desoladores, de las adversidades y hasta las desavenencias más dolorosas, entre los hombres también puede sobrevivir la forma de amor que conocemos como amistad".
Vuelve Mario Conde
Leonardo Padura avanza que en su próximo libro volverá Mario Conde, el protagonista recurrente de sus novelas, que aparece fugazmente en Morir en la arena.
Entre las 375 páginas, el escritor cubano escoge una imagen: "El momento en el que se cae el muro que divide las dos casas, donde ocurre la gran tragedia que está en el centro de la novela, esa división que separó la vida de los dos hermanos y que es un muro físico y también simbólico y no se sabe quién lo derrumbó".
Geni, el protagonista, morirá matando como un gladiador en la arena.
