'Paracuellos', la obra maestra del cómic español, celebra su 50 aniversario con una "edición total"
- Un volumen de 600 páginas recoge los nueve álbumes de la serie de Carlos Giménez
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Paracuellos (1976-2022), el tebeo autobiográfico de Carlos Giménez, es la obra maestra del cómic español y ha conseguido galardones tan importantes como el Premio del Patrimonio de Angulême (2010), el de mejor obra nacional de Cómic Barcelona (2000) o el de mejor álbum en Angulême (1981), aparte de que fue pionera en tratar el tema de la 'Memoria Histórica' cuando ni siquiera se había acuñado ese término.
Hace dos años Carlos Giménez decidía poner punto y final a su obra magna con el noveno álbum de la serie Paracuellos: Un hogar no es una casa (Reservoir Books) en el que Pablito y algunos de sus amigos abandonaban, por fin, los auxilios sociales donde pasaron su infancia. Un final al que dedicaba estas palabras: "Paracuellos es la serie que más satisfacciones me ha proporcionado. Y la despido con cierta pena, como el que se despide de un compañero con el que ha vivido una buena parte de su vida y al que ya se había acostumbrado, al que conocía muy bien y del que le duele separarse".
Viñetas de 'Paracuellos 7: Hombres del mañana'
Y ahora Reservoir Books lanza Paracuellos edición total, un volumen de 600 páginas y gran formato, que incluye los nueve tomos de la colección y varios jugosos artículos sobre el autor y su obra. En ellos descubrimos desde cómo nació este cómic hasta cómo trabaja Carlos Giménez. Sin duda, la edición definitiva del cómic español más importante de la historia. A la venta este 19 de junio.
Basándose en los recuerdos de su niñez, en Paracuellos, Carlos Giménez retrata la vida diaria en los Hogares de Auxilio Social de la posguerra franquista a través de las aventuras de un grupo de niños inolvidable (Pablito, Peribáñez, Adolfo, Hormiga, Gálvez, Piraña, Cagapoco, Rudy el Corneta, Toñín, Alpiste...) logrando una obra emocionante, emotiva, sincera, divertida e inolvidable. Al tiempo que retrata la sociedad española de la época.
Viñetas de 'Paracuellos', de Carlos Giménez
"Niños famélicos y tristes"
Con Paracuellos, Carlos Giménez se adelantó a la actual moda del cómic autobiográfico. Y nos atrevemos a asegurar que todavía nadie le ha superado en calidad. También se adelantó 40 años al actual debate sobre la Memoria Histórica.
Las historias de Paracuellos mezclan la ternura con el horror y con el humor, en un cóctel explosivo que pocas veces se ha visto en el cómic o en cualquier otro medio.
Pero, a pesar de estar considerada uno de los grandes clásicos del cómic internacional, Giménez aseguraba que "Cuando realicé los primeros episodios ningún editor español de la época quiso publicarlos en sus revistas. Les horrorizaba el solo hecho de ver aquellas páginas llenas de niños famélicos y tristes con aquellos ojos desproporcionados y aquellas orejas más desproporcionadas aún".
Página de 'Paracuellos 9'
"Ningún editor español quería publicar 'Paracuellos'"
"El primer capítulo de Paracuellos se publicó en la revista Mata Ratos, en 1976 -añade Giménez-. Fue una historia muy cortita de apenas página y media. A los editores no les gustó, y cuando les entregué las siguientes páginas me dijeron que me daban trabajo a cambio de que no hiciera más".
Y es que en aquella época del final de la dictadura y el comienzo de la democracia el cómic adulto iba por otros derroteros, como reconocía Giménez: “El hecho de fueran historias sin humor y sin tías buenas, y que estuvieran atestadas de viñetas uniformes y minúsculas, no atrajo a ninguna editorial española pero sí a la revista francesa Fluide Glacial, que comenzó a editar el material en 1976”.
Fue un enorme éxito y después de eso todos los editores querían publicarlo. Con el timpo la serie se tradujo a una decena de idiomas y ganó numerosos premios nacionales e internacionales, destacando el prestigioso Premio del Patrimonio del festival de Angulema.
Viñetas de 'Paracuellos', de Carlos Giménez Thinkstock
"Se llamó 'Paracuellos' a mi pesar"
Carlos Giménez también contaba que el título de la serie no lo puso él: "En cada historieta ponía el título y el nombre del colegio en el que la anécdota había ocurrido: Bibona, General Mola, Paracuellos, García Morato... Pretendía dar a esas historias un aire de documento. Pero la gente que las leía se quedó con el nombre de Paracuellos y empezó a preguntarme por "esas historias de Paracuellos". Y de esta manera la serie se llamó Paracuellos, Así que el nombre no lo puse yo. Se llamó así a mi pesar. Yo pensaba que poner a una serie de historias el nombre de Paracuellos era una atrocidad, pues me parecía el nombre menos comercial del mundo. Me equivoqué. Cuando, pasado el tiempo, lo publicaron en otros países, en todos ellos le conservaron el título".
Dos de los protagonistas de 'Paracuellos'
En estos últimos años Carlos Giménez se está despidiendo de todas sus grandes series. Con Punto Final cerró el western Gringo, con el que dio sus primeros pasos como dibujante. Hizo lo mismo con Dani Futuro con el álbum Mientras el mundo agoniza. Y también cerró su Trilogía del crepúsculo (Crisálida, Canción de Navidad y Es Hoy).
Pero ninguna de estas grandes obras, ni otras maravillas como Los Profesionales (en la que Giménez recordaba su estancia como dibujante en Selecciones Ilustradas), ha tenido el impacto de Paracuellos en la sociedad y la cultura españolas. Incluso cineastas como Guillermo del Toro han reconocido su admiración por Giménez. El mejicano contrató al dibujante para la película El espinazo del diablo (2001), que ambientó en un Auxilio Social claramente inspirado en el de Paracuellos.
Pablito, Peribáñez, Adolfo, Hormiga, Gálvez, Piraña, Cagapoco, Rudy el Corneta, Toñín, Alpiste... cualquier lector que haya leído alguna vez a estos personajes los llevará en su corazón para siempre, porque estamos ante una obra maestra del cómic y la literatura universales. Un tebeo tan desgarrador como emocionante y divertido... como la vida misma.
Portada de 'Paracuellos. Edición total'
