Compensar las emisiones plantando árboles requeriría usar una superficie equivalente a Norteamérica: "Es inviable"
- Un estudio advierte de los altos costes ecológicos de la reforestación, técnica usada por las empresas contaminantes
- Usar millones de hectáreas para nuevos bosques desplazaría poblaciones y cultivos ya existentes y perturbaría ecosistemas


Cuando las empresas hablan de ser "climáticamente neutras" o de tener "emisiones netas cero", se refieren con frecuencia a que compensan el dióxido de carbono que emiten con plantaciones de árboles que lo absorben en otro lugar del mundo.
Medidas como esta, adoptadas masivamente por su bajo coste, están, sin embargo, muy lejos de ser la solución a la crisis climática, tal y como advierte un estudio publicado este jueves en la revista Communications Earth & Environment, asociada a Nature.
El problema principal, advierten los autores, es la enorme extensión de terreno que se necesitaría para compensar todas las emisiones, mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora. Concretamente, sería necesario plantar nuevos bosques que ocuparían el equivalente a la superficie de América del Norte y Centroamérica juntas para neutralizar el CO₂ que se expulsaría a la atmósfera si se queman las reservas de combustibles fósiles de las 200 mayores petroleras del mundo.
Todo ello, además, implicaría "desplazar las comunidades y el área agrícola existente" en los terrenos que se vieran afectados, lo que también supondría la "perturbación de los ecosistemas existentes", que proporcionan servicios "vitales" a la población, explican en el estudio.
Más rentable dejar de extraer combustibles fósiles que compensarlos
Los escenarios que plantean la evolución de las emisiones en el futuro suelen incluir tanto su reducción como una compensación de parte del CO₂ expulsado. Esta neutralización, admiten los autores, es necesaria en parte, especialmente durante los años de transición hacia las energías limpias.
Sin embargo, debe tener un papel muy limitado dentro de la lucha contra el calentamiento global, reclaman. No solo por lo que supondría a nivel territorial -se requiere una superficie de 24,7 millones de kilómetros cuadrados, algo inasumible-, sino por su elevado coste económico.
El equipo de científicos liderado por Alain Naef, de la ESSEC Business School de Cergy (Francia), lleva a cabo un cálculo basado en el valor de mercado de las petroleras, las compañías más afectadas por la transición energética. Con base en este, introducen un nuevo índice: la "Valoración Medioambiental Neta", esto es, el valor financiero de una empresa si el coste de compensar las emisiones potenciales de sus reservas de combustibles fósiles se dedujera de su valoración actual en el mercado.
El estudio concluye que el 95% de las empresas tendrían una "Valoración Medioambiental Neta" negativa si tuvieran que pagar el coste medio europeo de compensación de 2022, que es de 83 dólares por cada tonelada de dióxido de carbono neutralizada.
Por ello, recuerdan que "sería más rentable económicamente para las empresas dejar de extraer combustibles fósiles que extraerlos y compensarlos", por lo que la "reforestación no es un método viable" para contrarrestar las emisiones.
Un riesgo para la seguridad alimentaria
Incluso cuando los proyectos de reforestación son exitosos en la absorción de dióxido de carbono, tienen muchas limitaciones a nivel ecológico. Los bosques plantados pueden alterar las condiciones del suelo y el agua locales, y el CO₂ que absorben solo se mantiene en el árbol durante su vida útil. Es decir, cuando muere o se quema se vuelve a liberar.
Además, ese dióxido de carbono almacenado se podría perder si los bosques se ven expuestos a fenómenos meteorológicos extremos como sequías, incendios o huracanes, y esta técnica podría incluso "exacerbar" el riesgo o la intensidad de los fuegos.
A ello se suma que, si se eliminan terrenos dedicados a la agricultura, se "pondría en riesgo la seguridad alimentaria", especialmente si la reforestación se convierte en una alternativa más lucrativa que el uso agrícola. Todos estos efectos secundarios deberían ser una llamada de atención para que la reforestación se "considere cuidadosamente para evitar causar más perjuicios que beneficios", concluyen los investigadores.