El 112 el día de la dana: las 20.000 llamadas que certifican la catástrofe
- El pico de llamadas se alcanzó a las 17.00 (2.400), a la misma hora que se reunió el Cecopi
- Las incidencias a media tarde, claves para alertar de lo que podía ocurrir en l’Horta Sud
El 29 de octubre de 2024 fue un día complicado en L’Eliana. En esta localidad, a 20 kilómetros de Valencia, se encuentra el Centro de Coordinación de Emergencias. En sus instalaciones, entre otras instituciones, se localiza el 112, y ese martes recibió tal avalancha de llamadas por la dana que hubo que tirar de refuerzos.
Lo corrobora Amparo López, una teleoperadora a la que avisaron para trabajar en su día libre. Se puso en marcha unos minutos antes del envío de Es-Alert: “A las ocho menos cinco de la tarde llegué al trabajo. La sala de atención de llamadas estaba a pleno pulmón. Todas las personas que podíamos estar trabajando estábamos allí”, describe ante RTVE Comunitat Valenciana. Durante la noche la agitación no cesó. “No puedes pensar en otra cosa que en coger el máximo número de llamadas porque eres muy consciente de lo que está pasando fuera”, relata López.
Desde 2018, este servicio está subcontratado a Ilunion, del Grupo Social Once. Según sus datos, en 2024 se tramitaron cerca de 3,5 millones de llamadas, casi 400.000 menos que en el año anterior. Octubre fue el tercer mes con más actividad (cerca de 330.000), por detrás de agosto (346.000) y julio (339.000). Sin embargo, el Consell compensó a Ilunion con casi 500.000 euros por su gestión tras la dana, ya que también se hizo cargo del teléfono para los familiares de desaparecidos.
A las 19.00, el motivo principal para llamar fueron los rescates
En marzo, la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE) remitió a la jueza Nuria Ruiz Tobarra, que instruye la investigación de la dana, el número de llamadas recibidas el 29 de octubre. De esta forma, hacía pública una información requerida tras meses de silencio y mucha insistencia. Desde la medianoche hasta pasadas las 23.00 se registraron 19.821 llamadas, una cifra que podría ser mayor, ya que muchas personas intentaron contactar con el servicio de emergencias sin éxito, especialmente a última hora de la tarde e incluso después de que se mandara la alerta.
La curva de llamadas fue creciendo paulatinamente desde las cuatro de la mañana y alrededor del mediodía parecía que la situación se estabilizaba. Sin embargo, a partir de las 13.00 el número subió abruptamente hasta rozar las 1.500 llamadas, coincidiendo con los primeros problemas que azotaron Utiel y Requena.
El pico de llamadas se alcanzó a las 17.00 con más de 2.400; a esa misma hora el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) daba comienzo a su reunión. A las 19.00, el motivo principal para llamar al 112 fueron los rescates y no las filtraciones o el aviso de vías peligrosas, una señal de que la corriente se había hecho camino y estaba dejando sin escapatoria a muchas personas. La telefonista Amparo López recuerda que “había mucha gente que [al llamar] se despedía".
A las 20.00, cuando finalmente se mandó la alerta, se notificaron más de 1.500 llamadas, aunque para entonces el colapso de las comunicaciones era más que evidente. Según la carta de servicios del 112 valenciano, el objetivo es atender llamadas “en el menor tiempo posible”, concretamente en menos de diez segundos. No obstante, en octubre se duplicó esa barrera y la tasa media de espera fue de 21,97 segundos. Además, en octubre fueron atendidas el 88,9% de las llamadas, ocho puntos menos que el objetivo interno marcado por el servicio telefónico (97%).
Los incidentes agua arriba, claves para lo que llegaría a l’Horta Sud
El informe de Emergencias remitido a la jueza de Catarroja explica que se gestionaron 4.770 incidentes a lo largo de la jornada. Desde la agencia valenciana precisan que “el número de llamadas es superior al de casos” porque “ante la caída de un mismo puente (incidente) se pueden recibir decenas de llamadas asociadas” al mismo. No obstante, tan solo se han hecho públicos 2.342, un 49% del total.
Cofrentes (a las 05.03) y Xàtiva (05.11) fueron los primeros municipios que reportaron incidentes por “fenómenos naturales”; en el caso de Xàtiva se informaba de “una carretera cortada por acumulación de agua (lluvia)”. A las 06.00, Alberic, Castelló, Tous y otras seis localidades advertían de calles inundadas, coches atrapados y las primeras inundaciones ("le entra agua en la vivienda en cascada"). La altura del agua, de apenas diez centímetros, se quedaba corta con los dos metros que se alcanzaron en algunas zonas, según la Universitat Politècnica de València.
Hasta el mediodía, lo que todas las llamadas tienen en común es que se concentran en el río Magro. A partir de entonces, el foco cambia hacia Utiel y Requena, donde se producen varios rescates. Entre las 12.00 y las 15.00 horas, el 75% de las 272 incidencias registradas son tan solo de esos dos municipios, informando de que el cauce del río está “desbordado” y de que “no puede subir a plantas superiores”.
Por la tarde, con la tormenta que deja más de 700 litros por metro cuadrado en Turís, los problemas se desplazan hacia el centro norte de Valencia. Chiva, Montserrat, Godelleta y Cheste lideran el número de incidencias. También entran en juego los tornados en la zona Carlet, Alginet y Benifaió, que dejaron sin electricidad a miles de vecinos durante horas e incluso días.
El agua que horas antes cayó con intensidad comienza a hacerse hueco. Los barrancos, la mayoría muy secos, no son capaces de asumir el volumen de la riada. A mitad de la tarde el curso del Poyo está saturado y deja incomunicados a trabajadores en el polígono de Riba-roja, mientras que en L’Alcúdia una persona dependiente sola en su casa no tiene posibilidad de salir. Esas advertencias podrían haber sido claves para avisar de lo que se avecinaba en l’Horta Sud.
A partir de las 19.00 y hasta la medianoche se concentra el 60% de las incidencias de toda la jornada, en muchos casos con la alerta ya enviada. En Picaña, los vecinos alertaban de un hombre subido al capó de un coche durante horas; gente en el tejado de una vivienda inundada en Paiporta; diez menores subidos a árboles y columpios pedían ayuda en Alfafar. En Torrent, Massanassa o Catarroja, los testimonios como estos se multiplicaban por minutos. El último incidente registrado fue en Sedaví: “varón agarrado a un árbol con el agua a dos metros y medio de altura”.
Con toda esta información, lo que aún se desconoce es si realmente hubo comunicación entre el 112 y el Cecopi. Resulta difícil que no la hubiera, ya que ambos órganos están en L’Eliana. La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé —que estuvo en esa reunión en remoto— ha asegurado que quienes asistieron de forma presencial tenían una pantalla con los datos del 112 y que "no avisaron a nadie ni hicieron nada".