Springsteen invoca en San Sebastián el poder liberador del rock frente a los autoritarismos ante 40.000 seguidores
- El artista ha vuelto a denunciar las consecuencias de la vuelta de Trump al poder y empoderar a las clases trabajadoras
- Ha dejado atrás sus canciones románticas por letras críticas hacia el poder y mensajes de protesta
Bruce Springsteen ha vuelto a hacer historia este sábado en San Sebastián (País Vasco), nueve años después de su última actuación en el estadio Anoeta. No ha querido revivir su gira conmemorativa de 'The River', sino reivindicar el poder liberador del rock "en tiempos peligrosos", como afirmó al inicio de este tour europeo.
Springsteen ha arrancado el concierto con No Surrender, irrumpiendo en el escenario pasadas las nueve de la noche ante 40.000 seguidores entregados, muchos conscientes de que podría ser la última vez que lo vean actuar en grandes recintos.
En esta gira, al igual que en 2002 tras el 11-S, cuando volvió impulsado por la necesidad de que Estados Unidos se levantara contra el miedo, Springsteen muestra un compromiso social y político profundo, dirigido esta vez a denunciar las consecuencias de la vuelta de Trump al poder y las crisis que afectan a las clases trabajadoras.
Por su parte, Donald Trump ha insultado en varias ocasiones al cantante, calificándolo de "sobrevalorado" y "tonto como una piedra" tras sus críticas políticas. También ha sugerido investigarlo por su apoyo a Kamala Harris durante su campaña durante las pasadas presidenciales.
Un repertorio cargado de canciones que describen el drama social
El repertorio de Springsteen está cargado de canciones que describen el drama social, como Death to My Hometown, Youngstown, Rainmaker —dedicada a Trump—, o clásicos como The Promised Land, Badlands y Born in the USA, todos con letras críticas hacia el poder y mensajes de protesta. Mantiene también temas catárticos de la gira de 2002, como Lonesome Day, My City of Ruins y The Rising, que enlaza con otros como Long Walk Home o Wrecking Ball, que hablan de la lucha frente a la adversidad y la pérdida industrial.
El músico estadounidense Bruce Springsteen (i), junto a su guitarrista Steven Van Zandt. JAVIER ETXEZARRETA / EFE
Aunque la atmósfera es más seria, Springsteen no se ha olvidado de lo festivo, incluyendo himnos como Hungry Heart, Glory Days o Twist and Shout, reforzados por la potente sección de viento liderada por el sobrino del fallecido Clarence Clemons. En comparación con sus giras de 2023 y 2024, en esta 2025 han desaparecido las canciones románticas y ensoñadoras de sus primeros discos, dando paso a temas más intensos, emocional y espiritualmente.
Además, ha dejado atrás sus incursiones en el soul para centrarse en canciones de sus discos más recientes como Letter to You (Ghosts) y Long Walk Home (Magic), que exploran la identidad y el sentido de pertenencia. Para cerrar sus conciertos, elige Chimes of Freedom de Bob Dylan, en un guiño a su participación en la gira por Amnesty International, seguida de This Land is Your Land, canción que interpretó por primera vez en su gira de ‘The River’ en 1980, cerrando así un círculo.
El músico estadounidense Bruce Springsteen durante el concierto. JAVIER ETXEZARRETA / EFE
Aunque nadie sabe si Springsteen volverá a giras masivas, esta noche en San Sebastián ha sido un ejemplo claro de su lado combativo y esperanzador, un artista que sigue usando la música para movilizar, concienciar y conectar con su público de manera profunda.