La Conferencia de la ONU sobre los Océanos busca en Niza ampliar la protección de los ecosistemas marinos
- Solo se ha protegido el 2,7% de los océanos, lejos del 30% al que se comprometieron los países para 2030
- Unos 50 líderes internacionales, entre ellos Macron o Sánchez, y 10.000 personas asisten a la cumbre
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Medio centenar de líderes internacionales y unas 10.000 personas asisten desde este lunes y hasta el viernes 13 a la tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), que se celebra en la ciudad francesa de Niza.
El encuentro tiene como objetivo "respaldar nuevas medidas urgentes para conservar y utilizar sosteniblemente los océanos", según la ONU, y abordará cuestiones como la salud, la financiación, la protección y el desarrollo sostenible de los ecosistemas marinos.
Los océanos son a la vez grandes aliados en la lucha contra el cambio climático, por su papel de sumideros de dióxido de carbono, y también víctimas de este fenómeno, que ha llevado a un aumento de la temperatura y a la acidificación de estos ecosistemas, con graves consecuencias para la biodiversidad marina y para su papel de termorregulador planetario.
Macron, Lula y Sánchez, entre los presentes; EE.UU., el gran ausente
En la conferencia, coorganizada por Costa Rica y Francia, participan líderes como el presidente francés, Emmanuel Macron, el brasileño, Lula da Silva, o el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, mientras que entre las ausencias destaca la de Estados Unidos.
La administración estadounidense de Donald Trump no ha enviado a ningún miembro de su Ejecutivo y estará representada por dos observadores gubernamentales que asesoran a Trump sobre el medioambiente, al mostrarse contrarios a los Objetivos de la Agenda de Desarrollo de la ONU para 2030, según fuentes oficiales del país.
El desinterés de Washington en la UNOC3 difiere de la posición de la segunda potencia mundial, China, que envió a su vicepresidente, Han Zheng, e incluso de la de Argentina, que tiene a su presidente Javier Milei -aliado de Trump y negacionista climático- como máxima representación.
Se espera que muchos de los participantes anuncien compromisos voluntarios relacionados con el comercio, el transporte marítimo o el turismo. Además, al término del encuentro se publicará una declaración política, aunque no será legalmente vinculante, como sí ocurre por ejemplo con algunos de los resultados de otras conferencias de Naciones Unidas como la del clima (las COP). Eso sí, contribuirá a marcar el tono de la ambición global sobre esta cuestión.
Muy lejos del objetivo de proteger el 30% de las áreas marinas
En cuanto a aspectos más concretos, los negociadores trabajan para que más países ratifiquen al Tratado de Alta Mar, aprobado en 2023 y destinado a proteger la vida marina en aguas internacionales. Concretamente, el texto llama a declarar áreas protegidas el 30% de superficie de alta mar —aguas internacionales situadas a más 200 millas marinas de la costa— antes de 2030.
Aunque 115 países lo han firmado, solo 22 lo han ratificado hasta ahora —entre ellos España el pasado febrero, primer país europeo en hacerlo—. La cifra está muy por debajo de los 60 necesarios para que entre en vigor. Los expertos afirman que es clave para cumplir el objetivo mundial de salvaguardar el 30% del océano para 2030.
La cifra real de zonas protegidas está muy lejos de este número, según un estudio publicado por varias ONG el pasado 5 de junio. Solo el 8,6% de los océanos se considera protegido, y solo el 2,7% está evaluado y se considera efectivamente protegido.
Por ello, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha hecho un llamamiento para ampliar el número de países que retifiquen el tratado. "El océano es el recurso compartido por excelencia. Pero le estamos fallando", ha alertado al inicio de la conferencia.
Guterres ha advertido de que la actividad humana está destruyendo los ecosistemas oceánicos. La pesca ilegal, la contaminación por plásticos y el aumento de la temperatura del mar provocado por el calentamiento global están amenazando los delicados ecosistemas y a las personas que dependen de ellos, ha alertado.
Macron: "Antes de precipitarnos a Marte, es mejor conocer el océano"
Sobre ello ha alertado Macron en su discurso inaugural de la cumbre, en el que ha lanzado un dardo a su homólogo estadounidense, Donald Trump. "Antes de precipitarnos a Marte, es mejor conocer a nuestro mejor amigo, que es el océano", ha afirmado en un momento en el que Trump, opuesto a explorar los fondos marinos, está volcado en acelerar la carrera al planeta rojo.
El domingo también hizo un llamamiento a los países para que se comprometan a una moratoria en la explotación de los minerales y la energía de los fondos marinos, precisamente algo que respalda Estados Unidos.
"Quiero que lleguemos a un acuerdo para todo el planeta. Porque es una locura. Es una locura ir a explotar, ir a perforar en un lugar que no conocemos", señaló en un evento paralelo de la cumbre. Según Macron, ya son 50 los países que respaldan esta moratoria, entre ellos España.
Todo ello al mismo tiempo que cargó contra la retirada de fondos de Estados Unidos a la investigación científica. "Estamos en un momento en el que la ciencia internacional, que todavía depende mucho de la financiación estadounidense, está retirando esta financiación", mientras que hay "mucha gente que está cuestionando el multilateralismo" de foros como este.
Desde la vuelta al poder de Trump en EE.UU. el pasado enero, el país ha anunciado su retirada de acuerdos y foros internacionales sobre el clima y el medio ambiente, como el Acuerdo de París sobre la lucha contra el cambio climático.
Sánchez anuncia la creación de cinco nuevas áreas marinas protegidas
En este contexto, Sánchez ha anunciado la creación de cinco nuevas áreas protegidas en nuestro litoral, alcanzando el 25,7% de protección del mar en España -un 5,8% más que en 2023-, lo que sitúa a España más cerca de llegar al compromiso de proteger el 30% en 2030.
"Nuestros océanos son la memoria de largo plazo del clima. Si la perdemos, serán nuestros hijos e hijas quienes pagarán las consecuencias", ha señalado en su intervención en el plenario, y ha recordado que "lo que está en juego no es la primacía de una visión ideológica" sino "el futuro de la humanidad".
El presidente español ha insistido en que la urgencia de salvar los océanos no tiene que ver con "la primacía de izquierda o derecha" y ha reivindicado el "multilateralismo" en un momento en que se está "cuestionando", en una crítica velada a Trump. Es "la única vía para proteger bienes públicos globales de amenazas que no entienden de fronteras ni muros, como las que enfrentan nuestros mares y océanos".
Sánchez también ha anunciado que España "va a realizar una nueva contribución de 8,5 millones de euros al Fondo Azul de Cooperación para el Mediterráneo", convirtiéndose así nuestro país en el mayor donante de esta iniciativa.
Las ONG reclaman más contundencia en el texto final
Más allá del Tratado de Alta Mar, hay otras cuestiones encima de la mesa. La alianza de pequeñas islas conocida como Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés), que administran más del 30% de los océanos del mundo, han reclamado en una declaración previa a la conferencia que los países deben presentar planes climáticos más ambiciosos antes de la cumbre del clima que se celebra en Brasil a final de año, la COP30.
Por otro lado, organizaciones ecologistas como Greenpeace han criticado que el actual borrador de ocho páginas de la Declaración Política de Niza es poco contundente en su lenguaje sobre los combustibles fósiles —principales culpables de la crisis climática—, la minería de los fondos marinos o la contaminación por plásticos. Más de 100 ONG han firmado una carta dirigida a los países solicitando que la declaración final haga referencia a la necesidad de abandonar los combustibles fósiles.
También destaca la cuestión de la financiación para proteger los océanos. El Foro Económico Mundial estima que se necesitan 175.000 millones de dólares al año para que la economía marítima sea sostenible, lo que abarca la reducción de la contaminación, la prevención de la pesca ilegal, la restauración de la biodiversidad y la resiliencia costera. La cifra real, sin embargo, está muy lejos. Entre 2015 y 2019, se asignaron menos de 10.000 millones de dólares anuales con este objetivo.
