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Maruja Mallo y sus verbenas animan el Centro Botín en la retrospectiva más completa

  • Maruja Mallo. Máscara y compás. Pinturas y dibujos de 1924 a 1982 puede verse hasta el 14 de septiembre
  • La exposición muestra su evolución desde el realismo mágico a la geometría de sus últimas obras

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'El Mago/Pim, pam, pum', Maruja Mallo
Detalle de 'El Mago' de Maruja Mallo en el Centro Botín de Santander. © Maruja Mallo, VEGAP, Santander, 2024

Un mago ameniza una fiesta popular en medio del bullicio. Una escena icónica de la pintora surrealista Maruja Mallo que plasmó cinco telas de verbenas. Se expusieron, por primera vez, en la sede de la Revista de Occidente, en 1928, y casi un siglo después vuelven a verse juntas.

La exposición Maruja Mallo. Máscara y compás. Pinturas y dibujos de 1924 a 1982 ha logrado reunir en Santander estos cuadros dispersos por el mundo, El Mago/Pim Pam Pum (1926) es del Art Institute of Chicago, Kermesse (1928), del MNAM Centre Georges Pompidou de París y Verbena del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Esta serie aúna vanguardia, arte popular, regeneración social y tradición, en un debate clave para la Generación del 27. Mallo se inspira en el guiñol y en el concepto cinematográfico de simultaneidad y superposición. En sus verbenas, retrata mujeres disfrazadas de ángeles negros, reyes de cartón piedra y teatrillos de toros y manolas.

También refleja un gigantón de un solo ojo, un fraile disfrutando de una atracción de feria y una figura de pies deformes que pide limosna con una guitarra a la espalda (ver ángulo inferior izquierdo).

'Verbena' de 1927, Maruja Mallo

Detalle de 'Verbena' de 1927, Maruja Mallo. MNCARS

El Centro Botín presenta del 12 de abril al 14 de septiembre la retrospectiva más completa de Maruja Mallo con más de 90 pinturas y dibujos, desde el realismo mágico de sus inicios a las configuraciones geométricas de su última etapa. Es una exposición coproducida con el MNCARS, donde podrá verse del 7 de octubre al 16 de marzo de 2026.

La mujer moderna

Fotografía de Maruja Mallo

Maruja vestida de algas, fotografía intervenida por la artista. © Maruja Mallo, VEGAP, Santander, 2024

Antes de convertirse en Maruja Mallo, Ana María Gómez González (1902–1995) fue una joven de Viveiro que estudió en la Academia de San Fernando y estudió escenografía en el París de los años 30. Artista visionaria, dueña de un universo personal, plasma su cosmovisión desde el punto de vista de la mujer moderna, activa y profesional.

En su obra crea una épica femenina inexistente en épocas anteriores, en las que el imaginario femenino había sido construido por la mirada de los hombres, y se anticipa a la visión de las artistas feministas de los años setenta.

Mallo concibe sus fotografías como actos teatrales, se representa con sus lienzos, esculturas y otros elementos simbólicos: el compás, las mariposas (símbolo de la metamorfosis), mapas, y ella misma se identifica con su obra.

Su heterogénea producción artística difumina los límites entre lo popular y lo vanguardista, entre la estética y la política. Del realismo mágico deriva hacia el surrealismo, pasando por su relación con la Escuela de Vallecas y el Grupo de Arte Constructivo aglutinado en torno a Torres García a partir de 1932.

Arte popular y sincretismo

En sus primeras obras, Mallo se inspira en el colorismo ingenuo del arte popular y en el dinamismo del cine, la música y el teatro. Un interés que luego se enraíza en lo rural, la tierra y el trabajo del pueblo e incorpora la religiosidad sincrética, la mezcla de razas y los inmensos paisajes de su exilio americano.

Uno de sus cuadros más emblemáticos es Canto de las espigas (1939) y fue su deseo que terminara "en manos del pueblo español". Este lienzo forma parte de la serie dedicada a los trabajos del campo y del mar, conjunto bautizado después por la pintora como la Religión del trabajo.

'Canto de las espigas', 1939, Maruja Mallo

'Canto de las espigas', 1939, Maruja Mallo. MNCARS

Su gusto por el orden y la medida, se traduce en organizar en series su trabajo. Los escenarios de los cuadros van de los barrios populares de Madrid al extrarradio, para acabar en el cosmos. La artista reflexiona sobre el vínculo que une al ser humano con lo más lejano, la célula o lo infinitamente pequeño o el universo, lo infinitamente grande.

El recorrido expositivo sigue un orden cronológico, frente a las verbenas se expone la serie Cloacas y campanarios (1930-32) en las que la figura humana es solo huella o residuo. Mallo se fija en la materia y sus diferentes texturas, en El espantapájaros (1930) despliega una visión surreal, necrológica e inquietante de la naturaleza.

Cuadro surrealista de Maruja Mallo

'El espantapájaros' de Maruja Mallo, 1930. © Maruja Mallo, VEGAP, Santander, 2024

A principios de los años cuarenta, frente a los bodegones o naturalezas muertas, desarrolla Las Naturalezas vivas, que muestran sensuales figuras femeninas, a través de composiciones con conchas y flores que representan el reino animal y el vegetal, como metáfora del cuerpo humano.

Máscara e identidad

Exiliada en Buenos Aires, viaja por el Pacífico, Uruguay y Brasil. En su búsqueda del espacio y tiempo circular, presente y eterno a la vez, representa cabezas, máscaras y acróbatas como formas simbólicas e idealizadas de una humanidad diversa.

Máscaras de Maruja Mallo

'Máscaras' de Maruja Mallo. © Maruja Mallo, VEGAP, Santander, 2024

Sus máscaras contrastan emociones positivas y negativas, una huella de los estudios sobre Freud que emprende en esos años. Muchas emparejan figuras intimidantes con otras que parecen perplejas, un reflejo de su exilio, a caballo entre dos mundos.

Volverá a España en 1962 y realizará sus últimas series: Moradores del vacío y Viajeros del éter en las que crea espacios siderales; el círculo deja paso a geometrías serpenteantes y las figuras se convierten en seres transformados por procesos evolutivos.

En sus años finales recupera motivos de sus diferentes épocas, usa las gamas de azules, rojos y amarillos y realiza una serie de grabados.

Maruja en su taller

Maruja Mallo posa en su estudio de Madrid en 1936. CASA MORENO

La universalidad de las aspiraciones humanas, más allá de género o raza; el mundo como un sistema ecológico interrelacionado que debe preservarse; y el poder del arte para revelar una realidad trascendente son los ejes que vertebran la obra de Maruja Mallo, que puede verse en Santander hasta el 14 de septiembre.

Detalles de la exposición

La exposición Maruja Mallo: Máscara y compás. Pinturas y dibujos de 1924 a 1982 está comisariada por Patricia Molins del Museo Reina Sofía (MNCARS).

Lugar: Centro Botín

Fechas: Del 12 de abril al 14 de septiembre en Santander y del 7 de octubre al 16 de marzo de 2026 en el Museo Reina Sofía de Madrid.

Catálogo: En español e inglés, coeditado entre la Fundación Botín, el MNCARS y la editorial This side up, con textos inéditos de Maruja Mallo, de la comisaria, de Alejandra Zanetta, Johanna Hedva y una biografía de Juan Pérez de Ayala.

Obras del MNCARS; el Art Institute of Chicago, el MNAM Centre Georges Pompidou, el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo; el Museo Benito Quinquela Martín, el Museo de Arte Latinoamericano, el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo; el Museo Patio Herreriano, el Museo Provincial de Lugo y colecciones particulares.