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'Luces de bohemia' en Ficción Sonora: la "alegría del siglo" de José Sacristán junto a Miguel Rellán

  • Encabezan, como Max Estrella y Latino de Hispalis, la representación sonora del clásico de Valle-Inclán
  • Cuatro capítulos que se estrenan este viernes, 6 de junio, a las 15.00 h. en El Ojo Crítico de RNE
José Sacristán, en la grabación de 'Luces de Bohemia'.
José Sacristán, en la grabación de 'Luces de Bohemia'. RNE
ESTEBAN RAMÓN

José Sacristán esconde su júbilo mientras entra decidido y serio a la Casa de la Radio de Prado del Rey. 87 años, infinitos trabajos de actuación en cine y teatro, pero nunca había siquiera rozado a un tótem como Max Estrella ni a ningún otro personaje de Luces de bohemia. “Me has dado la alegría del siglo, las ganas que tenía de decir esto, me cago en la hostia”, confiesa a Benigno Moreno, director de Ficción Sonora, tras grabar en los micrófonos del estudio Teatro 2 sus primeros diálogos.

Sacristán no ve el momento de empezar, atiende a entrevistas y a las fotografías de rigor, pero apremia al equipo: “Vamos a empezar”. A su lado, Miguel Rellán, voz de Don Latino de Hispalis, el escudero del genio literario de Max Estrella. La primera grabación del día pertenece a la Escena I: Don Latino llega borracho a la casa de Max Estrella para comunicar que ha malvendido su libro por tres pesetas, pero le anima a salir a recuperar el dinero. He sido un tolai, pero todavía se puede deshacer el trato, lee Rellán. Comienzan así las desventuras de Max y Latino por la noche de Madrid.

Los cuatro días de grabación se realizaron a principios de abril, y tras el laborioso trabajo de realización y edición, el esperpento de Ramón María del Valle-Inclán está listo como obra sonora: cuatro capítulos cuyo estreno tiene lugar este este viernes, 5 de junio, a las 15.00 h. en El Ojo Crítico de RNE, a los que seguirá una nueva entrega cada viernes.

Dirigido por Moreno, con la realización de Mayca Aguilera y guion de Alfonso Latorre, el medio centenar de personajes que desfilan por la alucinada noche madrileña valleinclanesca tienen un lujoso elenco: Fernando Cayo, Víctor Clavijo, Nadia de Santiago, Pablo Béjar, Marta Larralde, Rebeca Hernando y Nico Romero, entre otros.

Voces al margen, los sonidos visten las calles, cafetines, tabernas, librerías, redacciones de periódicos, ministerios y calabozos que conforman la imagen más distorsionada, o precisa, de la España de hace 100 años y, tal vez, también de la actual.

Miguel Rellán, como Latino de Hispalis, en 'Luces de Bohemia'.

Miguel Rellán, como Latino de Hispalis, en 'Luces de Bohemia'. RNE

Sacristán lleva con minuciosidad de contable su conocimiento de la obra: “Se lo he visto hacer a Rodero, luego a Lemos, luego otra vez a Rodero, a Ballesteros, a Paco Rabal en la película, y hace poco a Ginés García Millán. Tenía unas ganas locas”. Y, sí, reconoce que interpretar a Max Estrella, inspirado en la figura de Alejandro Sawa, poeta de los márgenes que murió, en palabras de Vallé-Inclán “loco, ciego y furioso”, es curar una gran espina clavada.

¿Desde cuándo se conocen los dos actores? “Hay tres clases de memoria: la buena, la mala y la conveniente”, bromea Rellán. “Desde la II Guerra carlista o algo así”. A su lado, Sacristán se esfuerza por recordar cuando Rellán tiene una iluminación. “Conseguí un papelito en Solos en la madrugada, de José Luis Garci. Entonces había hecho muy poco cine y le decía a mi madre que estaba trabajando con Sacristán. Y no me hiciste ni puto caso”. Sacristán corta con sarcasmo: “No eras merecedor. Tengo fotos de aquello, pero no estás en ninguna”.

Víctor Clavijo, en 'Luces de bohemia'.

Víctor Clavijo, en 'Luces de bohemia'. RNE

¿Quién es Max Estrella, que se describe a sí mismo en la obra como “el dolor de un mal sueño? “Lamentablemente representa la lucidez y el rigor desperdiciado”, describe Sacristán. “Es la entereza y la capacidad de llevar, hasta sus últimas consecuencias, una forma desesperada de inteligencia, el no encontrar un lugar en el mundo. Producto de una sociedad que no acaba de corregir los elementos suficientes para que personas así encuentren su sitio. Y, al margen de la lucidez de la mirada, es la palabra de Valle, su capacidad para transmitir con la herramienta de la palabra una realidad esperpéntica”.

Para Latino, responde Rellán: “En este país se habla de picaresca cunado hay que hablar de delincuencia. Y lo de Latino no es picaresca: es un delincuente, un caradura, que va con Max porque este necesita a un lazarillo. Pero es un delincuente que le roba la cartera cuando está muriéndose borracho. Los Latinos de Híspalis siguen por ahí, disfrazados de otras formas, a lo mejor con un Mercedes y siendo subsecretarios”.

El programa 'Ficción Sonora' de RNE adapta 'Luces de Bohemia'

En los tiempos muertos entre escena y escena, Rellán y Sacristán se divierten recitando diálogos de cine clásico. “-¡Capitán, capitán! Los apaches, los he visto. -Si los has visto, no eran apaches”; “Nunca debimos abandonar el Mississippi”; “No puedo pasar la vida tratando de pescarte entre marido y marido";Me llamo Michael, mis amigos me llaman Mike, pero no tengo amigos”; “Si me necesitas, silba”.

RELLÁN: ¿No te parece que ya no se hacen diálogos así?

SACRISTÁN: La inocencia con la que nos relacionábamos nosotros con el fenómeno cinematográfico no es la de ahora. Se ha perdido, para bien o para mal.

Entra en el estudio Fernando Cayo y súbitamente se convierte en Rubén Darío, el maestro modernista al que Valle Inclán incluyó como personaje de las tertulias madrileñas, dialogando como Max Estrella. “Admirable”, recita con un perfecto acento centroamericano.

Fernando Cayo, como Rubén Darío, en 'Luces de Bohemia'.

Fernando Cayo, como Rubén Darío, en 'Luces de Bohemia'. RNE

Sobre la vigencia de la obra como análisis de la españolidad, Sacristán destaca como Luces de Bohemia reparte a izquierda y derecha: “Concretamente, hay una percepción del puritanismo de la nueva izquierda, acaso sin saberlo. Y sí, hay un mesianismo acojonante en esta nueva izquierda, que la ha ido devorando por la impaciencia de los malos aprendices. Y de la derecha y las religiones ni hablemos, incluidos los cabrones del cotarro académico”.

Rellán, que interpretó la obra en Sevilla hace “muchos años”, además de participar en la película de 1985 (como el dandi Don Gay), añade: “Conozco la obra bastante bien. Me gusta mucho la definición de esperpento, la realidad española es sistemáticamente deformada por los espejos cóncavos. Como dicen los mexicanos: en toda la madre. Eso, y cráneo privilegiado”.

Foto de equipo de Ficción Sonora.

Foto de equipo de Ficción Sonora. RNE