Sánchez, sobre las investigaciones a su mujer y su hermano: "Hay jueces haciendo política"
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado en una entrevista con Pepa Bueno para RTVE que las investigaciones a su mujer, Begoña Gómez, y a su hermano es la demostración de que "hay jueces haciendo política y políticos tratando de hacer justicia". Y ha apelado al CGPJ para que estudie si estas causas "tienen los parámetros de independencia y de respeto a la presunción de inocencia que merecen todos los ciudadanos".
47.38 min
Transcripción completa
Son ya las 9.30,
Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Muy buenas noches. -Buenas noches.
Gracias por conceder esta entrevista a Televisión Española,
que la emite por todos sus canales,
y también a través de Radio Nacional de España.
Hace un año que no ha concedido una entrevista.
Presidente, ya sé que ha atendido a la prensa,
en ruedas de prensa,
pero un año es mucho tiempo sin que un presidente
se someta al interrogatorio de un periodista sobre su gestión.
Imagino que hay un montón de colegas
que esperan una oportunidad como esta.
¿Va a cambiar?
¿Va a estar más disponible esta temporada?
Siempre lo he estado.
De hecho, usted lo ha dicho.
Más de 50 comparecencias que he hecho ante los medios de comunicación,
más de 20 comparecencias en el Congreso de los Diputados,
pero en todo caso es un placer
someterme a las preguntas de los periodistas.
Siempre lo he hecho como presidente del Gobierno
y desde luego es un placer estar en la televisión pública
respondiendo a sus preguntas.
Han pasado muchas cosas en este año, presidente.
Lo último, la oleada de incendios que deja 400.000 hectáreas arrasadas
y deja algo más,
cierta sensación de vulnerabilidad en la población
que se suma a la que ya se sintió con la DANA,
que arrancó con la pandemia.
Estamos en un tiempo nuevo
en el que circunstancias extremas van a ser inevitables
y nos ha pillado sin prepararnos en el caso de los incendios,
con el monte abandonado,
con poca coordinación a continuación
cuando ya se desencadenan los incendios.
Yo creo que efectivamente tenemos que preocuparnos de aquellas personas
que ahora mismo han sufrido el desgarro de los incendios,
como previamente ha sido la DANA,
y efectivamente estamos ante un nuevo mundo.
Estamos ante un nuevo paradigma,
un paradigma en el que necesitamos un compromiso mucho más robusto
por parte de las administraciones públicas,
todas, no solamente el Gobierno de España,
las administraciones autonómicas
y también las municipales y las provinciales.
La emergencia climática está sobrepasando
todas las previsiones hechas por los científicos.
Para que nos hagamos una idea,
en estos 70 días que llevamos de verano,
un tercio lo hemos pasado bajo olas de calor.
En estos últimos cinco años,
todos los efectos adversos climatológicos
han implicado un desembolso
por parte de la Administración General del Estado
que representa 32.000 millones de euros.
Para que se hagan una idea los telespectadores,
32.000 millones de euros es el mismo dinero
que nos hemos gastado en la educación pública
de nuestros hijos y nuestras hijas.
Por tanto, creo que necesitamos hacer un gran pacto de Estado,
convertir en políticas de Estado
todas las políticas vinculadas con la prevención,
con la respuesta
y con la reconstrucción de todas aquellas zonas afectadas
por estos efectos climatológicos tan adversos
que exacerba la emergencia climática.
Presidente, hay ciudadanos que de buena fe
se creen a los negacionistas. Se los creen.
Se resisten a admitir que el mundo conocido cambia.
¿Qué se ha hecho mal para que se provoque ese rechazo
que aprovechan los negacionistas?
Yo creo que tenemos todos que aprender.
Creo que también hay una función pedagógica que hacer
por parte de todos,
primero de los políticos, de los gobiernos,
también de los medios de comunicación.
Hemos tenido ejemplos muy positivos
a lo largo de estos últimos cinco o seis años.
Yo recuerdo durante la pandemia
que los propios medios de comunicación decían que no,
aquellos pseudocientíficos que hablaban de que la COVID-19
no existía,
de que no había que utilizar las mascarillas,
de que no había que hacer una serie de labores de prevención
para evitar el contagio del virus del COVID-19.
Yo creo que ahora mismo estamos ante una situación
en la que tenemos que ser conscientes de que la península ibérica, España,
Europa, particularmente el Mediterráneo,
está afectado por una emergencia climática
que o bien se traduce en incendios de gran magnitud
como los que hemos vivido,
o bien también DANAs, o bien también olas de calor.
Fíjese, durante estos últimos cinco años
han sido 20.000 las personas
que han muerto por algún fenómeno meteorológico adverso, climático
como los que está sufriendo España.
Son 20.000 personas.
Son 32.000 millones de euros de recursos desembolsados
por la Administración General del Estado.
Estamos hablando, por tanto,
de un nuevo paradigma que exige de las Administraciones Públicas,
lealtad institucional,
recursos económicos permanentes a lo largo de los 365 días del año.
¿Para qué? Uno, para prevenir,
porque la mejor manera, por ejemplo, de que no haya incendios
no es apagarlos durante el verano, sino apagarlos durante el invierno.
Y por tanto, tenemos que prevenir,
tenemos que cambiar la gestión
de los recursos forestales en nuestro país.
Hay mucha gente que no sabe que nuestro país,
después de Suecia,
es el país con mayor masa forestal de toda Europa.
Y finalmente tenemos que abordar la tarea de la reconstrucción.
Por eso yo creo que en una de las visitas,
por ejemplo, que hice este verano a una localidad leonesa,
a Villablino,
un paisano de allí me dijo
Tenéis que poneros de acuerdo todas las Administraciones,
todos los partidos políticos.
Y yo diría más, el conjunto de la sociedad,
sindicatos, patronal,
este es un desafío que nos afecta a todos.
Y que supera las Administraciones
y la orientación política que pueda tener
cada una de esas Administraciones.
Eso será un mundo ideal, presidente,
porque a la vulnerabilidad que yo describí al principio
se suma la evidencia
de que la relación entre las comunidades autónomas
y el gobierno central
no fluye cuando hay una emergencia.
Pero ya sabemos que es lo que no funciona.
No funciona ni la deslealtad institucional.
No funciona la precariedad de los trabajadores
de las comunidades autónomas
que están combatiendo contra el fuego.
No funcionan los recortes ni la privatización
ni el debilitamiento de las políticas públicas.
Por tanto, sí hay recursos económicos
este gobierno ha transferido a las comunidades autónomas
en estos últimos años 300.000 millones de euros
más que lo que hizo
la anterior administración del Partido Popular de Mariano Rajoy.
Por tanto, si tenemos recursos económicos,
tenemos la evidencia científica,
sabemos que nuestros conciudadanos se están viendo afectados
por esta emergencia climática,
sean DANAs, sean incendios o sean olas de calor.
Yo creo que lo que falta es voluntad política
por parte de determinadas administraciones territoriales
para trabajar todos a una.
Pero al final del día, presidente,
al final del día lo que quiere el ciudadano
es que alguien asuma la responsabilidad
de prevenir la desgracia, de acompañarlo
y estar presente cuando ocurre la desgracia
y atender las consecuencias.
Y mira a toda la administración.
La batería de medidas que usted presenta es puro voluntarismo
puesto que asistimos a un enfrentamiento partidista
en torno a cualquier acontecimiento que ocurra en este país.
Fíjese, no lo es. Yo creo que España, por ejemplo, está muy preparada
desde el punto de vista de la respuesta.
Lo hemos visto con la unidad militar en emergencias, lo hemos visto
con las brigadas forestales,
con los agentes medioambientales,
lo hemos visto con los despliegues que hemos hecho por parte
de las Fuerzas Armadas y también del Ministerio de Transición
Ecológica, la Administración General del Estado, muchas comunidades
autónomas también.
Por tanto, no es un ejercicio voluntarista. Desde el año 2019,
simplemente para que lo sepan los ciudadanos, aprobamos la primera
estrategia nacional de protección civil.
Hemos aprobado en 2024 una nueva estrategia.
Por ejemplo, el mecanismo de alerta que se recibe en los SMS
de los móviles de las zonas afectadas por DANAS, por incendios,
son también servicios que ha puesto en marcha el Gobierno de España
para prevenir y para garantizar la seguridad de los ciudadanos
en las zonas afectadas por estos efectos climatológicos
que hemos visto durante este verano. Dicho lo cual...
¿Lo único que ha fallado han sido las comunidades autónomas?
Yo creo que tenemos que hacer entre todos un ejercicio que es
el siguiente. Es evidente que la emergencia climática está
superando todas las evidencias científicas que teníamos hasta ahora,
todas las previsiones científicas que teníamos hasta ahora.
El otro día la Aemet lo dijo claramente.
Las temperaturas medias que hemos sufrido durante este mes de agosto
superan de largo los cuatro grados respecto a las temperaturas medias
que hemos tenido durante las últimas décadas en un mes de agosto.
Por tanto, hay una realidad que se acelera, que es la emergencia
climática. Hay unos efectos que se agravan, que son
los de la emergencia climática.
Y por tanto, entre todas las administraciones públicas tenemos
que hacer lo que está en nuestras competencias, que viene
definido uno por la Constitución, dos por los Estatutos de Autonomía y tres
por la Legislación Estatal, la Ley de Montes, por ejemplo, para reforzar
esa coordinación y esa colaboración.
¿Diría que el decreto político ha dificultado la extinción
de los incendios?
Yo diría que lo que tenemos que hacer entre todos es asumir
nuestra responsabilidad.
Lo que tiene que hacer, por ejemplo,
el Gobierno de España cuando se declara una emergencia
de estas características es coordinar la respuesta conjuntamente
con la administración territorial donde se sufre este incendio.
¿Y eso qué significa? Pues, por ejemplo, poner a disposición
de esa administración territorial todos los recursos, que es
lo que ha hecho el Gobierno de España.
Fíjese, hemos desplegado 3.200
efectivos de las Fuerzas Armadas de la UME.
Hemos desplegado más de 20.000
efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
También brigadistas, forestales,
agentes medioambientales.
Hemos también activado el mecanismo de protección civil europeo.
Hemos coordinado la solidaridad interterritorial de las distintas
comunidades autónomas, vehiculando todos los recursos a las comunidades
autónomas afectadas.
En definitiva, el Gobierno de España ha hecho su trabajo.
Pero eso no significa que nos sintamos, digamos,
satisfechos con el resultado de este órdago que nos está echando
el clima.
Ahora bien, también de la misma manera que digo esto, creo que es
un enorme error ver a dirigentes políticos, ya sean instituciones,
ya sean partidos políticos, no digo la ultraderecha,
que claramente es negacionista, pues no hacer ni una mínima referencia
a la emergencia climática.
Que no lo dice un partido político u otro, que lo está diciendo
la ciencia.
Y por cierto, no lo dice la ciencia desde hace, no sé, dos, tres días.
Lo está diciendo desde hace décadas.
Este gobierno, o mi gobierno desde que yo soy presidente, allá
por el año 2018, en 2020 lo primero que hizo fue aprobar una declaración
de emergencia climática en el Consejo de Ministros.
Y desde entonces hemos desplegado una política de protección civil
y una política de transición ecológica
que ha hecho que una economía como la nuestra, que está creciendo
y liderando el crecimiento en Europa,
haya reducido los gases de efecto invernadero, como no lo hemos hecho
en el pasado.
Tenemos que ser consistentes con esa apuesta.
Hablemos, presidente, de Santos Cerdán, de José Luis Ábalos
los dos secretarios de organización de su partido,
los dos personas de su absoluta confianza política durante muchos
años, los dos investigados por presunta corrupción, Cerdán
en prisión preventiva.
Nadie le advirtió, su instinto político no funcionó aquí,
ningún compañero le dijo nada,
ningún servicio del Estado le advirtió, por ejemplo,
de algo que parece que todo el mundo sabía ahora,
que es el estilo de vida que lleva José Luis Ábalos.
Yo tengo que decirle, Pepa, con toda rotundidad,
que yo no tenía ninguna información objetiva
de que pudieran estar cometiendo supuestos actos de corrupción.
Ya veremos porque es el tiempo de la justicia en que acaba esto.
Pero yo sí que creo, y es lo que tengo que decirle
a la ciudadanía, que este Gobierno,
y yo como secretario general del Partido Socialista,
no he tolerado en ningún momento ningún caso de corrupción, ninguno.
Y cuando ha habido un mínimo atisbo de un caso de corrupción,
he actuado con total contundencia
y con total... siendo implacable, por decirlo de manera mucho más...
¿Por qué apartó a Ábalos del Gobierno en el año 2021?
Bueno, es que no solamente fue José Luis Ábalos.
Salíamos de una pandemia,
hice una reestructuración del Consejo de Ministros muy importante,
donde no solamente salió el entonces ministro de Transportes,
José Luis Ábalos,
sino también salieron otros ministros y una vicepresidenta del Gobierno,
porque estábamos saliendo de una pandemia,
porque teníamos que recobrar el impulso político
y también, en fin,
se notaba un desgaste de un Consejo de Ministros
que se estaba reuniendo dos y tres veces a la semana
para poder hacer frente a la pandemia.
Dicho lo cual,
lo que sí que puedo decirles es que, como presidente del Gobierno,
yo he hecho tres cosas que creo que son fundamentales
para la tranquilidad de la ciudadanía.
Uno, responder con total contundencia.
Dos, colaborar con la justicia
y con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado,
cosa que no se hacía en el pasado y que hoy se hace.
Y tres, poner en marcha propuestas de regeneración democrática
y de mejora de los controles para evitar esos casos de corrupción.
La semana pasada, sin ir más lejos,
aprobamos la hoja de ruta de distintos proyectos de ley
que vamos a llevar a las Cortes Generales
para crear una agencia, por ejemplo,
de integridad pública y de lucha contra la corrupción.
O dos, reforzar los mecanismos que tiene la justicia
para luchar contra esa corrupción.
En este caso, presidente,
en este caso, Koldo, Ábalos, Cerdán,
hemos escuchado conversaciones intolerables
desde el punto de vista del sexismo, el machismo.
De alguna manera, el caso Koldo golpea sobre los cimientos
del proyecto político con el que usted llegó a la Moncloa,
que era la limpieza frente a la corrupción y el feminismo.
¿No pensó dimitir cuando un caso de esta envergadura
y que golpea tanto sus cimientos se hizo público?
¿No pensó dimitir en ningún momento?
Que me afectó en lo personal y en lo político, sin duda alguna.
Que pensé en dimitir también.
Pero es que creo que el proyecto político que yo encarno,
desde el punto de vista no solamente del avance social,
del crecimiento económico,
de las transformaciones que estamos llevando a cabo, por ejemplo,
en el ámbito de la transición ecológica,
la política exterior que está defendiendo el gobierno
y lo que estamos evitando respecto a los recortes que representa
y el retroceso que pudiera representar
un gobierno del Partido Popular con Vox,
son también importantes.
Y en este sentido, lo que quiero responderle
es que la asunción de mi responsabilidad es la siguiente.
Uno, responder con total contundencia,
como ha hecho el Gobierno de España y el Partido Socialista Obrero Español.
Por cierto, es que no hay ninguna sentencia firme.
Es que todavía no han empezado ni los juicios.
Y el segundo lugar,
colaborar con la justicia
y poner en marcha medidas que evidentemente
eviten que esto vuelva a suceder.
¿Están en condiciones de afirmar
que no hay corrupción estructural en su partido?
Por supuesto que no.
No está en condiciones que no la hay.
Y si se demuestra que la hay,
porque también le sorprendió el caso Cerdán y el caso Ábalos,
si se demuestra que la hay, dimitiría.
Pero si usted me pregunta
si hay financiación irregular del Partido Socialista,
yo le digo que no la hay.
Este partido, desde que yo soy secretario general
de esta organización del Partido Socialista Obrero Español,
hace dos auditorías.
Dos auditorías.
Una, la que legalmente nos obliga el Tribunal de Cuentas,
y dos, una auditoría externa.
Nosotros tenemos un proceso absolutamente garantista
dentro del Partido Socialista Obrero Español.
Y nada de eso ha permitido detectar
lo que estamos viendo en la investigación
a la espera del resultado.
Pero en todo caso,
y efectivamente salvaguardando el principio
de presunción de inocencia,
la organización ha respondido con total contundencia.
Y yo soy absolutamente incompatible con cualquier forma de corrupción.
¿Qué quiere que le diga?
Y cuando he visto estos comportamientos,
yo me he llevado una decepción personal.
Y si le digo, yo he pensado en dimitir,
lo reconocí en el mes de julio.
Pero también le digo,
creo que mi responsabilidad no es abandonar el barco.
Mi responsabilidad es tomar decisiones,
por duras que sean, desde el plano político,
desde el plano de la organización,
y, por supuesto, ofrecer al país
una agenda de mejora de la calidad democrática,
que es lo que está haciendo este gobierno.
Y luego está el caso del fiscal general del Estado.
Ustedes le han manifestado su apoyo para que siga ahí.
Es verdad que hay controversia jurídica.
Pero, presidente, me gustaría escuchar
por qué usted cree aceptable en este momento y en este caso
que un fiscal general del Estado,
que es el garante de la legalidad en España,
puede ejercer su función
mientras se sienta en el banquillo de los acusados,
algo que puede ocurrir perfectamente en el inmediato horizonte.
¿Por qué ve compatible eso para decir que tiene que seguir en el cargo?
Porque es inocente.
Porque creo en su inocencia.
Porque creo que, como dijo un voto particular
que hemos conocido antes de que empezara el verano,
en el mes de julio,
un magistrado del Tribunal Supremo
dijo que no se puede abrir un juicio a una persona,
en este caso el fiscal general del Estado,
sin ninguna prueba.
¿Pero es la inocencia quien la dictamina, los jueces
o los próximos?
Los jueces, por supuesto. Pero, en todo caso, me podrá dar a mí
el beneficio de confiar en una persona como Álvaro Ortiz,
el fiscal general del Estado, que,
por cierto, sobre este caso,
que recordemos de qué estamos hablando,
de una filtración o una supuesta filtración que no se ha podido probar
en lo que llevamos de juicio,
sobre un caso de corrupción que afecta a la presidenta
de la Comunidad de Madrid y a su pareja.
Por tanto, yo siempre voy a estar con aquellos fiscales y jueces
que luchen contra la corrupción,
que persigan al delincuente.
Pero no en un caso que a mí me parece que, en fin, como dijo ese magistrado
del Tribunal Supremo,
en su voto particular, pues falta consistencia en cuanto a la carga
probatoria para abrir un juicio oral.
En este caso, el fiscal general del Estado.
Y luego están los casos que afectan a su entorno personal.
Bueno, puede decir mi hermano y mi mujer.
El procesamiento de su hermano,
la imputación de su esposa.
Bueno, las imputaciones.
Que me imagino que son los más difíciles para usted.
Me imagino que son.
Hace un año, el de su esposa en concreto, Begoña Gómez,
provocó que usted estuviera cinco días reflexionando sobre si le
merecía la pena seguir en política.
Decidió que sí.
¿Esa decisión es firme? ¿Ocurra lo que ocurra con esos procesos,
aunque acaben en un juicio o en una hipotética condena?
Mire, como usted ha dicho desde el plano personal,
yo nunca pensé que esto pudiera pasarle a una persona que ejerza
responsabilidades políticas.
Porque además, esto proviene de denuncias falsas, de recortes
de prensa, de organizaciones ultraderechistas,
que se presentan en determinados juzgados para abrir una causa,
en este caso, contra familiares como mi hermano o como mi esposa.
Y yo, por supuesto, que defiendo su honestidad y su inocencia. Lo voy
a defender siempre.
¿Por qué es así? ¿Por qué es la verdad?
Y creo, además, que aún confiando en la justicia y aún pensando
que la inmensa mayoría de jueces y fiscales de nuestro país
hacen bien su trabajo y cumplen con la ley, con la misma rotunda,
ya digo, que hay jueces que no.
Y estos son casos palmarios de que eso no es así.
De que hay un problema de desempeño,
de instrucción, de pena del telediario,
que al final están pagando dos personas por el mero hecho
de ser familiares míos.
Presidente, ¿me está diciendo
que hay jueces que están en guerra con el Gobierno?
Que hay jueces haciendo política y que hay políticos que tratan
de hacer justicia, sin duda alguna la hay.
Afortunadamente es la minoría,
pero la hay. Y hacen un daño terrible, un inmenso daño
a la justicia, al Poder Judicial.
¿Y el Consejo General del Poder Judicial que acaban de pactar
ustedes, que tiene competencias disciplinarias, a su juicio cómo
actúan esos casos?
Yo creo que también merecería una reflexión por parte del Consejo
General del Poder Judicial
el cómo poder defenderse ante procesos que claramente son
muy defectuosos tanto en el fondo como la forma.
Pero insisto, esto es algo que representa o que corresponde
al Poder Judicial, al Consejo General del Poder Judicial,
y por tanto tendrán que ser ellos quienes valoren
si estas instrucciones,
si estas causas abiertas,
pues en fin, tienen los parámetros de independencia, de respeto
a la presunción de la inocencia, que creo que merecen
todos los ciudadanos y ciudadanas en nuestro país.
Presidente, por aclararme, ¿dónde pone el listón?
En estas investigaciones todas las que están en curso,
todas las que afectan a personas de su máxima confianza política
o de su máxima confianza personal,
¿cuál es la línea roja que le obligaría a usted cambiar
esa decisión que ha tomado de seguir adelante, pase lo que pase?
¿Dónde está la línea roja en una investigación por corrupción?
Si usted me pregunta por mis familiares, si es que yo sé
cómo viven, yo sé qué han hecho, cómo son,
por tanto, yo lo que espero es que la justicia efectivamente haga
justicia y que el tiempo ponga las cosas en su sitio,
tanto los investigados como los investigadores.
¿Y en el caso Cerdán y Ábalos dónde pone en listo?
Creo que la he puesto ya, fíjese,
mucho antes de lo que hicieron otros partidos políticos o mi organización
en casos de corrupción anteriores.
Es que nosotros hemos tomado decisiones
en José Luis Ábalos y en Santos Cerdán
sin abrirse todavía un juicio.
Estamos en las fases preliminares de investigación
y ya hemos tomado decisiones muy contundentes.
Por tanto, cuando usted me dice
dónde usted pone el listón o dónde usted pone el límite,
bueno, si es que ya lo hemos hecho, hemos respondido.
Y no solamente hemos respondido
con esta asunción de responsabilidades.
¿Y desde el punto de vista de la responsabilidad personal
del máximo dirigente del partido que los eligió?
Claro, es lo que he hecho.
Es que les he pedido que entreguen el acta,
les he pedido que abandonaran la Secretaría de Organización
del Partido Socialista,
les he pedido que se den de baja como militantes
y si no, pues efectivamente han sido expulsados.
En definitiva, yo creo que desde el punto de vista
de la proporcionalidad,
de la gravedad a esas respuestas,
hemos dado una respuesta muy contundente que en efecto otras
organizaciones no han dado.
Pero su pregunta sobre si hay o no corrupción sistémica.
Yo le digo, la corrupción sistémica no, pero sistemática sí.
Acabo con la moción de censura en el año 2018.
Y en fin, yo he pedido perdón, he pedido perdón, estoy dispuesto
a aprender, a reconocer también mis errores,
pero lo que no voy a hacer es aceptar lecciones de organizaciones políticas
que no asumen esa responsabilidad,
que tienen más de 30 causas abiertas y que tienen a más de 100 personas
siendo investigadas por casos de corrupción muy graves.
Espero tener ocasión de preguntarle al señor Feijóo,
a quien hemos invitado también a una entrevista en la tele pública,
pero ahora quien tengo delante es a usted.
¿Su gobierno, la continuidad de su Ejecutivo, depende
más de los tribunales en este momento que de su acción de gobierno?
De la acción del gobierno, sin duda alguna.
Hablemos de economía, presidente,
que los datos macros son muy buenos.
La economía española crece por encima de la media europea y de la media
del mundo occidental.
En realidad, lo hizo en el 24,
lo sigue haciendo en el 25, apoyada en una energía barata y en la llegada
de mano de obra extranjera,
porque hay trabajo, obviamente. Es la primera vez que tenemos
esta ventaja objetiva de una energía que se hace con una materia prima
de la que tenemos en abundancia en España,
que es el sol y el viento. Pero eso convive con un malestar que tiene
que ver con dos cuestiones muy concretas,
que es la dificultad de acceso a la vivienda para todas las capas
sociales, vivienda de alquiler y vivienda en propiedad.
Las dos cosas se han vuelto imposibles para muchos españoles
y unos sueldos que permiten pocos desahogos,
y que cuando la vida se tuerce o da un giro, un divorcio, un gasto
extraordinario, la gente lo pasa mal.
¿Por qué un gobierno nítidamente de izquierdas, que ha sabido hacer
crecer la economía, no ha sabido atajar estos dos asuntos que afectan
a la vida de mucha gente?
Yo reconozco el problema, o los dos problemas, pero estamos poniendo
los andamiajes para resolver estos problemas.
Lleva siete años en el gobierno, presidente.
Bueno, es que el problema de la vivienda no es sencillo,
el desafío que tenemos por delante.
Y además, de nuevo, hablando también como hacíamos de la emergencia
climática, necesitamos de la cooperación de instituciones,
de comunidades autónomas,
de ayuntamientos, y hace escasos años que aprobamos la primera ley estatal
de la vivienda, que en definitiva es, en toda regla,
una intervención en un mercado libre que no funciona.
Usted antes hacía referencia al mercado energético,
a la solución ibérica, que fue una intervención
que planteamos desde el gobierno de España,
¿para qué? Para, durante la guerra de Ucrania, con los precios
y la inflación que teníamos,
intervenir en un mercado claramente disfuncional
y proteger a los consumidores y a los empresarios. Y es
lo que tenemos que hacer también con la vivienda.
Nosotros llevamos, desde hace siete años, desplegando una política
sistemática de intervención pública de la vivienda,
con, uno, un aumento de ocho veces más los presupuestos vinculados
con la política de vivienda.
Dos, la ley de vivienda,
que nos permite articular políticas como, por ejemplo, aprobar
un registro de viviendas turísticas, acabar con las Golden Visa,
que beneficiaban, sobre todo,
aquellos extranjeros con grandes recursos económicos para comprar
patrimonio en nuestro país,
o, también, utilizando el Instituto de Crédito Oficial para crear avales,
sobre todo, para la gente joven,
las familias jóvenes,
con 4.500 millones de euros y,
también, el bono de alquiler para la gente joven.
Y, finalmente, lo que estamos haciendo es una apuesta decidida
por la rehabilitación y la construcción de vivienda
protegida. Fíjese, durante los últimos 12 meses,
el aumento en la construcción de vivienda protegida ha sido
de un 62%, el de la vivienda libre del 13%.
Habrá telespectadores que piensen, bueno, ¿y eso en qué se traduce?
Es que nosotros tenemos que aumentar el parque de vivienda protegida,
porque eso hace que los precios de la vivienda
puedan amortiguar su incremento,
o, al menos, no aumentar de la manera que están aumentando, por desgracia,
en muchos territorios de nuestro país.
Y, bueno, respecto a lo segundo,
al poder adquisitivo, yo creo que, en fin, este gobierno, aún siendo
consciente de lo que usted dice,
sobre las estrecheces que tienen muchas familias, hemos aumentado
las pensiones, hemos aumentado el salario mínimo interprofesional,
hemos aprobado una reforma laboral que potencia y pone en el foco,
de nuevo, de la negociación colectiva entre agentes sociales,
no solamente los sueldos,
sino también las condiciones laborales de los trabajadores
y trabajadoras, en definitiva,
tanto desde el punto de vista del asalariado
como del trabajador autónomo,
estos siete años han sido siete años de avances y de redistribución
de esos frutos del crecimiento económico.
No es suficiente cuando existe ese malestar, presidente. No hay
redistribución suficiente. ¿Cuándo ese malestar existe?
El problema es que el problema que tiene ahora mismo España,
como siempre ha sido, es el de la desigualdad.
Y hoy la desigualdad, sobre todo,
viene provocada por la imposibilidad de muchísima gente de acceder
a una vivienda.
Y yo lo he dicho, esta legislatura va a ser la legislatura
de la vivienda. Mi planteamiento es crear un quinto pilar del estado
del bienestar,
que es la política de vivienda.
Y ese es mi compromiso político con los ciudadanos y ciudaDANAs,
pero necesito tiempo, necesito consistencia,
necesito la cooperación y la colaboración de ayuntamientos
y de comunidades autónomas.
A mí me hace mucha gracia escuchar a algunos líderes políticos
de la oposición percutir de nuevo y reivindicar fórmulas fracasadas.
Es que el mercado de la vivienda no funciona la oferta, la ley
de oferta y la demanda como pueden funcionar otros mercados.
Necesitamos la intervención de lo público. Y lo público es la ley
de vivienda, es la construcción de vivienda protegida,
son los registros de los pisos turísticos para evitar
la especulación y el alza de los precios.
En definitiva, necesitamos de todas esas políticas para hacer
de la vivienda el quinto pilar del estado del bienestar.
Ese es mi compromiso y desde luego voy a trabajar porque así sea,
dedicando como estamos dedicando ocho veces más del presupuesto
a la política de vivienda que se hacía en épocas anteriores.
Mañana aprueban ustedes en el Consejo de Ministros si no ha habido cambios
en el orden del día, una quita de la deuda de las comunidades
autónomas.
Muchos ciudadanos pueden preguntarse ¿qué se gana pasando una deuda
desde la Administración Autonómica a la Administración Central
si al final sale de las arcas públicas?
¿Se hace solo como parte de la negociación con Esquerra
Republicana para que usted tenga sus votos en el Parlamento?
Bueno, que tengo que cumplir con compromisos parlamentarios
sin duda alguna. Pero a la pregunta que usted plantea,
la respuesta es bien sencilla.
Se le da margen fiscal a las comunidades autónomas
para que hagan políticas sociales, por ejemplo,
porque dejarán de pagar intereses de la deuda y por tanto podrán
destinarlo a educación, a becas,
a sanidad, a dependencia, a servicios sociales, a políticas de vivienda.
Pero de nuevo, esa ya es una competencia de las comunidades
autónomas.
Por tanto, si hoy somos capaces de asumir desde la Administración
General del Estado
parte de la deuda de estas comunidades autónomas es
primero por una correcta gestión,
en este caso de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María
Jesús Montero, de las cuentas públicas.
Es que no solamente estamos creciendo, es que no solamente
estamos aumentando la inversión pública y el presupuesto social,
es que lo que estamos haciendo también,
es reducir la deuda pública y el déficit público.
¿Es de izquierdas que las comunidades gestionen el 100% de sus impuestos?
Eso es de izquierdas porque le da una ventaja objetiva
a las comunidades ricas.
Su compañero de partido, García Paje,
le llama el mayor atentado contra la igualdad.
Le da una ventaja realmente a una comunidad rica que recauda
y gestiona sus propios impuestos.
Pero en esa ecuación hay que incorporar otros matices que son
bien importantes.
Uno también es el de la solidaridad interterritorial.
A ver, el debate sobre los recursos
que deben tener las comunidades autónomas
y la solidaridad entre comunidades autónomas
ha sido recurrente.
Hay un hecho objetivo y es
que en 2013 caducó el sistema de financiación autonómica.
Y fíjese, Mariano Rajoy entonces,
siendo presidente del gobierno y con mayoría absolutísima,
fue incapaz de aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica.
Fíjese si estamos hablando de algo difícil y complejo,
porque tenemos que casar muchas realidades territoriales
de un país maravilloso como es España,
pero diverso en lo territorial,
con problemáticas de envejecimiento de la población,
como pueda tener, por ejemplo, Asturias,
o de despoblación, como pueda tener otros Castilla y León,
por poner el caso,
o de sobrepoblación, como puede haber en las Islas Baleares.
Por tanto, tenemos que aunar todas esas realidades
y llegar a un acuerdo de un sistema de financiación autonómico
que garantice una estabilidad,
una suficiencia muy importante
para la provisión
de servicios públicos.
Pero fíjese, hasta que llegue ese momento,
no solamente hemos hecho una quita
o vamos a aprobar una quita de la deuda
a las comunidades autónomas
y, por tanto, darles margen para políticas sociales,
para invertir en políticas sociales,
sino que, además,
durante estos siete años que llevo como presidente del gobierno,
es que hemos aumentado en 300.000 millones de euros
las transferencias a las comunidades autónomas.
Pero, claro, si hay comunidades autónomas que,
cuando reciben esos recursos,
lo que hacen es no invertir en sanidad o dependencia
o en política educativa,
y lo que hacen son rebajas fiscales que benefician a los de arriba,
entonces la clase media trabajadora de esos territorios
no acaba viéndose beneficiada de esas transferencias.
Presidente, le voy a hacer una serie de preguntas
que me gustaría que tuvieran agilidad en la respuesta,
porque todavía no hemos hablado del plano internacional.
Salvador Illa va mañana a Bruselas a verse con Puigdemont
para garantizarle a usted el voto de Junts en los presupuestos.
No, va primero porque el 2 de septiembre,
por lo que me informó el president Illa,
siempre se celebra recurrentemente en Bruselas la diada,
el Día de Cataluña.
Y, en segundo lugar,
porque creo que es una decisión coherente
con la política de normalización de diálogo y de convivencia
que apuesta el president Illa
y, desde el punto de vista político, a mí me parece acertado.
Acertado, porque creo que cuando uno mira hacia adelante,
como está haciendo la sociedad catalana
y el conjunto de la sociedad española,
lo que no podemos hacer es mirar hacia atrás
y pensar que no hay ninguna elección que tengamos que sacar del año 2017
de todos esos años de enfrentamiento, de conflicto político
que tenemos que superar conjuntamente
el conjunto de la sociedad catalana
y también el conjunto de la sociedad española.
Los voy a presentar.
Aunque se lo tumben, dice Podemos,
que es la excusa que usted busca
para disolver y convocar en primavera.
Cada grupo parlamentario que decida decir lo que quiera.
Yo voy a presentar los presupuestos, pero también le digo una cosa.
Y quiero ser muy claro con los grupos parlamentarios.
Quiero ser muy claro.
Los presupuestos generales del Estado son un instrumento,
no es un fin en sí mismo.
El fin es crecer, crear empleo
como lo está haciendo la economía española.
El fin es reducir la desigualdad
y hacer la agenda de transformaciones económicas
que está haciendo el Gobierno de España.
El fin es el poder vehicular y gestionar los fondos europeos
que acaban el 31 de diciembre del año 2026.
Por tanto, quiero ser muy claro.
Vamos a presentar los presupuestos,
vamos a pelear
para aprobar esos presupuestos en las Cortes Generales.
Seguiremos con los presupuestos que tenemos.
Quiero que escuche lo que decía usted en el año 2017
a Mariano Rajoy.
Un Gobierno tiene que aprobar su principal ley
que son los presupuestos generales del Estado.
Si el presidente del Gobierno
no puede aprobar su principal ley,
tiene como obligación constitucional
y con la responsabilidad que le otorga ser el presidente
para que los ciudadanos, lo que tiene que hacer
es someterse a una cuestión de confianza.
Y si esa cuestión de confianza la pierde,
el señor Rajoy no tendrá ninguna excusa
para anticipar las elecciones en nuestro país.
¿Por qué lo que valía para el señor Rajoy no vale para usted?
Aprobó los presupuestos Mariano Rajoy en el año 2018
y una semana más tarde hubo una moción de censura.
Usted decía que el mayor instrumento político
de un Gobierno...
Y lo es, pero yo convoqué elecciones en el año 2019
anticipadas después de la moción de censura.
¿Cuál es la diferencia? Que hoy yo tengo unos presupuestos
que me permiten cumplir con los dos principales objetivos
que antes le he dicho.
El hacer frente a mi agenda social,
a la agenda social del Gobierno de coalición progresista
y también el poder vehicular todos los fondos europeos
que tenemos de aquí al año 2026.
La oposición dice que si no tiene presupuestos
tiene que convocar elecciones porque estamos en una parálisis.
No, mire, la parálisis sería meter al país ahora mismo
en un proceso electoral.
Dos meses de campaña, más luego
el debate de investidura que dura siempre lo que dura
en nuestro país. Y mientras tanto, perdiendo la gran oportunidad
de transformar nuestro país con esos fondos europeos.
Por tanto, mire, yo lo tengo muy claro.
Yo no voy a confundir lo que es el fin con un instrumento.
Los instrumentos ahí están.
Los presupuestos generales del Estado que, por cierto, están funcionando
porque ahí están los resultados en crecimiento económico,
en creación de empleo
más de 92 millones de personas ocupadas,
en reducción de la desigualdad,
en la agenda de transformación energética, digital,
educativa, científica, de igualdad de género
en todos los ámbitos.
Por tanto, yo, por supuesto que a las Cortes Generales
les voy a ofrecer ese acuerdo de unos nuevos presupuestos generales.
Pero también les digo,
si esos presupuestos generales del Estado, la Cámara, los tumba
o considera que no son apropiados,
eso no significa, uno,
que el Gobierno no vaya a seguir manteniendo su hoja de ruta,
que lo va a hacer,
y dos, que podamos sacar políticas
de esos presupuestos generales del Estado
que estas sí gocen de una mayoría parlamentaria.
Pero de alguna manera, presidente,
desnaturaliza el funcionamiento habitual de una democracia,
que un Gobierno esté sostenido por grupos
que no le avalan un presupuesto general al año.
Bueno, han avalado, pero fíjese,
desde el año 2012 al año 2018,
cuántas elecciones generales hubo en nuestro país.
¿Cuántos presupuestos prorrogados?
Yo cuando escucho al jefe de la oposición decir
que quiere hacer una reforma constitucional,
por cierto, bienvenidos a las reformas constitucionales.
La reforma constitucional para que no se pueda prorrogar
más de dos veces
su presupuesto general. No sé si lo ha consultado con sus líderes
territoriales,
que tienen también ese mismo problema.
Pero fíjese, en un panorama tan fragmentado desde el punto de vista
parlamentario como es Europa,
en su conjunto, como lo es también España,
yo creo que hay dos cosas muy importantes
que hay que siempre tener en mente.
Una, que nuestro país no se puede gobernar sin reconocer
y asumir la pluralidad política y la diversidad territorial,
que es una realidad, que también se materializa
en los grupos parlamentarios que componen la Cámara.
Y dos, que desde luego nosotros tenemos
todas las herramientas para poder cumplir nuestros objetivos.
Y esos objetivos, insisto, son la agenda social, es el crecimiento,
son las transformaciones económicas.
Nos quedan pocos minutos. Vimos una fotografía
en Washington con los líderes europeos frente a Trump
que algunos describieron como diplomacia apaciguadora
y muchos como una humillación de Europa.
Usted no estaba allí, ¿no fue?
Porque no quiso, nos lo invitaron brevemente.
Ha habido mucho debate sobre esto.
¿España ha perdido o no ha perdido influencia?
¿Qué es la influencia? No fue porque no lo invitaron.
¿Qué es la influencia? Pero contésteme.
A esa reunión yo no tuve el placer.
¿Y se alegra de no haber estado ahora viendo el resultado?
No lo plantearía en esos términos.
Yo creo que Europa tiene que hacer valer aún más su peso.
Y eso no significa no cuidar
la relación trasatlántica que yo siempre he defendido.
Eso significa hacer valer esa relación trasatlántica
en términos de una mayor igualdad.
¿Qué papel cree que puede jugar un gobierno como el suyo
y usted su liderazgo en un tablero internacional,
particularmente en el mundo occidental
que se inclina a la derecha, incluso a la extrema derecha,
donde usted se ha quedado en minoría en algunos grandes asuntos?
Por ejemplo, la inmigración.
El gobierno socialdemócrata de Dinamarca
ha endurecido mucho su política migratoria
y usted sigue defendiéndolo como un asunto de derechos humanos.
O, por ejemplo, Gaza.
En Gaza yo he escuchado también a algunos políticos en nuestro país
decir el año pasado cuando reconocimos el Estado de Palestina
que no podemos hacerlo fuera del consenso europeo
y estamos creando un consenso europeo.
Quería escucharle decir cuál es el papel de España,
qué papel puede jugar España en este contexto,
con esta posición, y si España sostiene
un enfrentamiento a Donald Trump.
Nosotros no nos enfrentamos a ningún gobierno.
Creo que el gobierno, España en su conjunto,
el conjunto de la sociedad española es bastante amistosa
con todo el conjunto de naciones del mundo
y, particularmente, con Estados Unidos,
que es una nación a la que hay muchos estudiantes,
chavales que van a estudiar allí
o estadounidenses que viven entre nosotros.
No tenemos ese problema.
Si podemos tener una disparidad,
una diferencia en cómo abordar los asuntos globales,
en cómo abordar, por ejemplo,
la emergencia climática,
en cómo abordar el fenómeno de la migración,
en cómo abordar las guerras,
si respetamos o no respetamos el derecho internacional,
si nos posicionamos del lado de las víctimas
o lo que hacemos es transigir con aquellos que están utilizando,
por ejemplo, un terrible atentado de Hamás en Israel
para, claramente, hacer una ocupación de Cisjordania, de Gaza
y, por tanto, acabar con cualquier atisbo
de un futuro de Estado palestino para esa ciudadanía.
Por tanto, creo que el planteamiento que tiene España
es un planteamiento que probablemente
esté acorde con el...
con una amplísima mayoría de la ciudadanía española.
Usted antes hacía referencia a la migración.
Bueno, yo no soy católico ni practicante, no lo soy.
Pero escucho al Papa, escucho a la conferencia episcopal
con la cual he tenido discrepancias en algunos asuntos.
Pero, ¿qué es esto de...
vas a misa y luego dices que hay que hundir el Open Arms?
¿Qué va a ser lo siguiente?
¿Hacer estallar un avión en barajas?
Lo que quiero decir con esto es que la humanidad,
la empatía ante el sufrimiento,
el respeto del derecho humanitario,
el respeto del derecho internacional
son los ejes básicos de la política exterior española
junto con la legítima defensa de nuestros intereses.
¿Debe celebrarse la Asamblea General de la ONU en Estados Unidos
después de negarle los visados a la delegación palestina
o debe trasladarse a Ginebra como empiezan a pedir algunas voces?
Yo creo que tenemos que hacerla en Estados Unidos,
que es la sede central de Naciones Unidas
y que efectivamente la decisión que ha tomado en este caso
la Administración estadounidense contraviene el derecho internacional.
Yo tuve ocasión de hablar con el presidente de Palestina,
con el señor Abbas el pasado sábado,
le trasladé la solidaridad del gobierno de España
y nuestra voluntad firme de por supuesto acompañarle
en esta conferencia de los dos estados
y por qué no, si finalmente no se puede celebrar
en ninguno de esos espacios, ofrecer España
para que se pueda celebrar.
Usted ha sido víctima de una campaña de deshumanización extraordinaria.
Otros presidentes también, pero es verdad que ahora todo
se multiplica enormemente con las redes sociales,
con el contagio de la política profesional
y salta del mundo digital a la vida física.
Hemos escuchado todos cánticos con insultos
en conciertos masivos este verano y a muchas personas expresar
con mucha naturalidad el odio que le tienen a usted
personalmente. ¿Cómo gestiona usted
esa situación? Con mucha paciencia.
¿Y cómo cree que es reconocido por los españoles?
Porque cree que se odio aprendido.
Yo creo que la clave aquí es todo lo que estamos viendo,
no solamente respecto a esto que usted hacía referencia,
sino también los hechos lamentables
que hemos visto hoy en un barrio de Madrid,
en el distrito de Hortaleza.
Lo que quiero decir es
al final son la consecuencia de algo previo.
Y la causa tenemos que verla en la falta de respeto,
de consideración, en el me gusta la fruta,
en la barra libre para insultar
al adversario político. Usted no tiene ninguna responsabilidad
en la polarización de España.
La polarización de España es asimétrica. Yo no insulto.
Yo puedo defender legítimamente mis ideas
y criticar a mi adversario político.
Pero esto de... Si en una conversación
como la que estamos usted y yo teniendo de repente uno
de los dos insulta al otro, ¿en qué términos
se tiene que responder?
Y, sobre todo,
si lo hace un responsable político,
aquellos que confían en ese responsable político
elevan la apuesta N.
Nosotros lo que estamos viendo ahora
es la consecuencia de unas causas que tienen que ver
con esa falta de respeto y con esos insultos.
Por tanto, yo lo que propongo es lo siguiente, una cosa que me parece
que es de sentido común,
que nos lo apliquemos todos. Dejemos
de insultar. Defendamos nuestras ideas
con convicción, con vehemencia,
como lo suelen hacer los españoles, con pasión,
pero desde luego con un mínimo de respeto.
Tenemos un minuto, presidente.
El problema es que ese odio,
esa animadversión, esa cosificación
del que opina diferente está llegando a un extremo
que ya casi da igual quién empezó primero.
El problema es a dónde nos conduce eso.
¿Qué debe hacer la política
que enseguida se resbala a todos los partidos
hacia el enfrentamiento en cuanto hay una ocasión?
Primero a mí me parece importante
diferenciar a unos políticos de otros,
porque lo que no se puede hacer
es meter a todos los políticos y políticas en el mismo saco,
de aquellos que sí que insultan,
de aquellos que lo que hacen es generar odio
y ser, también desde los medios de comunicación,
críticos con esas expresiones.
Lo que no puede es que de repente se diga
a un presidente del Gobierno o a cualquier otro político,
no solamente por parte de tus adversarios
sino también de determinados medios de comunicación,
es que no puedes salir a la calle.
Bueno, sí puedo salir a la calle.
Y en la calle te puedes encontrar gente que te insulta
y otra gente que te aplaude o que te muestra su ánimo.
Pero esto no es lo que queremos para nuestro país.
Lo que queremos son unos mínimos de convivencia,
de respeto y de destierro del insulto.
A partir de ahí podremos debatir sobre lo que se considere.
Pero el me gusta la fruta
es lo que tenemos que desterrar de la dialéctica política.
Porque además, eso,
¿en qué posición deja la persona que lo dice?
Desde luego, lo deja en una posición
y en un nivel de escasos recursos dialécticos
y de una enorme frustración.
Porque al final son las ideas, es la forma de expresarse
lo que hace que las personas puedan ser persuadidas o no
por sus dirigentes y sus líderes políticos.
Terminamos aquí, presidente, gracias por venir a la tele pública.
Un placer.
Sánchez se ha referido a ambas causas preguntado por la periodista Pepa Bueno en la entrevista que le ha hecho en RTVE, la primera en 14 meses que concede el presidente del Gobierno y en la que han repasado los principales temas en debate al arranque del curso político. Tras un verano de graves incendios, ha defendido la gestión de su Gobierno contra el fuego, ha subrayado la responsabilidad que tienen las comunidades autónomas y ha insistido en la necesidad de un acuerdo sobre el cambio climático.
Pero algunos de los titulares de la entrevista han llegado cuando ha sido preguntado por las causas judiciales que le esperan también a la vuelta del curso político. Sánchez no se ha reprimido cuando ha sido preguntado por las que afectan a su mujer y a su hermano y ha cargado contra los jueces. En un tono grave, ha defendido que la mayoría de ellos hacen bien su trabajo, pero no todos. "Con la misma rotundidad digo que hay jueces que no" y ambas investigaciones son "casos palmarios". "Hay un problema de desempeño, de instrucción, de pena del telediario que al final están pagando dos personas por el mero hecho de ser familiares míos".
Y también ha cargado contra el juez que lleva la causa contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en quien ha insistido que confía porque "es inocente". "No se puede abrir un juicio sin ninguna prueba", ha sostenido el presidente. "Falta consistencia en cuanto a la carga probatoria", ha añadido, apoyándose en un magistrado del Tribunal Supremo contra el procesamiento del fiscal general.
Igualmente ha respondido sobre una tercera pata judicial que afecta al Gobierno y al PSOE, el ‘caso Koldo’, asunto sobre el que Pedro Sánchez ha mostrado haber pasado página en cuanto a su responsabilidad como presidente del Gobierno y secretario general del PSOE: no tenía conocimiento de "ningún acto de corrupción", tanto José Luis Ábalos como Santos Cerdán fueron apartados de sus cargos, "no hay financiación irregular del PSOE" y el Gobierno está tomando medidas para reforzar la lucha contra la corrupción. Su continuidad como presidente, ha dicho con seguridad, no depende de las causas judiciales sino de la acción de gobierno.
Gobernar sin presupuestos, evitar las elecciones
El jefe del Ejecutivo ha dejado claro que va a continuar al frente del Gobierno y que no ve en riesgo su continuidad: ni por las causas judiciales a su familia, ni por el ‘caso Koldo’, ni por la falta de presupuestos generales del Estado, que este año, ha dicho, presentará a las Cortes. Pero si no son aprobados, continuará con las cuentas prorrogadas: "Me permiten cumplir con los dos principales objetivos: hacer frente a la agenda social, del gobierno progresista, y poder vehicular todos los fondos europeos hasta 2026".
"La parálisis sería meter al país en un proceso electoral, perdiendo la oportunidad de transformar el país con los fondos europeos", ha zanjado, cerrando una vez más la puerta a terminar la legislatura antes de tiempo porque quedan proyectos por llevar adelante. Entre otros, la política de vivienda o el pacto contra el cambio climático que ha anunciado este lunes.
Críticas a Ayuso: "Barra libre para insultar"
A lo largo de la entrevista, Sánchez ha lanzado sucesivos mensajes a las autonomías por su responsabilidad en distintas políticas, en primer lugar, en prevención de incendios y lucha contra el fuego. Pero ha tenido críticas dirigidas contra las comunidades del PP y, en especial, contra la de Madrid, gobernada por Isabel Díaz Ayuso.
A propósito de la quita de deuda que este martes aprobará el Gobierno, ha recalcado que se aprueba para que las autonomías puedan tener "margen para invertir" en políticas de su competencia, como educación, sanidad o bienestar social. No para "rebajas fiscales que benefician a los de arriba", en clara crítica al gobierno madrileño.
Y ha lanzado otro dardo directo hacia Díaz Ayuso a propósito de la crispación política y la polarización que se está trasladando a la sociedad. "La causa tenemos que verla en la falta de consideración, en el 'me gusta la fruta', en la barra libre para insultar al adversario", ha añadido en referencia a la frase que ha popularizado la presidenta madrileña y que según ella, fue lo que dijo cuando la acusaron de insultar al presidente.
La reunión Illa y Puigdemont es "una decisión coherente"
Sánchez ha defendido por otro lado la reunión este martes del presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y Carles Puigdemont en Bruselas. "Me parece acertado", ha recalcado. "No podemos mirar hacia atrás", ha insistido.
El presidente ha insistido en la necesidad de la cooperación entre instituciones y en que es necesario reconocer la pluralidad política y territorial del país. Este es otro argumento, a juicio del presidente, a favor de la continuidad de su Gobierno: un freno al avance de la derecha y de un posible gobierno PP-Vox, y una vía a una agenda social aún pendiente de cumplirse. A propósito de Vox, ha cargado duramente contra los mensajes de Santiago Abascal contra el barco Open Arms: "¿Cómo puedes ir a misa y decir que hay que hundir el Opern Arms? ¿Lo siguiente qué será, hacer estallar un avión en barajas?".
En otro orden de cosas, el presidente del Gobierno ha defendido en la entrevista el papel de España en la política internacional frente a las críticas que ha recibido por no haber estado en la primera línea de los países europeos este verano frente a Donald Trump, con cuyo país ha querido dejar claro que España no tiene problemas.
Y ha aprovechado para reivindicar su papel ante el conflicto en Gaza por haber promovido una posición a la que se van sumando otros países europeos, el reconocimiento de Palestina como Estado. Preguntado por los problemas de la delegación palestina para acudir a la asamblea general de la ONU en Nueva York, ha defendido que la reunión se siga celebrando en Estados Unidos y ha revelado que el sábado trasladó su apoyo al presidente palestino Mahmud Abás.