Cataluña prueba las sentencias judiciales escritas con inteligencia artificial
- Un plan piloto del Govern busca reducir el tiempo que los jueces dedican a redactar sentencias
- La aplicación de la IA a la justicia genera debates éticos y riesgos en el ámbito de la ciberseguridad
La inteligencia artificial (IA) está a punto de colarse en los tribunales de Cataluña con un plan piloto que busca agilizar la redacción de sentencias judiciales. La promesa es reducir drásticamente el tiempo que los jueces dedican a esta tarea. Mientras que un magistrado tarda de media dos horas en redactar una sentencia, un asistente de IA puede hacerlo en apenas veinte minutos. Esta optimización supondría un ahorro anual de más de 600 horas de trabajo por juez, lo que permitiría a los tribunales gestionar un mayor volumen de casos con la misma dotación de personal.
La iniciativa, impulsada por el Govern de la Generalitat, se aplicará inicialmente a procedimientos de menor complejidad, como reclamaciones por cláusulas hipotecarias o litigios de transporte aéreo. Son resoluciones mecánicas y repetitivas, que suponen el 60% de la carga de trabajo de los jueces de la jurisdicción mercantil.
La herramienta, desarrollada por una empresa tecnológica catalana con la colaboración de cuatro jueces mercantiles, ya se ha puesto a prueba en recursos judiciales y su funcionamiento es sencillo: el juez sube a la plataforma sentencias previas similares y, si las hubiera, la resolución recurrida y su correspondiente apelación. Con estos datos, la IA genera un borrador de sentencia que el magistrado puede revisar, modificar y firmar, si lo considera oportuno.
Implicaciones éticas de la IA
"La herramienta no decide, hace una propuesta de sentencia que el juez valorará si firma o no", explica Yolanda Aguilar, secretaria para la Administración de Justicia de Cataluña. A pesar de ello, la implantación de la inteligencia artificial en la justicia genera un importante debate ético. ¿Podría llegar a condicionar las resoluciones judiciales?
Arlet Brufau, experta del Observatorio de Ética de la IA en Cataluña, sostiene que "en ningún caso" los sistemas de IA pueden "suplir la labor de los profesionales" en este ámbito. Recuerda que "existe toda una parte de motivación fáctica" y que lo que sucede en sede judicial afecta a la sentencia. Faltaría, por tanto, "toda la parte humana que nunca podrán sustituir los algoritmos".
Riesgos en la protección de datos
Al dilema moral se suman riesgos vinculados a la ciberseguridad. La confidencialidad de los datos judiciales es crítico y los sistemas necesitan garantizarla. "Uno de los aspectos que tenemos que mirar es cómo deberíamos anonimizar todos los datos de los documentos que componen una sentencia", advierte Laura Manso, directora TIC del Departamento de Justicia. Cataluña confía en implementar esta tecnología a lo largo del próximo año, siempre que obtenga los permisos necesarios a nivel estatal y europeo.