Rusia se convierte en el primer país en reconocer al Gobierno talibán de Afganistán
- El ministro afgano de Relaciones Exteriores ha calificado el gesto ruso como "valiente" y esperanzador
- Moscú ha destacado que la decisión ayudará a fortalecer la cooperación en áreas como la seguridad y la lucha antiterrorista
Rusia ha dado este jueves un paso histórico al aceptar oficialmente al nuevo embajador de Afganistán en su país. Ello convierte al gigante euroasiático en el primer Estado que reconoce formalmente al Gobierno talibán desde que este tomase el poder en agosto de 2021 tras la retirada caótica de las fuerzas lideradas por Estados Unidos.
El ministro afgano de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, ha calificado el gesto ruso como "valiente" y esperanzador para que otros países sigan su ejemplo.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso ha destacado que esta decisión abre la puerta a fortalecer la cooperación bilateral en áreas clave como la seguridad, la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, así como en sectores económicos estratégicos, véase energía, transporte, agricultura e infraestructura.
El hito se ha materializado simbólicamente cuando los diplomáticos talibanes han izado por primera vez su bandera —blanca con la shahada islámica— en la embajada afgana en Moscú, mientras el nuevo embajador, Mawlawi Gul Hassan, presentaba sus cartas credenciales.
El reconocimiento marca un punto de inflexión para los talibanes, que hasta ahora permanecían casi aislados internacionalmente. Aunque otros países como China, Emiratos Árabes Unidos, Uzbekistán y Pakistán han designado embajadores en Kabul, ninguno había formalizado su reconocimiento oficial.
Afganistán, aliado clave para Rusia
Rusia, que considera al régimen afgano un aliado en la lucha contra el terrorismo desde el año pasado, ha venido fortaleciendo sus lazos con el país desde su llegada al poder. En 2022, Moscú comenzó a exportar gas, petróleo y trigo, y en abril de 2023 el Kremlin levantó la prohibición que desde 2003 definía a los talibanes como grupo terrorista.
Este movimiento tiene además una dimensión estratégica: Rusia enfrenta amenazas de grupos islamistas radicales que operan desde Afganistán hasta Oriente Medio, como lo evidenció el atentado de marzo de 2024 en Moscú, atribuido al Estado Islámico en Khorasan, rama afgana del grupo terrorista.
Sin embargo, la comunidad internacional, especialmente Occidente, mantiene sus reservas para otorgar un reconocimiento más amplio mientras los talibanes sigan reprimiendo los derechos de las mujeres, cerrando escuelas y universidades para niñas y limitando su libertad.
La historia de Rusia en Afganistán es compleja y sangrienta: la Unión Soviética invadió el país en 1979 para sostener un gobierno comunista, pero fue atrapada en un largo y costoso conflicto contra los muyahidines respaldados por Estados Unidos hasta su retirada en 1989. Posteriormente, estos muyahidines darían origen a los talibanes, que llegaron a tomar el control del país hasta en dos ocasiones; la última en 2021.
Rusia comenzó a acercarse a los talibanes incluso antes de su retorno al poder en 2021, recibiendo delegaciones en Moscú y viendo con buenos ojos su enfrentamiento directo con el Estado Islámico. El contexto internacional también ha reforzado este viraje. Moscú, aislado por su guerra en Ucrania y con frentes abiertos en Siria, Irán y Azerbaiyán, busca ahora nuevas alianzas que consoliden su influencia en Asia Central y limiten la expansión de amenazas como el Estado Islámico en la región.