'Mickey 17', la nueva sátira social y política de Bong Joon-Ho con múltiples Robert Pattinson
- La esperada nueva película del director de Parásitos no es redonda pero sí muy interesante
- Llega a los cines este viernes, 7 de marzo
Había mucha expectación por la nueva película de Bong Joon-Ho, por varias razones: el éxito de su anterior trabajo, Parásitos (que arrasó en los Oscar de 2020, con 4 estatuillas), la fantástica filmografía del director (con obras maestras como Memories of murder, Mother y The Host), el interesante punto de partida (la novela, Mickey7, de Edward Asthon, que mezcla ciencia ficción, ecología, migraciones, colonialismo, identidad, humanidad, clonación, lo que nos hace humanos... y otros interesantes temas con mucho sentido del humor), y, sobre todo, por ver en pantalla las 17 versiones de Robert Pattinson y sus otras tantas muertes.
Y la verdad es que la película ofrece todo eso y más, pero no llega a la calidad de los títulos mencionadas, quizás por su excesivo metraje, que hace que se atasque un poco en mitad de la historia, y algún personaje demasiado exagerado (Mark Ruffalo). Aun así, es mejor que casi todo lo que vemos del género en la actualidad y, lo más importante, nos hace pensar y reflexionar sobre el futuro que nos espera si no cambiamos nuestra forma de consumir recursos naturales sin control.
Por cierto, que esta historia tiene muchos elementos de otras suyas anteriores, como los paisajes helados de Rompenieves, o los monstruos bonachones (Okja).
En fin, una película que, de ser de otro director nos satisfaría completamente, pero a Bong Joon-Ho, le exigimos más.
Mickey solo vive para morir
La película está ambientada en un futuro no tan lejano como nos gustaría, cuando un grupo de elegidos se ve obligado a abandonar la tierra en busca de un planeta en el que la humanidad pueda sobrevivir. La humanidad ha dominado la clonación pero muchos lo consideran algo inmoral, por lo que solo hay un individuo clonado, Mickey Barnes, al que llaman "Prescindible" (porque lo pueden resucitar sin problema) y al que utilizan para experimentos científicos en beneficio de la humanidad (por ejemplo, saber si el aire de un planeta es respirable o si hay algún virus que sea mortal para los humanos. Solo vive para morir. Así que los primeros minutos de la película Mickey se los pasa muriendo hasta llegar a la versión número 17, que es la que da título a la película (en la novela solo eran siete).
La expedición llega a Niflheim, un planeta helado y casi inhabitable. Y durante una misión de reconocimiento Mickey 17 es herido y abandonado a una muerte segura. Sin embargo, una especie autóctona de Niflheim, unos gusanos gigantes que son inteligentes, lo rescata. Pero cuando consigue regresar a la base, Mickey 17 se topará con su siguiente versión, Mickey 18, que es mucho más decidido que él y que se cuestionará su papel de conejillo de indias.
Fotograma de 'Mickey 17'
Una película que, como todas las de Bong Joon-Ho, tienen numerosas lecturas. Y que usa la ciencia ficción para reflexionar sobre los problemas a los que se enfrenta actualmente la humanidad (exceso de población, falta de recursos, migraciones, colonialismo...).
También trata otros temas muy interesantes como a identidad, la mortalidad, el sacrificio y el valor de la vida humana. Y, por supuesto, un tema que siempre está en sus películas (aunque fuera más evidente en Rompenieves, con esos vagones separados). Nos referimos a la lucha de clases. ¿Quién tiene derecho a sobrevivir al fin del mundo: ¿Los más inteligentes? ¿Los más sanos? ¿Los jóvenes?... todos sabemos la que sería la respuesta en la vida real: los ricos.
Y todo ello con la habitual ironía y sentido del humor del director. Aunque en esta ocasión se note un poco menos.
Fotograma de 'Mickey 17'
Un reparto de lujo
Robert Pattinson está genial como Mickey 17 y Mickey 18, un doble papel que nos atrevemos a decir que es el más difícil de su carrera. Porque consigue que los distingamos al primer vistazo gracias a su gestualidad, su expresión corporal, sus miradas... algo que no es fácil. Aunque son personajes completamente opuestos consigue que sean las dos caras de uno solo y que se complementen perfectamente.
El resto del reparto también están perfectos en sus papeles, destacando la gran Toni Collette como Gwen, la esposa del líder de esta misión de repoblación (Mark Ruffalo), un actor que nos suele gustar por su contención pero que aquí se convierte en una exageradísima parodia de un presidente (¿Trump?). Collete es realmente la que manda en esa expedición, aunque tenga un reverso oscuro que solo se preocupa de convertir en salsas todo lo que se cruza en su camino (sea animal o vegetal).
También están muy bien Steven Yeun, como Berto (un amigo de Mickey 17 que, en realidad, se aprovecha todo lo que puede de él) y Naomi Ackie, como Nasha (una agente de seguridad de la nave que también es la novia de Mickey 17).
Fotograma de 'Mickey 17'
Y, por supuesto, todos los aspectos técnicos de la película brillan a gran altura, destacando los efectos especiales que tienen la virtud de no destacar más de lo necesario, pero que son capaces de dotar de vida a esos seres viscosos del planeta Niflheim, que son más inteligentes y cariñosos que los humanos. Lo mejor de unos efectos especiales es que no se noten y estos lo consiguen.
En fin, una estupenda película que nos hará reflexionar sobre algunos de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta la humanidad y que, aunque no brille a la altura de las grandes obras de Bong Joon-Ho, es realmente interesante.
Fotograma de 'Mickey 17'