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Entrevista

“Hay que contar con los palestinos para que decidan el futuro que quieren y que no se haga desde Europa”

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La incógnita del reconocimiento palestino: elemento simbólico pero carente de valor real sin un compromiso

El reconocimiento del Estado palestino es una buena noticia que llega tarde, opina Luz Gómez, catedrática de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid. Analiza para RTVE el próximo reconocimiento por parte de España y otros dos países europeos de Palestina como Estado.

PREGUNTA: ¿Cómo valora el reconocimiento del Estado de Palestina por parte del gobierno de España?

RESPUESTA: Es una buena noticia. Simbólicamente tiene mucha importancia. Esperemos que también la tenga política y estratégicamente. Pero llega tarde, porque ya hay 143 Estados que han reconocido al Estado de Palestina, lo que significa que estamos entre la minoría, entre el 25% de los miembros de Naciones Unidas que todavía no lo habían hecho. Así que es una buena noticia y esperemos que no se quede solamente en una declaración de intenciones.

P: ¿Cuál es la importancia simbólica?

R: Es importante porque España es un país dentro de la Unión Europea que tiene un peso y además tiene una historia, cosa que se nos suele olvidar. Que España reconozca el Estado de Palestina forma parte de la historia común que compartimos con los países árabes, con la lengua y la cultura árabe, que es nuestra propia historia. Además, también es importante porque puede ser un acicate o un empujón, una manera de animar a otros países de la Unión Europea para que adopten una decisión similar y, juntos, emprender algún tipo de acciones para que lo que es una declaración se convierta en hechos, en que Palestina se transforme en un Estado reconocido por la comunidad internacional. En cualquier caso, Palestina existe.

P: ¿El reconocimiento ayuda a Palestina en su objetivo de tener un Estado con su capital, sus fronteras, incluso sus fuerzas de seguridad?

R: En realidad, es un reconocimiento que no se corresponde con las características de lo que consideramos la soberanía de un Estado. Las fronteras no están definidas. No va a haber un ejército. Por lo menos no estaba así pensado en los Acuerdos de Oslo. Ni siquiera sabemos cuál va a ser su capital. Así que, en ese sentido, es un reconocimiento de un Estado sin Estado. Otra cosa importante también es qué quieren los palestinos, qué es lo que les gustaría tener, qué Estado quieren configurar y cuál es el futuro que piensan.

Porque, a menudo, cuando hablamos de la solución de los dos Estados, y esto tiene que ver con los acuerdos de Oslo y su fracaso posterior, se está hablando desde fuera de Palestina. Estamos pensando como los viejos colonizadores que decidían cuál era el futuro de los territorios que iban a administrar. Aquí hay un pueblo con derecho a la autodeterminación, reconocido por el derecho internacional, que es el que tiene que decidir qué Estado quiere. Las fronteras del 67, un Estado binacional, un futuro en el que entren todos los palestinos y no solamente los palestinos que viven en los territorios ocupados en Gaza. Es Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental.

También están los palestinos de los campamentos de refugiados del Líbano, de Siria, de Jordania, los palestinos de la diáspora. De ellos nos olvidamos frecuentemente. O de los palestinos que viven dentro del Estado de Israel y que se quedaron allí cuando se configuraron las viejas fronteras en el año 49. Esto es Palestina, Palestina son los palestinos y hay que contar con ellos para que decidan el futuro que quieren y no desde Europa, una vez más, como sucedió en el año 1947, cuando se partió el territorio de la Palestina histórica en Naciones Unidas. Crearon Estados artificiales.

P: ¿Qué opina de quienes en España dicen que reconocer el Estado de Palestina ahora es darles un premio a los autores de los atentados del 7 de octubre?

R: Quiero creer que es ignorancia, que ni siquiera es maldad, es no saber que lo que sucedió el 7 de octubre tiene unos antecedentes que explican cómo se llega a ese estado, cómo se llega a cometer una acción armada dentro del territorio de Israel. Implica ignorancia de la historia y también implica una ceguera hacia el futuro. T

ampoco es ser consciente de que la sociedad española, en su inmensa mayoría, entiende lo que sucede en Palestina y apoya las reivindicaciones del pueblo palestino. No solamente son las movilizaciones en todas las ciudades del país, son los estudiantes que están ahora acampados. Cerrar los ojos a eso y querer transformar la realidad a base de noticias falsas que se basan en la ignorancia no conduce a nada.

P: ¿Crees que estamos ante una de las últimas oportunidades para el pueblo palestino?

R: El pueblo palestino, en los últimos 76 años desde que se fundó el Estado de Israel, e incluso yo diría que en el último siglo, ha estado siempre frente a su última oportunidad. Ha habido muchos momentos en la historia en los que se ha dicho. Se dijo, por ejemplo, en el año 1979, cuando se firman los acuerdos de Camp David entre Israel y Egipto. Se dice en el año 1982, cuando tras la invasión de Beirut por el Ejército israelí, se expulsa a la OLP y parece el fin de la lucha. Se dice también en 1987, con la primera Intifada, y en el año 1993, con los Acuerdos de Oslo, y en el año 2000 con la Intifada laxa.

Pero si por algo se caracteriza el pueblo palestino es por su capacidad para reponerse, para seguir luchando y porque, a pesar de casi un siglo de denegación de sus derechos, de desposesión, de limpieza étnica, el pueblo palestino es un pueblo con esperanza. La esperanza no la matan los fusiles, por más que se quiera ir. A pesar de lo que está sucediendo en Gaza, vemos cómo la gente se aferra a sus casas, se aferra a su tierra, vuelve a encontrarlo todo destruido y seguramente vuelvan a reconstruirlo. Así que creo que no se les puede robar también el derecho a la esperanza y el derecho a contar su historia y a que sus argumentos sean tenidos en cuenta para el futuro de sus instituciones o de su futuro como nación, patria, Estado entre los Estados.

P: ¿Qué simbolismo puede tener un pasaporte palestino?

R: Los palestinos siempre dicen que los papeles, sean del tipo que sea, se pierden, se rompen o te lo roban, como ha sucedido varias veces a lo largo de la historia de Palestina. Que lo que no se pierde y no se roba es la conciencia, la conciencia y la educación. Por eso son un pueblo muy bien formado que se esfuerza. El más humilde campesino u obrero hace lo posible para que sus hijos estudien. Los palestinos salen a estudiar a las universidades y eso son papeles que nadie te va a quitar. Eso va a hacer que tengas una voz para poder reclamar los otros papeles, los papeles materiales tangibles que te pueden romper o robar o quemar en un momento dado.