Un informe de la ONU denuncia ejecuciones en Corea del Norte contra los acusados de distribuir series extranjeras
- El documento destaca cómo el control social en el país se ha intensificado gracias al uso de nuevas tecnologías
- Entre sus hallazgos, está la existencia de brigadas de trabajo forzado en las que incluso trabajan menores
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La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha publicado un informe en el que denuncia a Corea del Norte por ejecutar a personas acusadas de distribuir contenidos audiovisuales extranjeros. El documento destaca cómo desde 2014 el control social en el país se ha intensificado gracias al uso de nuevas tecnologías y que los castigos se han vuelto más severos, llegando incluso a la introducción de la pena de muerte por compartir material audiovisual prohibido.
"Ya se han producido ejecuciones bajo estas leyes por distribuir dramas de televisión extranjeros, incluidos k-dramas surcoreanos", ha afirmado el jefe de la oficina de derechos humanos de la ONU para Corea del Norte, James Heenan. Aunque no ha precisado el número de víctimas, ha señalado que la cifra de ejecuciones por delitos comunes y políticos ha aumentado desde la pandemia de coronavirus en 2020.
En un caso reciente, unos padres norcoreanos denunciaron a su propio hijo adolescente por intentar ver la serie de producción surcoreana, El juego del calamar. El menor fue condenado a muerte.
El informe, elaborado a partir de entrevistas con más de 300 desertores y víctimas del régimen, ha calificado a Corea del Norte como el país más restrictivo del mundo. Entre sus hallazgos, destaca también la existencia de brigadas de trabajo forzado en sectores como la minería del carbón y la construcción, en las que llegan a participar hasta niños.
"Son a menudo niños de familias humildes, que no pueden pagar sobornos para evitarlo, y terminan en estas brigadas sometidos a trabajos extremadamente peligrosos", ha explicado Heenan.
Un informe de 2014 ya reveló que el país cometía crímenes de lesa humanidad
La revisión llega más de una década después del histórico informe de la ONU de 2014 que documentó crímenes de lesa humanidad en Corea del Norte. Aunque se han detectado algunas mejoras limitadas —como una reducción del uso de la violencia por parte de guardias en centros de detención y la introducción de leyes que aparentan reforzar garantías procesales—, el balance general apunta a un deterioro mayor de los derechos fundamentales.
La misión diplomática norcoreana en Ginebra no ha respondido a las solicitudes de comentario por parte de las agencias, aunque Pionyang ya ha rechazado la resolución del Consejo de Derechos Humanos que ha dado origen a este nuevo informe.
La represión contra quienes acceden o comparten productos culturales extranjeros es uno de los pilares de la política de aislamiento del régimen. La ONU ha advertido de que el endurecimiento de las penas, incluidas las ejecuciones, no solo busca frenar la difusión de contenidos foráneos, sino reforzar el control ideológico absoluto sobre la población.
