Teresa Lacruz, paciente que ha superado cuatro tumores: "Debía vivir porque tengo 4 hijos"
- Este 2025 en nuestro país se diagnosticarán casi 300.000 nuevos casos de cáncer, un 3,3% más que el año anterior
- El presidente de la Sociedad de Oncología Médica recuerda que se ha "duplicado la supervivencia del cáncer"
Este 2025, en nuestro país, se diagnosticarán casi 300.000 nuevos casos de cáncer, un 3,3% más que el año anterior. Son datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Los tumores más detectados serán el cáncer de colon, el de mama y el de pulmón, este último se ha triplicado en las mujeres desde 2006.
En cuanto a cifras positivas: la supervivencia neta a 5 años se ha duplicado en España en las últimas cuatro décadas. Son las mujeres las que están por encima de los hombres. Precisamente Teresa Lacruz Díaz es una mujer de 78 años que ha logrado superar 4 tumores a lo largo de su vida. Su enfermedad ha evolucionado a la par que lo han hecho los tratamientos que han logrado que siga aquí.
Tere tiene 4 hijos y su primer diagnóstico llegó en 1997, cuando la investigación y los tratamientos todavía eran incipientes. "El diagnóstico fue un shock enorme. Cuando en la sala de espera leí 'oncología' y vi entrar a una mujer que se quitó una peluca y vi lo que me esperaba, fue muy duro. En mi primer tumor —un linfoma— no daban nada por mí. Abrieron y cerraron y los médicos me dijeron que me preparase para morir".
Menos mal, nos cuenta Tere, que su médico, el doctor Codina, tuvo la oportunidad de suministrarle un tratamiento experimental que venía de Estados Unidos. "Gracias a ello, pude superar el primer tumor". Pero ahí no acabó todo. A los 5 años se le reprodujo. Y fue a través de la inmunoterapia como superó el segundo cáncer.
No obstante, de nuevo a los 5 años, el cáncer atacó a sus nódulos linfáticos y esta vez a través de un trasplante con sus propias células madre —el primero que se hacía en la Comunidad Valenciana— logró salir adelante de nuevo. Luego vino un periodo de 12 años libre de la enfermedad, pero justo el año pasado, en una revisión tras haberse roto la clavícula, los médicos vieron en un TAC una "manchita" en el páncreas.
Tere recuerda que "no me daban más de un año de vida". Después de un tratamiento muy agresivo y de "quedarme sin pilas", acudió al hospital a que le pusieran sangre: "Me recuperé y aquí estoy dos años y medio después". Sin duda, como ella misma dice, es "una auténtica superviviente".
La evolución de Tere y de la ciencia
La vida de Tere ha ido evolucionando de manera paralela a lo que lo han hecho los tratamientos y los avances científicos. Con amargura recuerda que "10 años antes de lo mío la gente se moría de un mal malo —según nos decían—", apunta. Además, "los tratamientos de antes te ponían más mala que el cáncer que tenías. Te dejaban medio muerta, se pasaba muy mal, estabas una semana convaleciente. A diferencia de ahora, que los tratamientos están mucho más avanzados y son menos tóxicos para los pacientes".
A este respecto, el presidente de la SEOM, César A. Rodríguez, señala que "antes se trataba a los pacientes de cáncer con una serie de medicamentos inespecíficos, de los que sabíamos solamente que mataban células tumorales, pero también sanas. Estos tratamientos tenían mucha toxicidad y los resultados eran bastante mediocres".
“"Ese es el gran cambio: el conocimiento de la enfermedad es lo que ha llevado al desarrollo de los tratamientos"“
Ahora, apunta Rodríguez, "sabemos que el cáncer son enfermedades muy diversas, que existen unas cosas que se llaman biomarcadores que nos permiten conocer dianas terapéuticas sobre las que podemos actuar de manera específica y, por tanto, avanzar a lo que llamamos medicina personalizada de precisión".
Rodríguez insiste en que "esto es tratar a cada tumor en función a los mecanismos que lo están produciendo, con fármacos, con estrategias específicas, que hagan que curemos más, por un lado, pero, por otro lado, que tengamos menos toxicidad. O dicho de otra manera, darle a cada uno lo que necesita, sin darle aquello que no le va a beneficiar".
El presidente de la SEOM cree que hemos llegado a este punto porque "los investigadores en los laboratorios, los modelos preclínicos, la investigación, etc., nos ha hecho saber mucho más de algo. Ese es el gran cambio: el conocimiento de la enfermedad es lo que ha llevado al desarrollo de los tratamientos". Y esto ha provocado, según el oncólogo, que "hayamos duplicado en las últimas décadas la supervivencia del cáncer".
Además, subraya que "aunque tengamos más incidencia —porque hay más población y más envejecida—, las tasas de mortalidad específica estén disminuyendo. Y, también, en muchos tumores se está superando ya cifras de supervivencia a 5 años por encima del 80%".
Tere y su familia
Como hemos comentado, Teresa tiene 4 hijos: Ángel, Cecilia, Abel y David. A los tres primeros, la enfermedad de su madre les pilló en una edad más adulta, pero David, todavía era muy pequeño. Recuerda que "desde que tengo uso de razón la recuerdo enferma". Cuenta que "me tenían como protegido porque era el hermano pequeño. No me contaban lo que estaba pasando, aunque yo veía cómo mi madre empeoraba de salud. Había movimientos raros, como que me tenía que ir determinados días a casa de mis tíos a dormir... Vivía un poco, al margen de todo".
A Abel, el mazazo le vino cuando cumplió la mayoría de edad. Él junto a sus tres hermanos han ido aprendiendo sobre la enfermedad a marchas forzadas. Abel señala que lo más importante, aparte de la medicina, ha sido "tener una red social que te respalde y que cuide de ti. Eso es clave. Porque sin eso, en muchas ocasiones, las personas con diagnósticos muchos más favorables caen". Otro de los aspectos que ha hecho que Tere siga hoy aquí es, como resalta su hija Ceci, "su actitud japonesa de creer en lo que te dicen los médicos. Siempre contrastando con otras opiniones médicas, para tener un diagnóstico más certero y asegurar que todo va a ir lo mejor posible".
“" Cuando me dan un diagnóstico se creen que no voy a salir adelante, van listos, están muy equivocados"“
Los tres hermanos con los que hemos podido hablar coinciden en que "el cáncer es una enfermedad que te acompaña y que te va a acompañar hasta el final de los días". Hacen un "balance positivo porque afortunadamente nuestra madre está aquí, que es lo más importante". Y remarcan "el legado de fortaleza, de resiliencia, de lucha y eso va a quedar ahí como un ejemplo imborrable para las futuras generaciones".
Teresa Lacruz Díaz, como ella dice, es una "superviviente". Piensa que "cuando me dan un diagnóstico se creen que no voy a salir adelante, van listos, están muy equivocados. Se lo digo a los médicos". Ahora disfruta de estar junto a sus hijos, "a los que he visto casar a todos, y creía que no iba a ver a ninguno. Tengo 7 nietos, qué más quiero". Y sentencia: "Cuando estoy bien, vivo feliz, no vivo recordando lo que me pasaba. Hay que luchar y me moriré cuando me toque". Ahora el horizonte de Tere, es el mañana.