La rapidez de los bomberos y el protocolo de extinción evitaron "una catástrofe" en la Mezquita de Córdoba
- El techo de una de las capillas se derrumbó y otras dos resultaron afectadas
- El monumento ha retomado su actividad con normalidad excepto en las visitas nocturnas
Ni sus arcos ni sus columnas. Los rastros del incendio que afectó el viernes a la Mezquita-Catedral de Córdoba han sido uno de los puntos más comentados de los visitantes al monumento este fin de semana. Un fuego que podría haber acabado en "catástrofe", de no ser por la rápida actuación de los bomberos y el protocolo de extinción de la infraestructura, según ha expresado estos días el deán de la Mezquita-Catedral, Joaquín Alberto Nieva.
Este domingo, en una entrevista al Canal 24 horas, el sacerdote ha explicado que la parte afectada supone "un 1% de las cubiertas", es decir, "unos 50-60 metros" de un conjunto de 23.000 metros cuadrados. "Rápidamente pudimos comprobar que el incendio estaba muy localizado. En menos de tres horas pudimos dar la noticia de que el incendio estaba ya totalmente extinguido", ha afirmado.
El plan de gestión de incendios, ha añadido, incluye un sistema de detección, un protocolo de actuación y otro de salvaguarda de bienes. En este sentido, los primeros minutos fueron esenciales. "Tenemos diferentes sensores por todo el edificio", así como "vigilantes que comprobaron el humo y dieron aviso" a los servicios de emergencia, ha relatado Nieva, para después añadir que estos pasos ya habían sido "ensayados en diferentes simulacros".
Aplicará el mismo sistema contra incendios de Notre Dame
Ahora las tareas se centran en la valoración de los daños, en la restauración y en la actualización de los protocolos. Para octubre, ha adelantado el deán, se plantea instalar "un sistema de extinción por agua nebulizada en las zonas más altas y complicadas de acceso por parte de los bomberos", donde también se concentra "la mayor cantidad de madera, las cubrición, la techumbre".
"El mismo sistema que se ha aplicado en Notre Dame de París, el mismo que nosotros ahora vamos a añadir", ha resaltado, recordando la restauración de la catedral parisina después del incendio que afectó en 2019 a parte de su infraestructura. Y da un paso más: "Se va a añadir un complemento para todavía mejorar la capacidad de reacción en caso de que se detecta un incendio en una zona mucho más complicada de donde ha sucedido ahora".
A la Mezquita-Catedral le esperan, por tanto, días muy ajetreados. Ya el lunes se producirán las primeras reuniones para coordinar la recuperación de las partes dañadas del monumento. "Mañana queremos activar ya un plan de emergencia para comenzar lo que es la restauración, rehabilitación o reconstrucción de la techumbre que se ha desprendido", ha señalado.
Continúa la investigación mientras vuelve la normalidad
Hasta entonces, continúa la investigación de las causas. Los primeros indicios apuntan a un cortocircuito en una barredora eléctrica en el lugar donde se originó el fuego, la capilla 37, que se utilizaba como almacén. De ahí habría saltado a la capilla de la Asunción, cuyo techo se derrumbó tanto por el fuego como por el peso del agua de la extinción. El humo se extendió afectando a una tercera capilla, la de San Nicolás de Bari, con mayor valor patrimonial.
No obstante, dichas hipótesis aún deben ser corroboradas. "Los técnicos y la Policía Científica realizaron ayer las indagaciones pertinentes. Estamos a la espera de los resultados", ha dicho Nieva al respecto.
Desde la plataforma Mezquita-Catedral, su portavoz Miguel Santiago ha pedido que se conozcan "con claridad" las causas y ha apuntado a una "mala gestión" por parte del Cabildo Catedralicio. "Llevamos como plataforma muchos años diciendo que no se pueden almacenar enseres que corran el peligro de arder como así ha sido", ha indicado a TVE. Además ha pedido a las administraciones públicas que se impliquen en la gestión del conjunto monumental que "no puede ser gestionado solo por la Iglesia Católica".
En declaraciones a EFE, Santiago ha señalado que desde 2013 están avisando de los riesgos con zonas destinadas a almacenaje y con los actos que organizan en el interior de la Mezquita-Catedral, donde se acumulan sillas que luego se dejan en las salas o en las capillas. Además de la zona donde se declaró el fuego, ha añadido, hay otro almacén en la zona que hay debajo de la Capilla Real que también supondría un riesgo "importante".
Así, entre obreros, autoridades y turistas, la Mezquita-Catedral de Córdoba intenta retomar también poco a poco su normalidad. El monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1984, permanece abierto, a excepción de las visitas nocturnas al monumento que aún no se han restablecido. Las previsiones son que el próximo lunes se hagan pruebas para ver si se pueden retomar.
