El Supremo confirma la pena de prisión de casi nueve años al hombre que propuso por WhatsApp matar a Pedro Sánchez
- Escribió mensajes como "si lo sacan (a Franco) me cargo a Sánchez" o "me sentaré en la tumba y si se acercan disparo"
- Sus amenazas fueron denunciadas por una dirigente local de Vox a los Mossos
El Tribunal Supremo ha confirmado este martes la condena de ocho años y nueve meses de prisión al vigilante de seguridad que propuso a través de WhatsApp matar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Según los hechos probados, el condenado, Manuel Murillo, hijo del último alcalde franquista de Rubí (Barcelona), estaba integrado en un grupo de WhatsApp llamado "Terrassa por España" en el que, a partir de junio de 2018, publicó mensajes en los que mostraba su absoluto desacuerdo con la exhumación de los restos de Franco.
Durante esos meses y hasta su detención, en septiembre de 2018, expresó en distintos mensajes en ese foro y de forma privada su intención de acabar con el presidente del Gobierno.
"Si lo sacan (a Franco) me cargo a Sánchez"; "Mi mayor ilusión es meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco" o "No podemos permitir que humillen al Generalísimo Francisco Franco ni a José Antonio Primo de Rivera (...) Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo". "Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez", fueron algunos de esos comentarios.
Los mensajes los denunció una dirigente de Vox
De los mensajes se desprende que el acusado "fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presiente del Gobierno, para lo cual se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo".
Una receptora de los mensajes, entonces dirigente local de Vox, fue quien los denunció, y los Mossos detuvieron finalmente al acusado cuando iba en su vehículo.
Al condenado, que trabajó como vigilante de seguridad, se le incautaron un conjunto de armas tras su arresto, 13 reglamentarias y siete prohibidas, entre ellas un arma de guerra.
La Audiencia Nacional le sentenció a siete años y medio de prisión, si bien la Sala de Apelaciones aumentó posteriormente su condena en 15 meses hasta los 8 años y nueve meses de cárcel.
El condenado presentó recurso ante el Supremo
La defensa recurrió entonces al Supremo al considerar que no había prueba de la existencia objetiva de un plan, ni de una propuesta seria o eficaz para atentar contra la vida de Sánchez y que los mensajes no eran sino "fantasías narcisistas".
Pero el alto tribunal contesta que "es de todo punto razonable (...) que por el explícito contenido de los mensajes, se considere que existió una proposición seria para la comisión del homicidio".
Y ello "teniendo en cuenta circunstancias concurrentes como la posesión de un arsenal de armas y municiones, aptas para su utilización, el entrenamiento personal del acusado en un club de tiro, la tenencia de la agenda del presidente y la descripción de la forma en que habían de intervenir periodistas para sacar una foto, a cuyo fin se solicitaba colaboración".
En su opinión, el condenado, por sus circunstancias personales, "no era incapaz de llevar a cabo ese hecho y los mensajes enviados no eran una simple ensoñación o un desahogo por la situación política sino una proposición para la posterior comisión del delito".