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Cicatrices del colonialismo: un paseo por el Wereldmuseum en Países Bajos

  • El antiguo Museo Colonial de Ámsterdam cambió su nombre en 2023
  • El objetivo de las exposiciones es mostrar las relaciones actuales del colonialismo, racismo o desigualdad

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Entre las innumerables bicicletas y los finos edificios que abundan en la capital neerlandesa destaca el Wereldmuseum, el antiguo Museo Colonial. Fue fundado en 1864 para la exposición de objetos y población autóctona de los territorios de ultramar del Reino de los Países Bajos. El espacio recoge mucha variedad de objetos de los siglos XVII, XVIII y XIX, gran parte de ellos fueron traídos a Europa en consecuencia del colonialismo de Holanda por medio de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.

La principal tarea del museo y su renombramiento es explicar qué relación existía entre el colonialismo, la desigualdad, la exclusión social o el racismo. Dentro del museo salta a los ojos una frase que suele sufrir el ataque de miles de flashes de los visitantes por su mensaje: "El racismo existe; las razas no".

En los siglos de expansión marítima y, más adelante con el colonialismo, la teoría racial fue aceptada por todo el mundo. La ciencia y los académicos la daban como cierta. Se construyó una idea de superioridad blanca a partir del sometimiento de la población autóctona.

El primer piso del museo está dedicado a las dos colonias más importantes y más longevas de los Países Bajos: Surinam e Indonesia. A pesar de la gran distancia que las separa, estas dos zonas sufrieron las mismas consecuencias de un colonialismo salvaje que a día de hoy sigue perpetuando problemas muy arraigados en la sociedad.

La explotación de los habitantes de estas zonas y, posteriormente, con la llegada de mano de obra esclava de África, creó una fractura social enorme. Gran parte de estas personas fueron utilizadas para trabajar en las plantaciones de la Compañía Holandesa.

La descolonización como punto de inflexión entre colonia y metrópolis

Tras la llegada de los holandeses en el siglo XVII, las poblaciones indígenas de Surinam fueron expulsadas de la costa y se asentaron en la selva. Esto hizo que las deportaciones de africanos crecieran y se convirtieran en mano de obra esclava en todas las plantaciones, no solo de Surinam, sino de las tres Guayanas.

Leer y escribir estaba prohibido, es por eso que no existen crónicas de primera mano sobre las condiciones en las que convivían las tres culturas. La cultura siempre sabe cómo y dónde debe expresarse y fue la música la que permitió a estas sociedades entrelazarse.

Una de las salas del museo está dedicada a los instrumentos dándole la importancia que merece al mecanismo que ha permitido la mezcla y ha dejado un legado que ahora se puede visitar, escuchar y tocar.

Surinam comenzó su proceso de descolonización después de la II Guerra Mundial, en 1954. Tras varias luchas entre partidos nacionalistas y con Ámsterdam, las elecciones legislativas de 1973 convirtieron a Surinam en un Estado independiente a partir de su declaración de independencia en 1975.

En Indonesia estalló una revolución social que llevó a una declaración de independencia en 1945 aprovechando la II Guerra Mundial. Con la invasión de las islas por parte del Imperio de Japón, Países Bajos aprovechó y no aceptó esta declaración empezando así una guerra entre la colonia y la metrópolis. En ella murieron muchos civiles, más de 36.000 personas, la mayoría indonesios.

Una disculpa muy necesaria pero que llega tarde

El gobierno neerlandés tardó muchos años en aceptar la fecha de la declaración de independencia, y más aún la violencia ejercida durante esos años de descolonización mundial. Según explica a RNE Karwan Fatah, experto en historia colonial y profesor asociado de la Universidad de Leiden, "gobierno, funcionarios e historiadores han intentado esconder todo lo sucedido en Indonesia y Surinam".

En los últimos años se ha realizado un trabajo exhaustivo de investigación en relación a la violencia ejercida, y hasta el 2023 el rey Guillermo de Países Bajos no hizo una declaración en relación con la esclavitud y el colonialismo. Una declaración "tibia" según Fatah. Fue justo antes de abrir esta exposición. Varios países con pasados coloniales han pedido perdón públicamente como Bélgica en el Congo, Alemania en Namibia, o Francia en el África Occidental.