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Los fondos de inversión apuestan por el mercado del alquiler temporal

  • En algunas ciudades el precio de los alquileres se ha duplicado en los últimos 5 años
  • En Barcelona el alquiler temporal representa ya más del 40% de la oferta
Repor - Alquileres sin techo
CRISTINA FERNÁNDEZ

El mercado inmobiliario del alquiler está cambiando. Paulatinamente, se encamina hacia los contratos de temporada de menos de un año. Son contratos que están sujetos a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y aparecen como más interesantes para los propietarios. Estudiantes, jóvenes, profesionales, nómadas digitales y turistas son clientes que demandan este tipo de alquileres. Las personas que buscan una vivienda habitual, quedan fuera del mercado, como es el caso de Eliet vive junto con su marido, su hija y tres personas más en un piso de Villaverde Bajo (Madrid) por el que pagan 1.100 euros. 

Lo pudo conseguir gracias a que la propietaria era conocida de su marido y no solicitó demasiada documentación para formalizar el contrato. De eso hace más de un año. Ahora la propietaria necesita el piso y lo reclama. Eliet y todas las personas que viven aquí buscan desesperadamente un lugar donde alojarse, pero no lo tienen fácil. Ellos viven con la angustia de no encontrar piso de alquiler, la propietaria con la preocupación de no poder recuperar el suyo.

Mujer con bebé observa anuncios inmobiliarios con precios y carteles de

Eliet no encuentra piso, a pesar de que su marido tiene 2 contratos de trabajo Repor

En la oficina que la inmobiliaria Redpiso tiene en Villaverde Bajo han visto como la oferta de pisos de alquiler en el mercado se ha ido reduciendo año tras año. "No hay pisos de alquiler".

Los vecinos de la zona no cumplen con los requisitos

Carol de León, la directora de esta oficina, es contundente en su afirmación. "Hay pocos pisos de alquiler y en la mayoría de los casos los vecinos que quieren acceder a él no cumplen los requisitos que se solicitan". 

Hay un fenómeno que se ha dado en esta y otras zonas de la ciudad: Los fondos de inversión que han comprado vivienda, la han reformado y la han puesto en el mercado con otra modalidad.

No se admiten mayores

Esta nueva modalidad con la que aparecen los pisos ahora se llama alquiler temporal. Es un tipo de contrato de menos de un año, que no se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos, sino por el Código Civil. En algunas ciudades como Barcelona, este tipo de alquiler supone el 40% de la oferta de alquiler que aparecen en las páginas donde se muestran las inmobiliarias.

Janette es de Marruecos y ha venido a estudiar a Madrid. Por fin ha encontrado un piso donde alojarse. Está en el distrito de Latina. Pagará 1.200 euros por un piso de 2 habitaciones recién reformado. Para ella, ha acabo un largo periodo de búsqueda.

La inmobiliaria Madrideasy está especializada desde hace más de 28 años en el alquiler temporal para estudiantes y jóvenes profesionales. Ellos gestionan la propiedad del inversor que compró este inmueble construido en los años 60 del siglo pasado, lo reformó y lo ha puesto de nuevo en el mercado en la modalidad de alquiler temporal. 

“La subida de los precios del alquiler es la oferta de la ley y la demanda. No hay pisos de alquiler y los precios suben”, señala Ángel Cervera Gil, gerente de Madrideasy. “Si yo tengo un piso y veo que mi vecino lo pone a 1.200 euros, yo pediré lo mismo y eso lo hacen los pequeños propietarios y los fondos de inversión”, añade.

Los contratos que hace en Madrid Easy tienen otra peculiaridad. No se admiten personas mayores de 33 años. "Es el modelo de negocio por el que hemos optado, especializarnos en este tipo de público", admite. Ángel Cervera reconoce también que para los propietarios es más fácil recuperar el piso. "Un joven tiene su propia casa y si no puede pagar el alquiler no se va a convertir en okupa".

"Una familia primero da de comer a sus hijos antes que pagar el alquiler, y eso asusta mucho a los propietarios". El gerente de Madrid Easy apunta a las dificultades para desalojar a un inquilino que no pague el alquiler, como una de las causas principales para que los propietarios no pongan sus pisos en el mercado y apuesten por el alquiler temporal.

Solo habitaciones

Pero más allá de los inquilinos morosos, hay otra tendencia en el mercado que en algunas ciudades, como Barcelona, se viene produciendo desde hace tiempo. Los Fondos de inversión van al acecho de edificios enteros con inquilinos. Aquellos que no tengan contrato indefinido ya pueden pensar en buscar otro lugar donde alojarse. 

Es su propiedad, pero es mi casa

Joan Álvarez vive en la calle Petritxol, en el corazón del barrio gótico de Barcelona. Calle famosa por sus chocolaterías y por sus galerías de arte. Desde la terraza de su piso hay una vista inigualable a la catedral de Barcelona. “Esta vista será una de las razones por las que quieren que nos vayamos”, bromea Joan, que no acaba de aceptar que después de 25 años viviendo aquí y pagando su alquiler, ahora tenga que dejar su casa. “Es su propiedad, sí, pero es mi casa”.

Joan ha visto como otros pisos que había en la finca se han convertido en habitaciones. "En el piso contiguo al mío han quitado la sala de estar y la han convertido en dos habitaciones, la terraza también la han partido en dos", para que cada habitación tenga su salida al exterior". Nosotros no nos iremos por las buenas. Está a la espera que un juzgado dictamine sobre su futuro.

La justicia va lenta, pero tarde a temprano, muy probablemente a Joan le llegue una orden de desalojo, como muchas de las que se producen a diario en las ciudades de España.

En la casa Orsola, un edificio del Eixample de Barcelona que compró un fondo de inversión, un juzgado ha dictaminado una orden de desahucio para el vecino Josep Torrents. Se tenía que producir el pasado 31 de enero. El sindicat de Llogateres promovió una intensa campaña de solidaridad y ese día centenares de ciudadanos se concentraron frente al edificio de la calle Calabria para impedir el desalojo de Josep.

La comitiva judicial dijo que no podía llevarse a cabo el desahucio debido a la multitud concentrada y después de posponerlo para la madrugada del día 4 lo quiere hacer efectivo el día 18 de febrero.

Más allá de la usura

"Coliving" le llaman. Pisos convertidos en habitaciones. Desaparece el comedor, la sala de estar, las zonas comunes. Solo queda el baño y la cocina. Irene y Ángelo están a punto de dejar una habitación en el barrio de Les Corts de Barcelona de apenas 9 metros cuadrados por la que pagan 650 euros. Es un piso donde conviven 6 personas repartidas en diferentes habitaciones. La cocina, de apenas cuatro metros cuadrados, está en un estado deplorable, igual que el baño. "No tenemos agua caliente en la ducha, yo me tengo que duchar en el gimnasio y no nos atrevemos a cocinar aquí". "Hubo una plaga de cucarachas y los vecinos decían que venían de este piso", recuerda.

Dos personas conversan en una habitación sencilla. Una mujer con camiseta verde gesticula; el hombre, con gorro y bufanda marrones, la escucha.

Irene y Ángelo pagan 650 euros por una habitación de 9 metros cuadrados

Es lo mejor que han encontrado en el mercado después de mucho buscar, nos apunta Irene, que lleva años alojándose en habitaciones. "Antes podías elegir, ahora casi no hay oferta, y si encuentras algo te piden fianza (...) Estoy buscando piso de alquiler y tampoco encuentro", detalla. "Está media Barcelona buscando alquileres de 900 euros máximo y no se encuentran". "Y si encontramos, hay tanta gente y piden tantos requisitos que nos quedamos fuera", dice Ángelo.

2.500 euros de alquiler

“¿Cuánto dinero tiene que ganar una persona para pagar 2.500 euros por un alquiler?”. Se lo pregunta una de las vecinas que se ha querido concentrar en la calle Calabria de Barcelona para apoyar al vecino de la Casa Orsola que se enfrenta a un desahucio por la finalización de su contrato de alquiler.

Se está potenciando el turismo frente a los vecinos que vivimos aquí

“Yo tengo dos hijos de 30 años, con estudios, y los dos se han tenido que ir a vivir fuera de aquí, porque aquí no pueden pagar el alquiler. Se está potenciando el turismo frente a los vecinos que vivimos aquí”, nos cuenta otra vecina.

Pancarta en balcón:

Finalmente el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que comprará la casa Orsola

Las protestas se escuchan por todos los rincones. “El gobierno tiene que hacer algo. Tiene que defender la historia de la ciudad. A las personas que vivimos aquí y a los que vienen de fuera, a trabajar, no a hacer turismo”. Quien habla es Alexandra Orsola, descendiente de la antigua propietaria de este edificio, que ahora se quiere desalojar. Un edificio en el que viven algunos trabajadores de la empresa Orsola-Solá Cia, que fue la primera en fabricar la famosa baldosa de la flor de Barcelona, todo un símbolo de la ciudad. Este edificio que ahora se ha convertido también en el símbolo de la resistencia contra la especulación inmobiliaria en la ciudad. La historia de este edificio ha acabado bien para los inquilinos. Finalmente, el ayuntamiento ha decidido acabar con el conflicto y ha anunciado que comprara el edificio junto con la fundación Hàbitat 3 y no echarán a los vecinos.