Tolerancia cero con la mutilación genital femenina: "Sabemos que no se hace por motivos médicos ni religiosos"
- La mutilación genital femenina afecta a 230 millones de mujeres y niñas en el mundo, más de ochenta mil en España
- Esta práctica es "la punta del iceberg de otras formas de violencia de género"
Asha Ismail nos recibe en su oficina, en Carabanchel, en Madrid: "Lo que me lleva a esta realidad es que fui víctima de la mutilación genital femenina. Me considero superviviente, pero fui víctima", relata. Nació en Kenia y con cinco años viajó al pueblo de su abuela para que una mujer le practicase la mutilación genital femenina. Una forma de violencia de género que, según la Red Estatal Libres de Mutilación Genital Femenina, afecta a 230 millones de mujeres y niñas en todo el mundo.
Si acercamos el foco y nos centramos en España, la cifra de mujeres afectadas se estima en 80 000, pero estos datos se basan en el origen de las posibles víctimas. La organización de Ismail, Save a girl, save a generation, y otras diecinueve entidades forman la Red Estatal. Entre sus objetivos está la creación de un registro de víctimas.
Los datos, un reto por conquistar
Hay 28 países africanos en los que se realiza la mutilación genital femenina. En otras partes del mundo también hay víctimas: Indonesia, Malasia, Georgia o Estados Unidos. Para Ismail, uno de los retos es deslocalizar esta práctica: "Mientras pensamos que pasa en África, justificamos que son salvajes; mientras se piensa que lo hacen los musulmanes pensamos en radicales terroristas, y no. Lo hacen en todo el mundo, aunque simplemente no queremos verlo", razona.
La Red Estatal Libres de MGF celebra un acto en el Ministerio de Igualdad RNE / Candela Ruiz Ubago
Tener datos oficiales facilitaría también la intervención con víctimas. Raquel Sancho, coordinadora del área de culturas, géneros y sexualidades de UNAF (Unión de Asociaciones de Familias), insiste en que los datos se hacen mediante generalizaciones y en realidad no se tiene en cuenta la zona concreta de la que provienen las mujeres: "El problema es que de esta forma no tenemos en cuenta los casos que no pertenecen a los países en riesgo y no tenemos datos reales de mujeres supervivientes", argumenta.
Exigen atención integral, coordinada y multidisciplinar. Sancho habla de tres líneas de trabajo: "Garantizar el acceso a recursos para las mujeres supervivientes, formar profesionales con enfoque de género y antirracista y hacer un seguimiento de las familias y niñas en riesgo".
La educación en sexualidad como herramienta
La Red Estatal ha creado una carta de protección, incluida en el protocolo nacional. "Es como una especie de pasaporte, una carta de compromiso previo que la familia firma antes de viajar. Visitan a pediatras y vuelven a visitarlos al volver. Nosotras somos el mayor ingreso para nuestras familias. Si explicamos que al mutilar a las niñas podemos ir a la cárcel, nuestras familias nos respetan", explica Ismail. Sancho añade: "Esto tiene su riesgo porque hay que garantizar espacio de información".
Además, educar en sexualidad también puede ayudar a las mujeres y a la forma de entender el sexo. A raíz de una visita al ginecólogo y varias charlas, Ismail descubrió la forma que tiene el clítoris: "Si lo hubieran sabido me lo hubieran extirpado todo". También ponen el foco en la educación de las familias: "Ya sabemos que la mutilación no se realiza por motivos médicos ni religiosos", dice Ismail, que apuesta por explicar que la mutilación genital femenina no tiene ningún beneficio para las niñas.
Los hombres tienen un papel en esto: apoyar la decisión de las mujeres. "La mutilación genital femenina solo es la punta del iceberg. Cuántos hombres cabeza de familia habrán maltratado psicológicamente y no solo físicamente a la mujer. Nuestro enfoque es empoderar a la mujer y, luego sí, educar al hombre", valora.
Ambas coinciden en la importancia de la educación que, según Asha Ismail, pasa por llamar a las cosas por su nombre: "Ablación es una palabra médica, para corregir algo que está mal. Llámalo como es, con todas las palabras: mutilación genital femenina", sentencia.