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Vuelta a la normalidad tras el apagón con "inquietud": "Hemos vivido mucho: pandemia, Filomena, volcán, dana y ahora esto"

Normalidad en las calles de Madrid un día después del apagón
Normalidad en las calles de Madrid un día después del apagón M.C. CRUZ
M. CARMEN CRUZ MARTÍN

Martes, 29 de abril, 11:30 horas, en Madrid. Si no fuera porque este lunes se produjo un apagón masivo e inédito en la historia de nuestro país que dejó sin luz a toda la Península Ibérica, podría parecer un martes laborable cualquiera: los autobuses circulan con los usuarios habituales, el Metro vuelve a funcionar con normalidad, las consultas médicas se están pasando como todos los días... Sin embargo, RTVE.es ha podido comprobar en la calle que en el fondo no es un día más, ya que se percibe cierta "inquietud" entre la ciudadanía.

"Hemos vivido mucho: una pandemia, la Filomena, la erupción de un volcán (el de La Palma), una dana y ahora el apagón... ¿Qué será lo siguiente?", se preguntan Mari Carmen y Ana, dos mujeres de mediana edad, mientras esperan en la parada del autobús en O'Donnell. Ambas admiten, en una conversación con RTVE.es, que tienen cierta "inquietud" y "miedo" por lo que pudiera pasar.

De hecho, Mari Carmen reconoce que no ha montado en ascensor desde el apagón a pesar de vivir en un tercero. "Aunque tengo la rodilla mal, no he cogido el ascensor y no lo haré hasta que se estabilice la cosa", asegura. Ana, por su parte, dice que como está de baja por estar "mal de las piernas" y vive en un octavo, no le ha quedado más remedio que montar en el ascensor para ir a su consulta de revisión médica, pero lo ha hecho con "miedo" de quedarse atrapada.

Más pagos en efectivos y menos clientes

Aunque aparentemente todo funciona como antes del apagón, los comercios siguen notando las consecuencias de la falta de suministro de este lunes: hay menos clientes y además, la cobertura telefónica y de internet sigue siendo mala, por lo que los datáfonos fallan mucho.

"Hemos abierto con cierta normalidad, aunque al principio no iba el datáfono, pero ya funciona sin problemas. También hemos tenido menos clientes que otros días, sobre todo antes de la reapertura del metro", asegura Yolanda, trabajadora de una de las cafeterías que están en la calle Doctor Esquerdo, junto a la boca del Metro de O'Donnell.

Jorge, que trabaja en el punto de venta de la ONCE junto a dicha salida del suburbano, asegura que este martes sigue teniendo ciertos "problemas para poder cobrar" a los clientes. "El sistema va más lento que de costumbre", se lamenta.

Quiosco de la ONCE situado en O'Donnell, Madrid

Quiosco de la ONCE situado en O'Donnell, Madrid MARIA DEL CARMEN CRUZ

Precisamente al haber tantos problemas para pagar con tarjeta, "la gente está pagando más en efectivo", como ha podido comprobar Mar, farmacéutica en la calle O'Donnell, quien también admite que el día está siendo "un poco más tranquilo" que otros en cuanto a clientela. Además, en la farmacia han sufrido durante un rato la caída del sistema de receta electrónica.

Pero no todos llevan efectivo encima, Ana es una de esas personas que no llevaba dinero en el monedero y que no ha podido pagar en el veterinario, a cuya consulta ha llevado a su gato, porque no funcionaba el datáfono.

Y hay otros que, aunque lleven billetes y monedas, no han podido hacer la compra este martes por la mañana. Carmen y Diego, un matrimonio jubilado, se ha acercado a un par de supermercados de su barrio a hacer la compra después de que regresaran este lunes por la tarde de un viaje, y se han encontrado con las estanterías vacías. "Está todo arrasado; ni hay nada de carne, pescado, yogures... No hay nada. La gente se pensó ayer que era el fin del mundo", indica resignada.

Consultas y pruebas hospitalarias

Por contra, las consultas y las pruebas hospitalarias han seguido desarrollándose sin incidencias. Manuel tenía una colonoscopia en el Hospital Santa Cristina y temía que después de los preparativos que se necesitan para acudir a esta prueba, no pudieran hacérsela. "Pero me han llamado del hospital justo esta mañana para confirmar que seguía en pie y preguntar si acudiría", afirma.

También Cristina, que ha acudido al Hospital Gregorio Marañón a una revisión con su hijo pequeño, asegura que no han tenido problemas con la consulta y el doctor ha podido atenderles como estaba previsto.

Ante los problemas de comunicación que persisten este martes, hay quienes han tenido que acudir hasta el propio centro sanitario para confirmar si seguían programadas las intervenciones. Precisamente es el caso de Mila, que se ha acercado al Hospital Santa Cristina para informarse. "Vivo cerca y como el teléfono no va bien, he ido para preguntar sobre si iban a operar a mi sobrina esta tarde, ya que no es una intervención urgente. Me han confirmado que sí que la operarán".

En cambio, las consultas a domicilio no han podido hacerse como es habitual. La abuela de María Teresa tenía previsto que fuera la enfermera a su casa a hacerle una analítica, pero le han llamado este martes a primera hora para cancelarla.

Trabajo y clases

Los colegios e institutos han abierto sus puertas, como día lectivo que es, pero no se están impartiendo clases con normalidad. "No estamos avanzando en temario porque faltan muchos compañeros. Es un día raro", admiten Paula, Pablo e Irene, estudiantes de segundo de Bachillerato del Real Colegio Nuestra Señora de Loreto, que han salido a tomar algo a la hora del recreo. "Por lo menos, estamos aprovechando para preguntar dudas y para escribir el discurso de graduación", añaden.

También hay quien ha tenido que quedarse teletrabajando en casa, porque en el centro de trabajo seguía sin funcionar correctamente el suministro eléctrico. "A mi marido le avisaron esta mañana para que no fuera a trabajar al polígono industrial de Barajas porque seguía sin haber luz", asegura Isabel.

Y otros que no han podido ni teletrabajar en casa, ni en su oficina porque la cobertura de internet era inestable y no se podían conectar de ninguna manera. "Me he tenido que ir a una cafetería con wifi de otra zona para poder conectarme y trabajar", indica indignada María.

Tras los problemas en el transporte público para regresar a casa este lunes, hay quienes han optado por salir con tiempo de casa o desplazarse en bicicleta. "He salido hora y media antes de casa para ir a trabajar, porque ayer tardé dos horas en volver. Pero he tardado poco, porque el metro funciona como siempre y ahora estoy haciendo tiempo hasta mi hora de entrada", dice Jesús, trabajador en el Colegio Santa Ana y San Rafael.

"He ido a trabajar en bici porque no sabía si estaría abierto el metro. La preparé anoche y al final he tardado menos que en transporte público y en coche. De normal tardo entre 25 y 30 minutos, y con la bici he tardado solo 20 minutos", asegura Félix sorprendido.

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