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Desde 1977 han muerto 32 personas en accidentes de helicóptero en Nueva York

  • La empresa responsable del helicóptero siniestrado acumula un largo historial de incidencias
  • Según los expertos, el vehículo es seguro y fiable, siempre y cuando se cuide su mantenimiento
Crecen las dudas sobre la seguridad de los vuelos en helicóptero en Nueva York tras los accidentes
INÉS MODRÓN

El accidente de helicóptero que este jueves ha acabado con la vida de seis personas —entre ellas los ejecutivos españoles Agustín Escobar y su esposa Merce Camprubí, y sus tres hijos menores de edad— vuelve a poner el foco sobre el riesgo de los viajes aéreos vinculados al turismo sobre la ciudad de Nueva York. Con este, el número de fallecidos en accidentes de helicóptero en la Gran Manzana asciende ya a al menos 32 personas desde 1977.

El helicóptero, un Bell 206L LongRanger operado por la empresa New York Helicopter Tours, se precipitó al agua tras apenas 15 minutos de vuelo y seis kilómetros recorridos. Según las primeras informaciones, el aparato perdió el control a la altura de Hoboken en un día de bajas temperaturas y cielo parcialmente nublado. Las imágenes grabadas por testigos muestran restos de aspas flotando y una cola aparentemente desprendida antes del impacto.

Se desconocen las causas del accidente

El recorrido del helicóptero siniestrado era uno de los más demandados por turistas: un trayecto corto de entre 15 y 20 minutos que sobrevuela puntos emblemáticos, como la Estatua de la Libertad, Central Park y el Empire State. La aeronave, alquilada a la firma Meridian Helicopters por New York Helicopter Charter, filial operativa de la compañía responsable del vuelo, despegó del helipuerto de Downtown Manhattan y trazó una ruta que bordeaba la costa de Nueva Jersey. El vuelo transcurría con normalidad hasta que, a la altura de Hoboken, algo falló.

Todavía no se ha determinado la causa del siniestro. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) ha asumido la investigación y prepara un informe preliminar para las próximas semanas. Mientras tanto, el portavoz de la empresa operadora, Michael Roth, ha declarado estar devastado y asegura que no se descarta ninguna hipótesis, aunque menciona la posibilidad de una colisión con aves o un fallo técnico repentino.

Un largo historial de incidencias

New York Helicopter Tours, la empresa responsable del vuelo, asegura en su web tener "un historial de seguridad líder en la industria". Sin embargo, cuenta con antecedentes de varios episodios similares. En 2013, uno de sus helicópteros tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el río Hudson con cuatro turistas suecos a bordo. En 2015, otro aparato se estrelló tras un despegue inestable en Nueva Jersey. Una investigación posterior reveló que la aeronave tenía instalado un eje de transmisión defectuoso y no apto para volar, reutilizado tras un accidente anterior en Chile en 2010. El informe oficial calificó esta acción como una "ocultación y reutilización deliberada".

El helicóptero de este jueves, también un Bell 206, se alquiló a Meridian Helicopters, empresa que ya había provisto aeronaves accidentadas a esta misma operadora.

El accidente de esta semana es el más mortal desde 2018, cuando cinco turistas murieron al estrellarse su helicóptero en el East River. En aquel caso, el piloto sobrevivió y una investigación posterior demostró fallos graves de seguridad, que terminaron en una demanda millonaria. El jurado otorgó a las familias de las víctimas 116 millones de dólares por negligencia.

Nueva York acumula decenas de fallecidos en accidentes aéreos

Antes de ese episodio, la ciudad había sido escenario de varios accidentes parecidos. En 2009, una colisión entre un helicóptero turístico con viajeros italianos y una avioneta privada dejó nueve muertos. En 1997, un helicóptero de la empresa Colgate-Palmolive cayó al East River tras la desconexión del rotor de cola y mató a uno de sus altos ejecutivos.

En 1986, la reportera de tráfico de WNBC, Jane Dornacker, murió en directo al precipitarse su helicóptero durante una transmisión. Un año antes, otro helicóptero que cargaba con seis pasajeros y dos tripulantes se estrelló en East River. Murió un empresario de 40 años de Alemania Occidental. En 2019, el respetado piloto Tim McCormack falleció tras estrellarse en el techo de un edificio de 54 pisos.

Décadas atrás, en 1977, un helicóptero Sikorsky S-61L volcó sobre la azotea del edificio Pan Am, donde operaba un helipuerto en pleno Midtown. Las palas del rotor seccionaron los cuerpos de cuatro personas, incluido el cineasta Michael Findlay, y una más falleció en la calle al recibir el impacto de un fragmento del vehículo.

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Un vehículo seguro

El Bell 206L LongRanger, fabricado por Bell Textron, es una aeronave civil considerada segura y versátil. Puede alcanzar una velocidad de crucero de 110 millas por hora y transportar hasta siete personas. Aunque el modelo dejó de fabricarse hace menos de una década, es todavía habitual en vuelos turísticos, rescates y misiones militares.

Diversos expertos en aviación, citados por medios estadounidenses, han insistido en que el Bell 206L es fiable, pero como cualquier aeronave, requiere un mantenimiento riguroso. Es precisamente en ese aspecto en el que emergen las mayores incógnitas sobre los protocolos de revisión.

Varios colectivos ciudadanos denuncian desde hace años el peligro, la contaminación acústica y la laxitud de las inspecciones en algunos operadores turísticos. Reclaman a las autoridades, incluida la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte y la Administración Federal de Aviación, que revisen los estándares de las compañías que sobrevuelan la ciudad.