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Manolo Solo "cambia de piel" y se encuentra con Maria de Medeiros en 'Una quinta portuguesa'

  • Una película entre la comedia romántica, el thiller y las historias de viajes, dirigida por Avelina Prat
  • Cuenta con la participación de RTVE y llega a los cines este 9 de mayo
Javier Cámara y una mujer, con copas en mano, sentados en sillas de mimbre en un entorno tranquilo y verde.
Detalle del cartel de 'Una quinta portuguesa'

Manolo Solo y Maria de Medeiros forman una de las parejas cinematográficas más especiales del año en Una quinta portuguesa, la nueva y sorprendente película de Avelina Prat (Vasil), que navega entre la comedia romántica, el thriller y las historias de viajes (tanto físicos como espirituales). Una cinta que narra cómo Fernando (Manolo Solo), un profesor de Geografía, es abandonado por su mujer y decide dejarlo todo, cambiar de identidad y trabajar de jardinero en una quinta del norte de Portugal, donde lo acoge una enigmática mujer, Amalia, interpretada por Maria de Medeiros. Una película que cuenta con la participación de RTVE y que llega a los cines el 9 de mayo.

Manolo Solo nos comenta cómo llega su personaje (un tranquilo profesor de Geografía) a esa maravillosa quinta portuguesa que parece un lugar anclado en el tiempo: “Cuando su esposa se va sin darle ninguna explicación, se siente completamente desarbolado –nos confiesa el actor-. Es un experto en la representación del planeta sobre el papel. Y de repente su mundo se rompe, como ese papel, porque no encuentra ninguna explicación. Ella no ha dejado ninguna pista de por qué se ha ido y eso lo descoloca tanto, le hace tanto daño, que decide huir de la ciudad sin rumbo ni objetivo”.

“Entonces el destino pone en su camino a un jardinero que va a ir a trabajar a una quinta de Portugal –añade Manolo-. Y cuando este fallece repentinamente, decide suplantarlo, cambiar de piel, lo que, metafóricamente hablando, es una de las maneras más drásticas de alejarte de tu propia vida”.

Maria de Medeiros y Manolo Solo llevan 'Una quinta portuguesa' al Festival de Málaga

Manolo encontrará refugio en esa quinta portuguesa que es propiedad de una misteriosa mujer: Amalia, una Maria de Medeiros absolutamente fascinante. “Soy la dueña de esa quinta que está al norte de Portugal, muy cerca de la frontera con Galicia. Y poco a poco también descubriremos que ella misma es una desplazada, porque viene de África y de un trágico pasado. Es una persona muy curiosa que escapa de lo convencional”.

“Y –añade-, cuando aparece este jardinero, ella, que es una persona muy curiosa, percibe enseguida que también esconde un secreto, que tiene un trauma o una herida. Así que los dos personajes se van descubriendo muy poco a poco, con mucho respeto, mucha distancia, pero mostrándose pequeños indicios el uno al otro. Y eso es muy bonito, porque se ve nacer esa relación entre los dos, pero de una forma muy poco convencional. Se van contando historias uno al otro y, a través de esas historias, se van dando indicios de quién son realmente”.

RTVE.es estrena el tráiler de 'Una quinta portuguesa', con Manolo Solo y Maria de Medeiros

¿Qué tiene que pasarle a una persona para desaparecer?

Avelina nos cuenta cómo nació esta historia: “Me gusta leer el periódico, y un día me encontré con la historia de un hombre que lo había dejado todo para irse a Venezuela a comenzar una nueva vida. Desapareció hasta tal punto, que su familia lo había declarado muerto por temas de herencias. Y cuando él quiso volver y se encontró con que no podía, se encontró con muchos problemas. Y entonces me pregunté qué le tiene que pasar a una persona para dejarlo todo atrás y cambiar de vida completamente. Y así nació esta historia”.

Una historia en la que lo más importante es esa relación de los protagonistas, pero que también tiene muchas otras cosas: "Sí, también es una historia de suspense -nos comenta la directora-, aunque como está contada de esa forma tan tranquila, parece que no pasa nada. Pero en el fondo sí pasa. Y ese enigma, ese misterio que flota en toda la historia, es muy importante para mí".

"Aparte de tratar ese tema tan interesante de la búsqueda permanente en nuestras vidas, no solo de nuestra identidad, sino de un lugar donde rehacer tu vida y, si es posible, olvidar tus orígenes y tus raíces para comenzar una vida completamente nueva. Y es en esa quinta, un lugar de otro tiempo, donde el protagonista encuentra algo: la tierra, las cosas sencillas de la vida, que es lo que le permite recomponerse. Pasa de los libros y la enseñanza a ese contacto directo con la naturaleza: meter las manos en la tierra, en el barro, que es lo que ayuda a su transformación. Descubrir las cosas materiales, físicas, en contraste con ese mundo intelectual del que viene", añade Avelina.

Hombre mayor con barba y gafas cuida un rosal de flores rosadas en un jardín, usando guantes. Viste camisa azul y vaqueros.

Fotograma de 'Una quinta portuguesa'

“Avelina huye del sentimentalismo”

Lo mejor de la película es ver como surge esa relación tan especial entre Fernando y Amalia, que no tiene nada que ver con la típica historia de amor. “La culpable es Avelina –asegura Manolo-, que huye del lugar común, del sentimentalismo, de lo sentimentaloide, de lo edulcorado. Es muy delicada, muy sutil y da margen al espectador para que rellene los huecos, porque no nos cuenta todo, no lo subraya todo ni dice al espectador lo que tiene que pensar y sentir en cada momento”.

“La película habla de amor –añade Avelina—, pero de amor en un sentido amplio, no de una relación de pareja, sino de amor por las cosas, por la vida, por el compañerismo. Son dos personas muy diferentes que encuentran un vínculo entre ellas, pero es un vínculo que para mí es más de convivencia, de compañerismo que de una relación posible de pareja, que no sabemos si tienen o tendrán”.

“Y una cosa que me gusta mucho –añade Manolo Solo—, es que en esa relación hay un halo de misterio que también sobrevuela toda la película. Es una historia que no es nada efectista, el thriller no es un misterio al uso y la parte de drama romántico tampoco se parece a nada de lo que solemos ver. Ni siquiera definiría como comedia la parte que tiene de comedia”.

Actriz sentada en sillón, sosteniendo copa de vino.  Ambiente tranquilo y hogareño.  Jersey azul claro y chaqueta gris.

Fotograma de 'Una quinta portuguesa'

Un lugar mágico

Destacar también la importancia de esa preciosa villa portuguesa en la película. “Para mí es un lugar mágico –nos confiesa Avelina-, como dice uno de los personajes de la película: "es un lugar de otro tiempo para olvidarse del mundo". Pero también es un lugar donde el personaje de Manolo Solo encuentra algo: la jardinería, la tierra, esas cosas sencillas que le permiten recomponerse”.

“El personaje quiere empezar de nuevo en otro lugar y creo que Portugal, estado aquí al lado, es un gran desconocido para nosotros -añade la directora-. Porque solemos mirar hacia el otro lado de Europa: Francia, Italia… Siendo que Portugal está más lejos de nosotros de lo que debería. Sobre todo, porque es un lugar mágico, el sitio ideal para desaparecer y empezar de nuevo. Y, sobre todo, creo que enseguida nos describe como es el personaje de Maria”.

Casa blanca con tejado rojo, Jaguar verde oscuro y cinco personas conversando en un entorno rural.  Escena tranquila.

Fotograma de 'Una quinta portuguesa'

Y es que la jardinería, la cocina e incluso el vino, son parte de esas cosas sencillas que unen más a los protagonistas, como nos comenta Maria de Medeiros: “Son personajes que no se relacionan con máquinas, como la mayoría de nosotros actualmente. Y ya han pasado por tantas cosas que buscan ese lado hedonista de la vida. Quieren aprovechar esos pequeños momentos, disfrutar de esas pequeñas cosas de la vida”.

“Por eso –continúa la actriz-, lo que plantan es lo que comen, y cuidan el jardín, cocinan con cariño… y, sobre todo, sienten la presencia de los otros; forman como un hogar sin forzar nada. Y sabiendo que hay algo entre nosotros. Algo que no sabemos lo que es, pero que es muy bonito”.

Pareja sentada en sillas de mimbre en un porche, compartiendo una bebida y observando luces nocturnas a lo lejos.

Fotograma de 'Una quinta portuguesa'

"Esa casa, ese precioso lugar... son un personaje más -asegura Manolo-. Porque ese escenario lo impregna todo, es un plus de autenticidad para nosotros y para el espectador. Además, pudimos interactuar con la parte del equipo portuguesa y eso también fue muy especial. Todos interactuamos como buenos vecinos y eso se nota en la película. Estar rodeados de portugueses también ha contribuido a esa magia tan especial".

Algo en lo que Maria está de acuerdo: "Toda mi vida ha sido iluminada por esta relación tan bonita que tenemos entre portugueses y españoles. Esa amistad, esa curiosidad también. Y eso lo hemos vivido durante el rodaje, como dice Manolo, ya que nos hacíamos muchas preguntas sobre los idiomas, sobre las expresiones. Había algo muy lúdico y muy tranquilo, porque sabemos que compartimos esta península tan bonita y con lugares tan mágicos".

Tan mágicos como esta bella historia, Una quinta portuguesa, que llegará a los cines el próximo 9 de mayo.

Cartel de cine mostrando a dos personas sentadas en un jardín junto a una casa blanca.  Actores principales: Manolo Solo y María de Medeiros.  28º Festival de Málaga.

Cartel de 'Una quinta portuguesa'